Capítulo 42

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—Llegamos.—soltó Tony con emoción y Elisse comenzó a mirar para todos lados, buscando el lugar del que tanto hablaba Tony, pero no lo encontró.

—No veo nada.—confesó con el ceño fruncido, mientras miraba por la ventana.

—¿Te la pondrás?—cuestionó dirigiendo la mirada hacía la bandana.

—¿En serio?—respondió ella y él asintió.

A Elisse le parecía innecesario pero Tony le insistió así que ella decidió hacerlo.
Él tenía todo planeado, hasta lo que iba a decirle, estaba un poco obsesivo con el tema y no quería que nada saliera mal.
Ella se colocó la bandana y ambos salieron del auto, él la ayudaba a caminar hasta llegar al Helipuerto privado del sr. Presidente.
Él sabía perfectamente por donde debería entrar, a veces James habla demasiada cosas y aunque parece que su amigo no le esta prestando el mínimo de atención, en realidad si lo hace.

El único problema es que había que subir demasiadas escaleras, ya que que usar el ascensor no era una buena idea.
Elisse seguía con los ojos tapados, algo que la irritaba demasiado pero era preciso para el plan de Tony. Él la ayudaba a subir casa escalón pero ella comenzó a cansarse, y no por el hecho se subirlos sino porque lo hacía sin saber a dónde se dirigiría.

—¿Falta mucho?—preguntó ella impaciente.—si al menos supiera a donde me llevas...

—Es parte de las sorpresas no saber que es lo que ocurre.—soltó Tony divertido.—¿si sabes lo que es una sorpresa, no?

—Si. Y nunca me agradaron.—reafirmo ella muy cortante.

Pero ocupo su mente en contarle a Tony las diversas sorpresas que sus hermanos le hacían, en especial Loki, que cuando estaba aprendiendo magia estaba muy emocionado, y siempre intentaba matar a Thor, aunque nunca paso de ser un juego de niños.
Elisse detestaba la magia, por eso nunca le interesó aprender aunque sus padres insistieran en ello. Y las sorpresas de Loki siempre contenían algo místico detrás así que también aprendió a destestarlas. Aparte de que ella de por sí es muy curiosa, y no saber que es lo que está sucediendo es totalmente irritable.

—Cada vez que me hablas de tus hermanos me provoca menos ganas de conocerlos.—confesó Tony con rechazo.—en especial al mago, creo que es muy raro.

—Te llevarías bien con él.—pensó Elisse en voz alta, comparando la similitud que tenían ambos.
En cambio cuando pensaba en Thor sabía que se llevaría muy mal con Tony, el dios del trueno es muy celoso de su hermana.

—Llegamos, linda.—dijo al fin Tony, y ambos soltaron un gran suspiro.

Tony tenía razón, el lugar era mucho más hermoso desde adentro, y la vista que había de la ciudad era fascinante.
Él le quito bandana a Elisse, para que ella misma apreciara la vista, aunque lo primero que ella vio fue a Tony. Una vista que le gusto mucho, aunque no sea la correcta.
Luego se volteo y entendió que no era lo único hermoso que sus ojos verían esa noche.
Aunque sospechaba que sería algo así por las muchas escaleras que subió, quedo fascinada.

—Creí que te gustaría... —soltó Tony por detrás de Elisse, rodeó su cintura con sus brazos y agregó.—dicen que es el mejor lugar para apreciar la ciudad, ¿no crees?

—Es hermoso, se puede ver todo desde aquí.—soltó ella sorprendida.—allí esta tu casa.—señalo la casa de Tony con una sonrisa.—y allí el puerto, y mira... si ves bien también podrás ver el restaurante aquel que fuimos el día que llegamos.—siguió señalando Elisse emocionada .—el pueblo de Rosa no lo distingo, ¿tú lo ves?

—No... pero si nos volteamos podremos encontrarlo fácilmente.—dijo Tony.

El lugar era poco espacioso, ya que solo se necesitaba aterrizar un helicóptero allí, era más o menos un area cuadrada de 6x6. Ellos estaban posicionado en un lado del cuadro por así decirlo, y daban de espalda hacía la casa dónde vive Rosa, así que se voltearon y fueron hacía el otro lado, y como dijo Tony ubicaron fácilmente el pueblo.

Elisse se quedo detenida unos instantes observando cada detalle, yendo hacía un lado y al otro, embobecida por la belleza que estaba viendo, sin embargo no pudo evitar pensar en como Tony había conseguido este lugar, y más concretamente, qué lugar era este.

—Es increíble, me encanta este lugar, Tony.—admitió ella y él sonrió victorioso, porque sabía que el plan esta marchando bien.—pero... ¿dónde estamos? digo, ¿por qué no es cualquier lugar, no?

Él sabía que se lo tenía que decir, era bastante obvio que el lugar no era muy normal de acceder, al menos no para una persona normal.
También conocía la curiosidad que habitaba en su novia, así que no le extraño para nada que sospechara del lugar. Y es más, le ponía orgulloso confesarle donde se encontraban, lo hacía sentirse un adolescente de vuelta.

—No, tú misma lo dijiste, este es un lugar increíble en donde se puede ver las mejores vistas de la ciudad, entonces pensé, ¿por qué solo el presidente puede gozar de esto? ¿no es justo, verdad?—soltó Tony con su respectivo tono que era tanto divertido como irónico, y en este caso también era sincero.—y entonces se me ocurrió, ¿esta mal?

—Si a mal te refieres con un incumplir las leyes, entonces supongo que si esta mal.—soltó Elisse con cierta responsabilidad aunque también sorprendida y un poco asustada.—Tony... esto no es legal.

—Si, lo sé, y es lo que lo vuelve más divertido.—confesó Tony sin demostrar importancia.—no te preocupes, Liss, tengo todo bajo control.

—Hace mucho que no me llamabas así.—sonrió ella complacida, luego la sonrisa se le borro y volvió a su postura anterior.—y sé que no tienes nada bajo control, Stark.

—Relájate, nadie sabe que estamos aquí. El presidente no se encuentra y el lugar no tiene vigilancia, no hay cámaras ni seguridades. Pero si te deja más tranquila, si llegara a pasar algo, llamaría a Rhodes, y él nos sacaría fácilmente.
—respondió Tony más calmado y dejando la ironía de lado, para tranquilizar a Elisse.—¿Va, viste que si tengo todo bajo control?

—¿Y si eso no funcionará?

—En ese caso tengo un plan b.—admitió Tony divertido y ella en seguida quizo saber.—fácil, les diría que eres una de mis fans loca y me secuestraste e intentasteis abusar de mi. Pero como soy una persona piadosa les diré que te dejen libre, que tu incapacidad psicológica no te permite actuar con lucidez, tú te disculparás conmigo y jurarás no volver a dejar de tomar tus pastillas, ambos quedaremos libres y problema resuelto.

—Eres un idiota, Stark.—confesó ella soltando una risita que él detuvo con un beso, ella lo miro mordiéndose el labio inferior.—y no sé porque me encantas tanto.
Dijo para volver a besarlo.

Ordinary World. (Tony Stark y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora