¿Por qué no lo detuvo? Esa pregunta rondaba su cabeza. No es que ese humano en particular le agradara. Es decir, no le gustaban los humanos en general (con excepción de Mingyu, e incluso había tenido que aceptarlo por cansancio, pues pasaba el día pegado a Wonwoo). Entonces ¿Por qué besaba a uno de ellos? ¿Por qué sus manos en la espalda se sentían tan bien? ¿Por qué estaba disfrutando sus caricias? Y sobre todo ¿Por qué se había preocupado por él? Desde que lo separaron de la mujer que pensaba era su madre, evitó relacionarse con humanos, incluso en el ámbito sexual (seungcheol fue el primer humano con quién tuvo sexo), porque los consideraba inferiores, cobardes e inútiles (o al menos eso decía). Más cuando estaban en el bar y perdió la cordura por unos minutos, habría destruido todo, si no hubiera visto el rostro de Seungcheol, aterrado a muerte. Jeonghan estaba fuera de sí, y ya no tenía control sobre sus poderes. En ese instante, se encontró con los ojos Seungcheol, y vio el miedo en su interior. Y eso, le dolió, no porque un humano le temiera (había sido así desde que tenía memoria), si no porque era precisamente él. Mientras un par de manos curiosas desabotonaban su camisa, surgió una segunda pregunta, mucho más preocupante que la primera: ¿Desde cuándo ese humano le importaba tanto? Porque sí, ese chico le importaba, demasiado. Ser consciente de aquello le aterró, más que cualquier criatura que se hubiera cruzado en su camino. Y entonces pensó en otra cosa, aún más terrible: ¿Podría ser que aquel sujeto tuviera sentimiento reales por él? Es decir, después de lo del bar, cualquiera habría huido despavorido. En cambio, allí estaba, cogiéndolo por la cintura y aprisionándolo con todas sus fuerzas ¿Debía dejarlo seguir? Pero ya era demasiado tarde. Estaba sin camisa, y su espalda baja y sus glúteos eran recorridos por un desesperado Seungcheol, quien besaba apasionadamente cada rincón de su cuerpo. Dos minutos después, estaban sobre el sillón. Una mano fuerte bajó el cierre de su pantalón y acarició su entrepierna, mientras una lengua recorría la línea de sus clavículas. No pudo reprimir el gemido que salió de su boca.
—Creo que... —susurró Seungcheol, con la voz entrecortada—... Deberíamos ir a la habitación...
Jeonghan alzó las cejas.
—Es decir... —continuó Seungcheol —Podrían... Oírnos... —Tenía el rostro y las orejas coloradas —Además, no creo correcto hacerlo en el sillón de otro...
Jeonghan sonrió.
—Tienes razón —dijo finalmente —Wonwoo se enfurecerá si dejamos marcas en sus muebles.
Se incorporó, cogió la mano de Seungcheol, y lo arrastró hasta el cuarto que ambos habían compartido la noche anterior. Jeonghan apenas pudo cerrar la puerta, y un segundo después, fue despojado por completo de su ropa. Seungcheol lo cogió por la cintura, y ni siquiera se molestó en quitar sus propias prendas antes de caer enredados sobre la cama. Jeonghan gimió. Una mano bajo su espalda, otra sujetando su muñeca firmemente sobre la cabeza; un par de piernas aferradas a la cintura del humano, y dos lenguas jugueteando mientras intentaban no perder la respiración entre cada gemido. Al menos la cama no crujía demasiado.
El cuarto parecía un horno. El vidrio de la ventana se empañó con vapor, y el cuerpo de ambos se cubrió de pequeñas gotas de sudor. Cada beso, cada caricia, cada movimiento, era desesperado, como si sus vidas dependiera de ello. En medio del placer, Jeonghan se sorprendió pensando en ese humano, no como un juguete con quien pasar el tiempo como solía ser, sino de una forma íntima, mucho más profunda ¿Sería eso lo que llamaban amor? De sólo pensarlo, tuvo miedo. Miedo de acercarse demasiado, sentir algo por él, y luego, descubrir que los sentimientos del otro eran a causa de su hechizo. Esa era la razón por la que pasó toda su vida enredándose con otros híbridos (pues eran inmunes), y jamás se permitió estar con un humano. Y luego apareció Seungcheol, quien con sus palabras, su mirada, y sus caricias, logró confundirlo. Quizás por eso le molestaba tanto la presencia de ese chico: Lo hacía sentir vulnerable. Se detuvo.—¿Sucede algo? —preguntó Seungcheol, preocupado —¿Te lastimé?
Jeonghan soltó una carcajada silenciosa.
—Es bastante egocéntrico de tu parte el pensar que puedes lastimarme —respondió.
Seungcheol sonrió también.
—Supongo que sí —reconoció —. Pero entonces ¿Qué sucede?
—¿Realmente te gusto? —preguntó Jeonghan, seriamente.
—¡Por supuesto que sí! —respondió Seungcheol, de inmediato —Es más. Creo... creo que estoy enamorado de ti —murmuró, cohibido.
Aunque ya tenía las mejillas coloradas a causa del esfuerzo, estas adquirieron un tono aún más intenso. Jeonghan lo miró directo a los ojos, escudriñando en su interior, buscando algún rastro de mentira, más sólo encontró amor en ellos. Seungcheol alzó su mano, tomó su mejilla y lo atrajo hacia sí.
—Realmente te amo, Jeonghan —susurró, antes de besarlo dulcemente.
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DEVIL SIDE [TERMINADA]
FanficChoi Seungcheol es un profesor de primaria que acaba de mudarse a la ciudad. Adaptarse a su nueva vida ha sido sencillo, hasta que conoce a su guapo, misterioso, y extremadamente sexy vecino. ⚠️Contiene referencias sobre as3s*natos, s*xo expl*cito...