Jeonghan había estado fuera toda la noche y llevaba casi dos días sin dormir. Este trabajo había estado pesado. Bin le daba trabajos cada vez mas brutales y aunque siempre prometía que era el último, nunca cumplía su promesa. Estaba agotado. Todo su cuerpo dolía como el infierno, sobre todo el arañazo de la espalda. Maldito, pensó enojado. Otra vez tendría que drogarse para dormir. Cogió el frasco con tabletas y se tomó un par. Con eso bastaría para descansar un par de horas, aunque su cuerpo estaba tan acostumbrado a esas cosas, que ya ni efecto le hacían. ¿Cuánto mas soportaría esa vida? Más no tenía alternativa. Era la única forma de obtener su libertad, y aún más importante, la de su madre. Sus pensamientos la llevaron hasta ella. Su sonrisa, su forma de acunarlo cuando sentía miedo, su voz al cantar. Luego, todo se tornó negro y el sueño se lo tragó. Algunas horas después, algo lo despertó, y por instinto cogió el arma que estaba bajo la almohada. Su cuerpo se relajó al reconocer el sonido del móvil. Dejó el arma sobre la mesa de noche, y contestó. Era Bin.
—Tengo un trabajo para ti —dijo la voz del otro lado —. Te espero en media hora en el bar.
Colgó. Jeonghan gruñó. Odiaba a ese sujeto más que a nadie en la vida.
—Voy a matarlo uno de estos días...
Se sentó en la cama y revisó sus heridas. Ya habían sanado casi por completo. Se incorporó y caminó hasta la ducha, quitó su ropa y miró el reflejo de su espalda en el espejo. Ya no sangraba. Se dio un baño de agua fría, que logró despertarlo, se vistió, y puso el arma bajo la chaqueta. También ajustó la daga en el pantalón. No tenía hambre. Cogió las llaves y enfiló al ascensor. Pensaba qué tipo de trabajo tendría ésta vez, cuando la puerta del ascensor se abrió en el hall y vio un rostro nuevo. Jeonghan lo evaluó rápidamente con su ojo experto. Inquilino nuevo de seguro, bastante atractivo para ser de su clase, pero nada fuera de lo común . No sería un problema mientras se mantuviera lejos de su piso. Cogió el correo, y se marchó.
En el bar, Bin esperaba en la mesa de siempre. Un par de hombres se voltearon a mirarlo. A pesar de llevar el cabello corto, seguía llamando la atención de cualquiera, pero eso era normal en él. Eso era normal en cualquier humano mitad demonio. Sin embargo, Jeonghan llamaba la atención más que cualquiera. Su progenitora (No aquella humana que lo había criado desde que nació, y a quién consideraba su verdadera madre) era una súcubo, un demonio femenino de inigualable belleza, que atacan a los hombres y se alimentan de ellos, y su padre, un humano cazador de demonios que hizo un trato con la súcubo. Ella le daría un hijo y él la dejaría vivir. Así que cuando jeonghan nació, fue apartado de su madre y entregado al cuidado de una humana, quién lo crió hasta que cumplió los cinco años, y su herencia se manifestó. La sangre de la súcubo lo dotó con la habilidad de ver demonios, increíble velocidad y agilidad, capacidad de curación rápida, y sobre todo, una belleza inhumana, que atraía a cualquiera, en especial, a los hombres humanos. Ahí fue cuando apareció Bin en su vida, y se lo arrebató a su madre humana, a quién tomó prisionera en algún lugar desconocido. Bin lo llevó al Centro de Entrenamiento, donde fue entrenado desde entonces, sin piedad. Y a los diez años, ya era un cazador y asesino experto. Por supuesto, no sólo se deshacía de las criaturas demoniacas que rondaban la ciudad, sino también de algunos humanos que causaban problemas a gente mal llamada respetable. Estaba harto, pero su madre lo valía, e iba a salvarla a toda costa.
—¡Hannie! Mi muchacho favorito ¿Cómo estás hoy? —preguntó Bin —¿Quieres una cerveza?
Jeonghan lo fulminó con la mirada.
—Habla rápido —dijo molesto.
Bin soltó una carcajada.
—¡Directo al grano, como siempre! —exclamó —Supongo que por eso me gustas —murmuró, acariciando su entrepierna bajo la mesa.
—Te recuerdo Bin... —dijo Jeonghan, acercando una daga a los testículos del hombre —... que ya no soy un niño.
—¡Y es una lástima! —se lamentó el otro, retirando la mano —. Me gustabas más de esa forma —suspiró —. En fin, hablemos de negocios. El senador Kan quiere que arregles unos asuntos para él. Te espera en el parque, él te explicará.
Jeonghan se marchó de inmediato, sin despedirse.
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DEVIL SIDE [TERMINADA]
FanfictionChoi Seungcheol es un profesor de primaria que acaba de mudarse a la ciudad. Adaptarse a su nueva vida ha sido sencillo, hasta que conoce a su guapo, misterioso, y extremadamente sexy vecino. ⚠️Contiene referencias sobre as3s*natos, s*xo expl*cito...