XXXI

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—¡¿Qué quieres decir con "desapareció"?! —exclamó Woozi, desesperado.

—Tampoco lo entiendo —murmuró Wonwoo, aún perplejo —. Olía su aroma, lejano pero perfectamente distinguible. Y de pronto, se esfumó.

—¿Eso es posible? —preguntó Mingyu.

—No —respondió Wonwoo —. El aroma de un ser es único. Incluso si mueren, su esencia se mantiene. Esto es realmente extraño. Nunca había pasado. Incluso cuando desapareció en la catedral, podía oler su presencia, por eso sabía que estaba vivo... pero ahora...

Deslizó sus manos por el cabello. Lucía afligido y parecía a punto de llorar.

—¡Mierda! —exclamó.

Mingyu se acercó a él y lo abrazó.

—No te preocupes —susurró —. Lo encontraremos.

—Deberíamos descansar —propuso Minghao.

Para su sorpresa, todos estuvieron de acuerdo, incluyendo a Seungcheol y el propio Woozi. No dormían desde el incidente en la catedral, y por muy preocupados que estuvieran por Jeonghan, todo el esfuerzo sería en vano si se quedaban sin fuerzas. Así que se sentaron junto a lo que parecía las ruinas de un edificio. Mingyu repartió barras energéticas y pequeñas botellas de agua que cargaba en su bolso.

—Siempre preparado —dijo Wonwoo.

—¡Por supuesto! —dijo Mingyu, guiñando un ojo —Como todo buen médico que se respete. 

Eso consiguió una sutil sonrisa en el angustiado rostro del chico lobo. Mingyu se sentó junto a él, y deslizó su brazo por detrás del cuello de Wonwoo, quién apoyó su cabeza y cerró los ojos, exhausto. Seungcheol por su parte, no había pronunciado palabras desde que perdieron el rastro de Jeonghan. Sentía algo extraño en el estómago, o en el pecho, o en ambos, no estaba seguro. Más una cosa estaba clara: tenía un mal presentimiento. Woozi también permanecía en silencio. Pero a diferencia de Seungcheol, su rostro lucía sombrío y agotado.

—Sigo pensando en lo que ocurrió ahí atrás —dijo Minghao, de pronto —¡No es que me preocupe no haber tenido una de esas experiencias estrambóticas! —aclaró —Sólo me causa curiosidad.

—¿No se supone que esa masa expía los pecados humanos? ¡Tal vez eres no eres híbrido! —bromeó Mingyu, en tono sarcástico.

—Puede que la cucaracha tenga razón —interrumpió Woozi, dejando a todos perplejos con sus palabras.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Mingyu, de inmediato, haciendo caso omiso a cómo lo había llamado Woozi.

—A diferencia de nosotros, Xú es hijo de dos híbridos, así que su "herencia demoniaca" es más fuerte —explicó Woozi, cabreado —. Aunque eso no implica que seas más fuerte que los demás.

—¡Oh! ¡Es Cierto! —dijo Minghao, sorprendido —No había pensado en ese detalle. Pero aún así, sigo siendo en parte humano ¿No debería tener algún pecado que expiar?

—Supongo que solo tú puedes responder esa pregunta —murmuró Woozi, mordisqueando su barra energética.

Minghao arrugó el ceño, pensativo. La historia de su vida había sido mucho más tranquila que la de sus amigos. Si bien era hijo de dos híbridos, no recordaba algún mal episodio durante su infancia. Quizás influyó el hecho de haber nacido en el Centro de Entrenamiento, y haber sido criado y enseñado por sus propios padres. O tal vez fue la promesa que alguna vez hizo a su madre: Vive tu vida día a día, sinceramente y sin arrepentimientos, y que Minghao cumplió al pie de la letra. Incluso cuando sus padres dejaron el Centro de Entrenamiento, él los entendió, pues sabía que llegaría el día en que tuvieran que marcharse. Poco tiempo después, conoció a Jeonghan, y encontró en él una nueva familia. Sonrió.

—Tienes razón —dijo, finalmente —. Soy afortunado.

—¿Los híbridos pueden procrear entre sí? —preguntó Seungcheol —¿No se supone que ustedes son hijos de demonios y humanos?

—A decir verdad —murmuró Wonwoo, quién había permanecido con los ojos cerrados, recostado en los brazos de Mingyu —, no somos la mezcla de un demonio con un humano, sino de un híbrido con un humano. Los demonios no tienen permitido entrar al Mundo Mortal ¿Recuerdas?

—Sí, pero no comprendo —dijo Seungcheol, arrugando el ceño —. Sus "poderes" deben provenir de algún lugar ¿Cierto?

—Ya que estamos varados, supongo que hay tiempo para una pequeña historia —respondió Minghao —. Hubo un tiempo en que los Ángeles tenían permitido venir a la Tierra libremente para ayudar a los hombres. Pero se enamoraron de las mujeres humanas, así que se encarnaron en cuerpos mortales y tuvieron hijos con ellas. Por eso, Dios castigó a Los Ángeles, les quitó sus alas, y los desterró del Cielo hacia el Infierno. Sus hijos, los Nephillim, conservaron parte de los poderes de sus progenitores, y al igual que a ellos, Dios los maldijo, y los convirtió en monstruos demoníacos que siguieron vagando por la tierra. Nosotros somos la descendencia de esos hijos.

Mingyu, quien había escuchado el relato atentamente, alzó las cejas, sorprendido.

—Nunca me habías contado esa historia —dijo, observando a Wonwoo.

—¿Cambiaría algo el que supieras? —preguntó Wonwoo.

—No —dijo Mingyu, encogiendo los hombros.

—Lo supuse —respondió Wonwoo, sonriendo.

Acto seguido, se incorporó.

—Es hora de seguir.

—¡¿Encontraste su rastro?! —preguntó Seungcheol, inmediatamente.

—No —dijo Wonwoo —, pero mientras escuchaba a Hao, pensé algo: Jeonghan desapareció en la catedral. Quizás aún siga allí.

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Sobre las alucinaciones que tuvieron mientras estaban atrapados en la masa, cada una representaba un pecado capital que debían purgar: Mingyu, era la gula (Trabajaba y trabajaba sin parar); Wonwoo era la soberbia (Él debía ser el mejor a como diera lugar); Woozi representaba la envidia (Envidiaba a los humanos por tener todo lo que él no tuvo, especialmente amor); y Seungcheol era la ira (por haber sido dejado por su novia de esa forma). En el caso de Minghao, él tuvo una buena vida, y siempre fue sincero consigo mismo, sus actos y sus sentimientos, así que no había pecado que purgar. Y sobre Jeonghan, si hubiera algún pecado para él, definitivamente sería la lujuria 😏.

DEVIL SIDE [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora