Ordinary World. (Tony Stark y tu)

Capítulo 57

Ya había pasado una semana desde que Thor partió para Asgard, no había ninguna noticia de él, hoy era el día que debería volver pero no lo hizo y Elisse estaba muy preocupada. Ella sabía que la situación allí era delicada y tenía miedo de que todo haya empeorado.
Por otro lado, también estaba triste porque en esa semana que paso, todos los días fueron a recorrer la ciudad con Steve, de punta a punta, cada lugar, todo, y aún no veía rastro del castaño de sus sueños.

Aunque si habían algunos avances, ya que reconoció muchos lugares, incluso tuvo algunos flashback, aunque muy borrosos y confusos, pero que la dejaron contenta, al menos por un segundo.

Ahora ella se encontraba en el balcón de la torre mirando hacía afuera, pensando en su reino y todo lo que había pasado.
Steve estaba en una misión con Clint y otros agentes de Shield, pero volvería pronto.
A Natasha le preocupo la ausencia de Elisse y fue a buscarla, no era difícil de encontrarla ya que siempre que desaparecía la encontraban allí.

—¿Por qué tan sola, princesa?—preguntó Nat mientras se acercaba a la rubia.—¿estás bien?

—Si... solo pienso en mi hermano.—respondió ella con una sonrisa tímida.—dijo que regresaría hoy.

—Ay, niña. Yo no me procuraría por él... no sé si lo notaste, es el vengador más fuerte... más grande... y más guapo.—confesó Nat soltándose un poco.

—Escuché rumores que había uno más fuerte y grande.—dijo Elisse confundida.—y muero por conocerle.

—El Dr.Banner, no creerás cuando lo veas.—soltó Nat dejando escapar una risa.

—Cuéntame de él.

—No, no quiero hacerte spolier, debes verlo por ti misma.—siguió Nat con otra risa.—también es guapo, pero a su manera... no lo sé, es distinto.

—¿Y del otro que nunca hablan?—preguntó Elisse muy interesada.

—Stark... solo te diré una cosa, mientras menos lo conozcas mejor estarás.—admitió ella con una risita.

Cada vez que alguien mencionaba su nombre o su apellido a ella le entraba esa extraña curiosidad por conocerle. Ya había dicho que el nombre de él le parecía conocido, pero no era algo clave, ya que él de por sí era muy conocido. Así que jamás le tomaron importancia a eso.

Elisse solo sonrió y decidió no preguntar más por Tony, ya que parecía ser alguien no muy amigable. Y del cuál todos evitaban recordar.
Ella cambio de tema rápidamente, y siguieron hablando de otras cosas. Por ejemplo la extraña atracción de Natasha hacía Banner.
Hasta que vio llegar a Steve con Clint, ambos venían serios y callados.

—Mira, allá viene tu rubio.—dijo Nat mientras le guiñaba el ojo.—¿ya te he dicho que hacen una hermosa pareja?
Elisse no contestó nada, solo sonrió y siguió sonriéndole.
—Vamos, ¿ni siquiera te parece lindo?—siguió insistiendo ella.

—Si... pero...—fue interrumpida

—Es lindo, dulce, fuerte, buen amigo, rubio, alto, y tiene unos ojos hermosos... ¿por qué sigues buscando?

—Y se me hace que al que yo busco es todo lo contrario.—soltó en ella con una risa.

—Entonces buscas muy mal, niña.

Esa última frase me dejo pensando, ¿y si tal vez ella tenía razón?
Necesito recuperar mis recuerdos porque estoy segurísima que viví algo increíble hace años que no puedo saberlo, pero tal vez ese hombre ya no es para mí... y todo lo que Thor me dice es por algo.

Ahora estaba demasiado confundida, necesitaba pensar que haría con todo esto. Steve era tan lindo y dulce, pero solo lo veía como un amigo, no estaba en el momento de estar con alguien.
Por ahora solo deseo que se arreglen las cosas en Asgard, y después veré cómo seguir.

