I

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Seungcheol llevaba días buscando un apartamento. Cambiarse de ciudad no era fácil para un chico de veinticinco años que acababa de graduarse de profesor de primaria, y mucho menos si aún no iniciaba su primer trabajo. Había encontrado una vacante en una de escuela de otra ciudad, a varios cientos de kilómetros de la suya. La paga era bastante buena como para mantener a un soltero que no exigiera demasiado, y el cambio de aire le haría bien, sobre todo después de terminar una relación de dos años. A ella no le había importado tomar la beca en el extranjero que le habían ofrecido. Siempre fue el sueño de ambos el especializarse fuera del país, pero aún así, Seungcheol no esperaba que ella lo abandonara por eso, y menos de una forma tan cruel. A decir verdad, la situación lo alcanzó desprevenido, pues pocos días antes había decidido pedirle matrimonio y formar una familia. Nunca pensó que después de dos años, ella simplemente se iría.

Se presentó el sábado por la mañana, tal y como había acordado con el dueño del edificio. El apartamento ya estaba amoblado, así que tenía lo necesario y sólo tendría que comprar algunas cosas de primera necesidad. El dueño del edificio era conocido de la madre de Seungcheol, y le había comentado que el apartamento estaba situado en la periferia de la ciudad. Había tiendas y un minimarket donde abastecerse, y el transporte no sería un problema, pues la escuela quedaba relativamente cerca, así que podría ir y volver en bicicleta. El edificio era bastante ordinario: veinte pisos de concreto embaldosado y un recibidor espacioso. Quizás no era el mejor barrio, pero ofrecía lo suficiente. Al entrar, se presentó y solicitó la llave del apartamento número seis en el décimo piso. El conserje, un chico joven de mas o menos su edad, se sorprendió de que hubiera un inquilino para ese lugar.

—¿Está seguro señor? —preguntó confundido —Quizás sea otro piso.

—No respondió Seungcheol —. Estoy muy seguro de que es el correcto.

El conserje dudó.

—Si me da unos minutos, quisiera verificarlo —dijo, marcando el teléfono.

Seungcheol lo observó. Estaba totalmente seguro de que eran el edificio, el piso y el número de departamentos correctos.

—Buenos días —dijo el conserje cuando respondieron la llamada —. Habla con Kim. Quisiera saber si es cierto que el apartamento seis en el piso diez está alquilado.

Esperó unos segundos para oír la respuesta del otro lado.

—Ya veo señor —dijo, finalmente —. No, no hay problemas. Es sólo que me parece extraño, como el señor Yoon alquiló el piso completo...

Otro de esos, pensó Seungcheol. En su ciudad natal conocía a muchos que alquilaban un piso completo y luego lo volvían a alquilar al doble del precio original.

—De acuerdo señor —el conserje aún parecía sorprendido —¿El señor Yoon ha sido informado del asunto? —se detuvo nuevamente —. Ah, ya veo señor... ¿Eso quiere decir que tendré que hacérselo saber? —dijo, incómodo —. De acuerdo señor, muchas gracias, y disculpe la molestia.

Kim suspiró. Por supuesto, esa conversación despertó la curiosidad en Seungcheol.

—¿Sucede algo? ¿Está todo en orden? —preguntó.

—Sí, señor —respondió Kim, aun cuando su rostro mostraba preocupación.

—Dime ¿Es cierto que alguien más alquiló el piso completo? —preguntó Seungcheol.

—¡Oh! Sí —dijo Kim —. Sucede que el inquilino del apartamento tres del piso diez, vive en este edificio desde hace un año, y alguiló el piso completo, por eso pensé que usted se había equivocado. De hecho, nadie más ha vivido en ese piso desde que él llegó. Iré por las llaves —agregó, entrando por una puerta lateral al recibidor.

Seungcheol estaba sorprendido ¿Para qué diablos quiere alguien un piso completo? Seguramente ocultaba algo, o quizás sólo era excéntrico. Sin embargo, de algo estaba seguro: Ese sujeto debía tener muchísimo dinero. Seungcheol estaba preguntándose quién y qué clase de persona podía permitirse una cosa semejante, cuando sonó la puerta del ascensor y un chico de cabello dorado apareció en él. Llevaba sudadera blanca, pantalones negros, y botas y chaqueta de cuero a tono. Miró a Seungcheol con ojos fríos y distantes, cogió un sobre que había en el casillero con el nombre de "Yoon Jeonghan", y luego salió del edificio, en donde montó una motocicleta negra que estaba aparcada en la entrada y se alejó.

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DEVIL SIDE [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora