31 de diciembre 1943
Han pasado algunas semanas desde aquel nefasto descubrimiento, no he dejado de pensar y de cuestionarme en ninguna circunstancia la idea de irme lejos y marcharme de aquí desde entonces, pero la necesidad y el miedo que me arrómese al momento de pensar en tener que dejarle lo es más, nunca tuve este sentimiento tan encontrado de temer a perderle, y sobre todo el temer a quizá nunca más volverle a ver de nuevo, temía en mi insistente corazón el solo hecho de saber que tal vez, cada día podría ser una última vez.
Su madre era mujer demasiado nazista para mi gusto, y nunca tendría la mera posibilidad de llevarme bien con ella, ha venido en diversas oportunidades y no ha dejado de sacarme en cara lo que soy y lo que le produzco cada vez que me ve aquí y me siento con ella en la mesa, Theo se ha restringido en no decirle nada, y también lo he hecho yo, tengo el impulso de decirle unas cuantas verdades, pero sus amenazas y sus diversas advertencias me hacen mantener la compostura, conozco mi lugar, y sé que en estos tiempos es mejor no llevar la contra, más cuando ella está casada con un hombre como su marido, fiel al régimen, alguien superior que no tendría ni la más mínima piedad por alguien como yo, aniquilar un cuerpo más seria lo de menos para él.
Después de tantas veces decir que no quería renunciar a mis múltiples ideales, lo he hecho, y me he restringido a no decir nada, a guarda cada cosa que deseo con fervor hacer saber, me he guardado cualquier tipo de comentario que le pueda parecer mal a la señora, no por ella, ni siquiera por mí, porque ya no me importaría lo que pudiese ocurrir con alguien como yo, sino por Theo, siempre lo he dicho, y lo seguiré diciendo, jamás me perdonaría el hecho de que a el le sucediera algo por mi culpa, no lo merecía, no cuando en el existía piedad, amor, y bondad.
Estaba cansada de todo esto, de esa mujer entrometida que cada día pasa aquí, y no hace más que criticar lo que soy, ¿Cómo se sentiría ella si cada día yo hiciese lo mismo?, no sé cuánto más seria capaz de aguantar, pero de seguro no sería por mucho tiempo, pues en todo orden de cosas la paciencia tenía su límite.
Elimine mis deseos de querer acabar con su vida, porque no sería la que se daría ese lujo, no mancharía mi conciencia, y mi persona por seres humanos como ellos, eso estaría convirtiéndome en lo mismo que ellos, una asesina, y podía ser lo que ellos quisiesen, una peste, rata, la peor especie que habita en el planeta, la peor raza y no aria, podía ser de una etnia prohibida, pero jamás, sería una asesina, no era como ellos, y si lograba sobrevivir, me encargaría de ser mejor cada día, si me salvo de esta guerra, me prometo cada día que seré aquello que quiero ser, y que el día de mañana proveeré la paz, incluso si eso significa tener que perdonar a mis enemigos y convivir con ellos, tratare a toda costa que no vuelva a ocurrir algo como lo que se ha hecho en los últimos años.
Estaba barriendo, cuando la puerta principal es abierta, mire un tanto asustada, pues las constante amenazas de la señora Khöler me tenían así, asustadiza y temiendo de quien pudiese estar abriendo la puerta y quien entrase por ella, me relaje cuando vi el cuerpo de Theo entrando por ella, junto a Jenell y Hanh, sonreí y unas cuantas lagrimas amenazaron con salir de mis ojos, hace mucho no les veía, y para mi buena suerte, este día no tendría a la madre de Theo atormentando mi vida.
—¡qué alegría me da verlos! —exclame emocionada y acercándome hasta a ellos con una enorme sonrisa en los labios.
—pensé que te gustaría verlos, antes de que te marches — me dijo Theo, le quede mirando un tanto confundida— pronto estarás lejos de aquí, y a salvo —prometió.
¡¿Qué?!, ¿De que estaba hablando?, ¿De que me estaba hablando?
Me quede mirando sin entender nada, nadie me había dicho nada sobre marcharse, ni nadie me había hecho saber que en los planes estaba irme pronto, no quería que fuese así, no me quería tener que alejar de Theo, así como así.
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Amor Entreguerras
Historical FictionAño 1939, inicio de la segunda guerra mundial... Él un teniente alemán perteneciente al partido nacional socialista, ella una judía escapando de las garras de Hitler, pero, ¿qué sucederá cuando estas vidas se crucen?