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Desperté abrazada a su pecho, compartiendo la misma cama, Theo dormía plácidamente a mi lado y aún llevaba consigo su torso desnudo, lo mire y luego levante las sábanas que cubrían nuestros cuerpos y me mire, estaba desnuda todo aquello si había ocurrido, me quería convencer que no sólo fue un sueño del cual había despertado, deje ir el miedo, olvidé los rostros que se apoderaron de mi como si fuesen dueños y señores de mi cuerpo, me permití olvidar y entregarme a algo diferente, a algo nuevo, lleno de amor y realismo, permití por sobre todas las cosas que él me amara como quería, que yo lo amase de la misma forma, sonreí para mí misma y acaricié con cierta vergüenza su torso y luego sus mejillas, no cansaba de decirme una y otra vez que dentro de todo era una mujer afortunada, que él era lo mejor que me podría haber pasado en una situación cómo está, no esperaba que llegara alguien y que me moviera el piso, no pensaba siquiera en enamorarme en condiciones tan absurdas cómo está, él me dio un nuevo comienzo, una nueva forma de ver el mundo, aun cuando todo se derrumbaba y se derrumba frente a mis ojos, Theo me regaló algo tan preciado que no pensaba que volvería a vivir no mientras esto durase, me dio felicidad en tiempos difíciles, en medio de una guerra, donde los prejuicios y los estereotipos lo son todo, él dejo de lado todo eso e incluso más, no le importo a que etnia perteneciese, no le importo enamorarse de lo que realmente era.

Enrollé un poco la sabana sobre mi pecho y recogí las prendas para vestirme, él pronto se levantaría y debería marcharse al campo, pensar en ello y tener que asumir con realismo lo que es el realmente es aún perturbante, un poco, pero si él había podido renunciar a tantas cosas, podía lidiar con ellos e incluso con mucho más, lo conocí así y debía aceptarlo como tal, de la misma manera bondadosa en que él me acepto a mí, aun cuando eso significase tener algunos enemigos que quisieran destruirle por envidia y codicia, me levante pues quería estar despierta para cuando Theo despertase  y tener el desayuno listo para él.

Caminé hasta la cocina y encendí las luces, seguido de ello, comencé a preparar el desayuno que compartiríamos ese día, no era una gran cocinera, pero si era una gran repostera, así que deje que el juego de sabores dulces se hiciera presente, la mezcla de azúcar, harina, huevos y esencia comenzaron a abordar gran parte de la cocina, que prepararle un kuchen de tradición alemana que mi abuela judía/alemana me había enseñado de pequeña, un delicioso kuchen de manzana, acomode la masa sobre el molde y luego vertí la mezcla de manzanas, canela y un poco de licor para luego colocar las migas de este, lo introduje en el horno, le había puesto ese ingrediente especial que se le debe colocar a cada receta que se elabora, amor.

Continué con lo que estaba haciendo, preparé café y luego pan, haría esto de algo especial para mí y para él, no quería olvidar todo lo que él ha hecho por mí, como me ha hecho sentir desde el comienzo, y mucho menos quiero olvidar que la noche anterior él supo y me ayudó a superar los miedos que aún permanecían en mi cada día, era una situación complicada, me costó volver a confiar en algo así, me costaba confiar en él aun cuando tenía y estaba más que segura que jamás me haría ningún daño, que nunca abusaría de mí, ni me obligaría a nada, pero las situaciones en las cuales me ha tocado vivir y como las he tenido que enfrentar han hecho convertirme en una mujer llena de miedos e inseguridades, aun cuando trato y aun sabiendo que mi personalidad fuerte y persistente aún esté conmigo, ayer, y cuando él me dijo que debía irme que no me quería nunca más a su lado, el corazón se me derrumbo y de inmediato sentí su ausencia, fue en ese instante en que los miedos que tanto tiempo me han costado superar, volvieron a permanecer y hacerse presentes como tal, porque a pesar del tiempo empleado, y de la confianza empleada y casi terminando el año 1943 aún no me siento segura del todo, aun no puedo siquiera en pensar en alejarme de él, cuando conozco sus planes, y sé que él desea enviarme lejos de aquí, solo sé que no quiero, no quiero alejarme de él, estoy tan enamorada que no me imagino una vida lejos de él y de sus brazos, manteniendo y teniendo en cuenta mi decisión de no querer casarme, los cuales preservo conmigo es netamente por un tema de lealtad y de respetar desde siempre mis ideales, creencias e incluso mi religión, casarme con Theo implica un millón de cosas las cuales no estoy dispuesta a dejar ir, no por él, aunque sea el gran amor de mi vida, no puedo y no quiero tener que cambiar mi vida por completo, no estaba preparada para el exterminio, tampoco lo estaba para ver morir a mis padres, como tampoco lo estaba para enamorarme de un nazi, y mucho menos estoy preparada para renunciar a todo por un hombre, negué con la cabeza, pensar en ello me ponía mal, y me hacía sentir egoísta, aun cuando creía que lo que hacía era correcto, deje escapar un suspiro pesado, y continué con lo que estaba haciendo, el kuchen estaba casi listo, al igual que el pan, comencé a poner la mesa como a él le gustaba y para cuando esta estaba puesta, todo lo que había en el horno estaba listo, y los deje enfriar.

Amor EntreguerrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora