El bar estaba lleno. Olía a cerveza barata, cigarro y sudor. Algunos hombres reían a carcajadas, otros intercambiaban dinero. Un par de chicas se besaban en una esquina. Varios voltearon a mirar a los recién llegados, en especial a Jeonghan. También se oyeron comentarios lascivos hacia su persona. Seungcheol hubiera querido partirles la cara, pero Mingyu negó con la cabeza.
—Mala idea —murmuró —. No tienes oportunidad.
En cambio Jeonghan, les ignoró por completo. Caminó hasta la barra y llamó al bartender.
—¿Dónde está Bin? —preguntó.
—En su oficina —respondió el chico.
Jeonghan dio media vuelta e informó a los demás.
—Esperen aquí —les dijo.
Acto seguido, caminó hacia donde se encontraba el hombre regordete. Los demás se sentaron en una mesa junto a la barra, y pidieron cerveza, más no la bebieron. La oficina de Bin era custodiada por dos fornidos guardias, que impedían el ingreso de otras personas. Jeonghan se detuvo frente a ellos.
—Quiero hablar con Bin —demandó.
—El jefe no está recibiendo visitas —dijo uno de ellos.
Jeonghan lo observó, con una mirada peligrosa. El sujeto se estremeció.
—De-de acuerdo —tartamudeó, abriendo la puerta.
Jeonghan entró en la oficina. Bin estaba sentado tras su escritorio, contando dinero sucio.
—¡Ordené que no me interrumpieran! —exclamó, más su expresión cambió al ver de quién se trataba —¡¿Hannie?! —exclamó, dejando lo que hacía de lado —¡Vaya sorpresa! —lucía desconcertado —¡Toma asiento! ¿Qué puedo hacer por ti?
Jeonghan permaneció de pie.
—Necesitamos hablar —dijo, seriamente.
—¿Quieres trabajo? —preguntó Bin, reanudando lo que hacía.
—No —respondió Jeonghan —. Quiero saber que está sucediendo.
—¿Qué está sucediendo con qué? —repitió Bin.
Jeonghan notó su nerviosismo.
—No te hagas Bin —murmuró —. Los gusanos del parque...
—¿Gusanos? —farfulló el hombre, con voz demasiado aguda —¡No sé de qué hablas! Los gusanos no vienen a zonas pobladas, lo sabes.
Una gota de sudor bajó por su sien. Jeonghan rodeó el escritorio, y se sentó sobre él.
—Pues, o estoy volviéndome loco, o me estás mintiendo —dijo, acercando su rostro al hombre —. Y sabes que no me gusta que me mientan. Esos gusanos me atacaron por alguna razón, y no me iré sin saberlo.
—Querido Hannie —murmuró Bin —, te recuerdo que la vida de tu madre depende de qué tan amable y obediente seas conmigo.
Sonrió macabro. Acababa de usar la carta que mantenía al chico bajo su poder.
—No metas a mi madre en esto —gruñó Jeonghan.
—¡Entonces compórtate como el esclavo que eres! —exclamó el hombre —Haré lo que quiera contigo. Y también con la perra de tu madre. Aunque —endulzó su voz —, podría perdonarte si eres buen niño. O tal vez, tu madre entregue un mejor servicio.
Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Jeonghan lo cogió de la ropa y lo lanzó por la puerta de entrada con tanta fuerza, que logró arrancarla. Bin quedó tirado en el suelo, semi consciente. Seungcheol se sobresaltó.
El resto de los hombres del bar se incorporaron para ver qué sucedía. Uno de los guardias intentó golpear a Jeonghan cuando este salía de la oficina, pero no lo logró, pues una mano con garras enormes lo detuvo.
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DEVIL SIDE [TERMINADA]
أدب الهواةChoi Seungcheol es un profesor de primaria que acaba de mudarse a la ciudad. Adaptarse a su nueva vida ha sido sencillo, hasta que conoce a su guapo, misterioso, y extremadamente sexy vecino. ⚠️Contiene referencias sobre as3s*natos, s*xo expl*cito...