Hoy empezaba el entrenamiento con Steve, así que decidí no demorar más, él ya había llegado y seguramente me estaría esperando abajo.
Así que sin más fui hacía donde él estaba esperándome.

—¿Estás lista?—preguntó él con una enorme sonrisa, yo asentí emocionada.—Entonces empecemos.

Él ya estaba pronto hace rato, no necesitaba calentar porque venía de una misión. Era increíble como nunca se cansaba.
Él sonrió una vez más y comenzó a correr, cuando quise ver ya me llevaba una cuadra por delante. No podía ganarme, yo era un diosa... y él, bueno, un super soldado. Pensé. Y entonces acelere el ritmo. Costó pero conseguí alcanzarle.

—Para ser una asgardiana corres muy lento.—soltó él divertido.

—Es la primera vez que corro de años...—aclaré yo con la voz fatigada, apenas podía hablar, todo lo contrario a él.—no te olvides que estuve muchos años encerrada.

—Yo estuve más años, y congelado...—respondió él conservando el tono divertido que me molestaba.—así que no es excusa.

-Pero desde que volviste te la pasas entrenando, yo recién estoy retomando.—respondí enojada mientras trataba de seguirle el paso.

—Esta bien... tranquila.—soltó ahora más serio.—igual jamás llegarás a superarme.

Fui a contestar a su último comentario pero no pude, vi algo, no sé que fue ni porque, pero me hizo sentir muy mal... era él... ese nombre que cada vez que lo veía o escuchaba me entraba un dolor, como una angustia en el pecho... luego de sentir esa molestia, me sentí mal... de ahí no recuerdo nada.

P.O.V. Steve

Estaba bromeando con Elisse, bueno, en realidad yo porque ella estaba molesta. En un momento comenzó alejarse mío, creí que se había enojado y por eso se iba, cuando me acerqué a ella para pedirle que me disculpe, vi como fue perdiendo la fuerza hasta que cayó desmayada arriba mío.
Enseguida la lleve hacía la sombra, la recosté de espalda en un árbol y le hice aire.
Después de unos minutos se recuperó y volvió en sí.

Le pregunté si estaba bien y solo me miraba confundida, obviamente no tenía idea que le había pasado así que le expliqué que se había desmayado, y esto la confundió aún más.

—¿No recordas nada?—pregunté para poder entender que había pasado.—tal vez viste algo que te hizo sentir mal...

—Lo último que recuerdo fue que te iba a contestar pero... no lo hice ¿no?—cuestionó ella confundida.

—Entonces quizás te hizo mal arrancar el entrenamiento con todo.—intente buscar algún motivo para el desmayo.

—¿Queres decir que no puedo seguirte el ritmo?—preguntó ella con el ceño fruncido.

Yo simplemente sonreí al ver que ya estaba mejor, si esta peleando de nuevo es porque no fue nada grave.

—¿Regresamos?—cuestione y ella seguía mirándome de reojo.

—No.—negó rotundamente con orgullo.

Se levantó de piso, me miro de muy mala gana y comenzó a correr. Le grité que me espere pero solo volteo para sonreír, suspiré y me levante.
Antes de comenzar a correr yo, espere a que me llevara más distancia, ya que sabía que la alcanzaría rápido.

—Ok, sos rápido. —soltó ella en un suspiro cuando llegué.—pero no me voy a rendir.

—Vale, gracias.—dije sonriendo.—pero yo si me rindo.

Dije para después comenzar a caminar, al verme rendido, ella también paro de correr y se puso a caminar.
La verdad era que yo ni estaba cansado, correr no es algo que me cansé, lo hago siempre. Pero sabía que ella si estaba cansada y tal vez el seguir corriendo a este ritmo le haría mal. Y prefiero perder mi orgullo y decir que me rindo, al verla desmayada otra vez.