IV

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El primer día de trabajo de Seungcheol, estuvo bastante bien. El director era agradable y los otros profesores lo acogieron de inmediato, e incluso, prepararon una bienvenida. Seungcheol notó que algunas de sus compañeras de eran bastante guapas, en especial una: la Srta Kim. Cabello negro hasta los hombros, ojos almendrados, linda sonrisa, largas piernas, definitivamente era su tipo. Y además, era muy gentil. Se acercó a ella y estuvieron charlando gran parte del desayuno, y luego en el almuerzo. Así supo que tenía veinticuatro años, vivía con su madre, y además, estaba soltera. ¡Que suerte! pensó Seungcheol, ¿Debería invitarla a cenar? Estaba meditando el asunto, cuando ella le preguntó si conocía la ciudad. Seungcheol respondió que no, y Kim se ofreció amablemente a mostrársela. ¡Seungcheol, eres un suertudo! Se dijo. No llevaba ni tres días allí, y ya tenía cita. Su nueva vida había empezado bastante bien, así que para cuándo regresó a casa, estaba muy alegre. Pero sólo le duró hasta que se encontró con su vecino. Seungcheol pensaba en la linda Señorita Kim mientras subía al ascensor. Presionó el botón del piso diez y la puerta comenzó a cerrarse, pero antes de que se cerrara por completo, una mano lo detuvo, y la cara de Jeonghan apareció frente a él. Seungcheol se sonrojó al instante. A pesar de que Yoon lucía agotado, seguía siendo el ser más atractivo que había visto jamás.

—Hola —saludó Seungcheol, tímidamente.

No recibió respuesta, así que decidió intentarlo nuevamente.

—¿Cómo estuvo tu día? —preguntó.

Yoon giró la cabeza y lo miró directo a los ojos. Y al hacer contacto, Seungcheol sintió que todo su cuerpo se estremecía, y un enorme deseo de besarle se apoderó de él ¡¿Qué demonios me sucede?! pensó, asustado, más la voz del chico logró traerlo de vuelta a la realidad.

—No te metas en mis asuntos —mumuró.

Seungcheol sólo miraba sus labios, embobado. Y lo habría hecho, de no ser porque el timbre que avisaba que habían llegado al piso diez, sonó inesperadamente. La puerta del ascensor se abrió, y Yoon salió por ella, directo hasta su apartamento, dejando a Choi tan confundido, que tuvo que apretar el botón de abrir de nuevo para bajar del ascensor.

—Eso fue... extraño.

Hasta hace sólo unos minutos atrás, pensaba en la Srta Kim y su lindo rostro. De pronto, aparece su desagradable vecino, y con sólo su presencia, hace que casi le reviente la entrepierna. Eso no estaba bien. ¿Desde cuándo le gustaban los hombres? Decidió tomar una ducha para despejarse, y para su sorpresa, cuando salió, la señorita Kim nuevamente se apoderó de sus pensamientos, y olvidó a Yoon. Sin embargo, aquella noche, volvió a soñar con su vecino y su cuerpo desnudo paseándose por su cama.
Los días siguientes transcurrieron de forma similar. A Seungcheol le gustaba cada vez más la señorita Kim. Era muy gentil con sus alumnos, graciosa y divertida, y tenía ese aire de inocencia que tanto le gustaba en las chicas. Esperaba con ansias el fin de semana para ir de paseo con ella. Todo iba de maravillas, pero eso duraba hasta que se cruzaba con su vecino. En ese instante, su mundo se volteaba de cabeza. Dejaba de ser racional, y en lo único que pensaba, era en su cuerpo desnudo sobre el suyo, saltando y gimiendo. Un par de días después, ya estaba paranoico. Con sólo verlo, sentía la enorme necesidad de abalanzarse sobre él, quitarle la ropa, y hacer lo indecible con su cuerpo. Lo curioso era que sólo sucedía cuando lo veía, o lo tenía cerca. Así que Seungcheol empezó a evitarlo. Las escaleras se volvieron muy atractivas y comenzó a usarlas a diario. Lo que Seungcheol no sabía, era que, por mucho que lo evitara, jamás dejaría de pensar en él. Después de todo, Jeonghan jamás fue un chico común.

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DEVIL SIDE [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora