XX

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—¡¿Se lo llevaron?! ¡¿Quiénes?! ¡¿A dónde?! ¡Debemos ir por él!

Seungcheol acababa de entrar en pánico. La voz de Mingyu, quien se encontraba a su lado, logró tranquilizarlo.

—Cálmate, Seungcheol —dijo el chico —. Lo primero es atender a Wonwoo y Minhao.

Seungcheol estuvo a punto de replicar, pero luego cerró la boca.

—Tienes razón —dijo finalmente —, lo siento. Es solo que...

—Entiendo —dijo Mingyu —. No te preocupes, no lo abandonaremos. Wonwoo ¿Crees que este lugar todavía sea peligroso?

El chico lobo negó con la cabeza.

—Acabamos con todos —respondió.

—En ese caso —continuó Mingyu —, Seungcheol ¿Podrías ir por mi mochila? Necesito un par de cosas.

Seungcheol obedeció. Rápidamente salió de la catedral y regresó cinco minutos después con un gran bolso entre manos. Mingyu abrió la mochila y sacó un kit de emergencias. Con una tijera rasgó lo que quedaba de la camisa del chico lobo, limpió su herida y puso gasa en ella. Luego cogió un par de suturas adhesivas y las aplicó en su mejilla. Hizo lo mismo con la frente de Minghao.

—Estás lleno de sorpresas —comentó Seungcheol.

—Resulta que soy médico cirujano —explicó Mingyu, encogiéndose de hombros —. Es bastante útil considerando la clase de personas desastrosas con las que vivo —agregó divertido.

—Gracias —murmuró Wonwoo.

Mingyu acarició su mejilla. Las palabras de Wonwoo no eran sólo por haber atendido sus heridas, sino también por referirse a ellos como "personas", algo que pocos hacían, y Mingyu lo sabía. Sonrió. Luego se puso serio.

—¿Qué rayos pasó? —preguntó —¡Estuvieron perdidos por más de doce horas!

—¡¿Doce horas?! ¡Mierda! —exclamó Minghao, enfurecido.

Suspiró.

—Después de localizar la zona de origen de la carta —relató Minghao —, Wonwoo encontró el rastro, y nos trajo hasta aquí. Tal como ahora, estaba todo en penumbras, sin embargo una luz se filtraba desde algún lugar tras la nave. Encontramos una puerta trampa, y bajo ella se extendía una escalera de la cual provenía la luz. Tuve un mal presentimiento desde el principio, pues olía a sangre humana fresca. La escalera llevaba a una catacumba. ¡Era como un maldito laberinto! Pero cuando llegamos al final, descubrimos una gran caverna. Parecía muy antigua. Había grandes estalactitas por todas partes. Oímos gritos y murmullos, y decidimos acercarnos. En el centro de la cueva, había una especie de congregación de sujetos encapuchados que murmuraban palabras en un idioma extraño. Creo que era arameo, aunque no puedo asegurarlo. También se oían gritos.

—¿Qué hacían ahí? —preguntó Mingyu, desconcertado.

A Wonwoo se le ensombreció el rostro.

—Un sacrificio humano —murmuró.

—¡¿Qué?! —exclamó Seungcheol.

-En medio de esos sujetos, había dos mujeres desnudas y atadas a una gran estalagmita. Y... —Minghao se detuvo.

Parecía que iba a vomitar.

—Les habían abierto el abdomen, y sus intestinos colgaban de ellas —concluyó Wonwoo —. Aún estaban vivas.

Eso les erizó la piel por un segundo.

—Hannie se nos adelantó, y los atacó sin decirnos —continuó Minghao —. Pero antes de que llegara hasta ellos, aparecieron tres monstruos, los mismos del bar. Y esta vez, pudimos verlos claramente.

DEVIL SIDE [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora