THEO KHÖLER
Ella no llegó, la esperé hasta el amanecer y simplemente no llegó, y no la vi más, el temor no tardó en llegar y me imagine lo peor, Müller la había asesinado, aquel día subí solo al auto y con el corazón sobre mis manos, ¿qué pasaba si nunca más la volvía a ver?, cuando pensaba en eso lo comprobaba, mis sentimientos hacia ella eran más fuertes de lo que pensaba, hasta me imaginaba lo doloroso que sería vivir sin ella, no la conocía hace mucho tiempo, pero el dolor abundante en mi pecho consiguió que más de una vez, en un mismo día liberará lágrimas lleno de dolor y sufrimiento.
La sorpresa me la llevé al momento que regrese al campo al día siguiente, Müller llevaba muletas, observe su pantorrilla, notablemente estaba herida, una sonrisa involuntaria salió de mis labios, ella era la mujer más valiente que haya conocido jamás.
—¿de qué te burlas, Khöler?—preguntó furioso.
—no es obvio —respondí con ironía—
ella es más valiente de lo que pensaba, tanto que no dudo ni un segundo en dispararte —le dije con tranquilidad.—esa judía me las pagará, Khöler, la mataré frente tus narices —prometió mirándome con rabia.
—sobre mi cadáver, Müller —susurre alejándome de él.
¿dondé estará?, ¿seguirá con vida?, no deje de preguntarme lo mismo, hasta que lo determine, la buscaría y la llevaría a casa, me importaba una mierda que la policía nacional del estado me buscará, torturarán, me importaba una mierda el führer y sus reglas, haría lo que considerase correcto, así eso significará pagar con mi vida.
ISABELLA PODOLSKY
Theo...
Tenía tanto que agradecerle, que la vida jamás me alcanzaría para ello, lo miraba desde las alturas, temía quedarme aquí, pero también me atemorizaba que le pudiese suceder a él si continuaba con esto, protegiendo a una Judía, no creo que las reglas hallan cambiando mucho, todo lo que se escuchó en Holanda antes de venir aquí era cierto, si estaban los crematorios y si moríamos por toneladas, no dudaba de las normas de la Gestapo, la policía no duraría ni un segundo en aniquilarlo y torturarlo, ¿cómo podría yo vivir con eso?, esta guerra me ha arruinado, y no dejo de sentir culpa antes de que los hechos se concreten, quizá me adelantaba demasiado y si podría salvarse él y yo, fui sacada de mis pensamientos cuando perdí el equilibrio en las alturas y caí sobre la hojas, no grité, no dije nada, él se volteo y me miró con una sonrisa en sus labios de alivio, y pude notar la tranquilidad y felicidad una vez que me vio ahí, tendida, le regalé una sonrisa inocente, y la repuesta fue dada por la mismísima vida.
—¿cómo supiste que estaba en el bosque? —le pregunté seria.
Tomó de mi mano y ayudo a levantarme, acarició mi mejilla con amor, así se sentía, fue la pregunta más estúpida que formule, pero no tuve otra.
—No lo supe Isaballe —estiró su mano, su contacto se sentía tan bien, tan aliviado—solo seguí mi instinto —
aseguro encogiéndose de hombros— por un momento pensé lo peor, jamás dude de tu valentía, me alegra tanto verte nuevamente —me sonrió.—también me alegra verte, Theo —le sonreí.
—Vamos a casa, allá estarás mucho mejor -me dijo, asentí en silencio.
A casa....
Se sentía tan acogedor, por un momento mi mente vago y se imaginó regresando a casa y escuchando las discusiones y reclamos de mamá sin sentido, papá leyendo el diario, y Abraham rodeando la cintura de Anna con tanto amor, él la amaba y la había perdido, eso detuvo mis pensamientos, no iría a casa y no los vería, el dolor era inexplicable, aún dolía como la primera vez, por un momento jure tenerlo todo, y al final no tengo nada, negué con cabeza apartando los recuerdos que me lastimaban, estaba dañada, la guerra ha destruido todo, nada está a salvo, no quería pensar en ello ni recorrido es nada, miré al hombre que iba a mi lado, la pregunta se formulaba una y otra vez, ¿por qué?.
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Amor Entreguerras
Ficción históricaAño 1939, inicio de la segunda guerra mundial... Él un teniente alemán perteneciente al partido nacional socialista, ella una judía escapando de las garras de Hitler, pero, ¿qué sucederá cuando estas vidas se crucen?