Capitulo XVll

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   Días después

Anastasia, Kate, y Mía disfrutaban del ultimo día en Londres. Mía y Kate, arrastraron a Ana, para ir de compras. A pesar de la negativa de Ana, se divirtió mucho. Regresaron al hotel con muchas bolsas cada una, aunque era más las compras de Kate, y Mía...las tres se habían echo muy amigas, aunque mas Kate y Mía, tenían muchas cosas en común, como su gusto por la moda, los chicos, la música. Ana, era mas tímida y una romántica empedernida. Ella disfrutaba mas admirando la ciudad.

- ¿Te divertiste Ana?- Preguntó Kate

- Mucho...- respondió Anastasia, cuando llegaron a la suite del hotel Corinthia Hotel London.

- A mi me duele los pies - comentó Mía.

- ¡Kate y Mía!¡¿Adonde llevaron a mi hija?!- Grito un furioso Raymond Steele.

- Señor Steele, verá...nosotras - tartamudeo Kate, nerviosa

- ¡¿Ana, estas bien?!- Gritó el exagerado y tomando a su hija por los hombros. - ¡¿Te duele algo?!¡"Tal vez tu pancita"!

- Estoy bien - dijo Ana, avergonzada

- ¿Seguro? ¿No te duele los piecito?- Preguntaba el, mientras Kate, y Mía, reprimian sus ganas de reirse por la exageración de Ray.

- No me duele nada- contestó Anastasia, sonrojada.

-¡La culpa la tienen ustedes dos!¡Les dije que no podían salir solas!¡¿Y que hicieron ustedes?! ¡Salieron sin mi consentimiento y se llevaron a mi hija!- gritaba Ray, Kate y Mía, se mordian la lengua para no reirse.

- Oye...tranquilo. Estoy bien- susurró Ana. Ray se derritía por Anastasia, para el era como una muñequita de cristal a la protegería con su vida

-¿A donde fueron? ¿Que tal las compras? ¿No vieron nada interesante? ¿No las venían siguiendo? Nunca se sabe qué clase de gente hay en las calles.

- No- susurró Ana.

- ¿Seguro?

- Seguro- decía Ana, roja de verguenza

- ¿No tienes hambre?- Ana, negó con la cabeza- seguramente estas dos, te dieron de comer porquerias - gruñó

- Comimos pizza en el centro comercial- contestó Mía

-¡¿Que?! ¡ eso no es alimento! Ordenaré algo mas nutritivo para comer-...

*****

Ray, y las tres preadolescentes regresaron a Seattle, Mía, había echo una nueva amiga. Y estaba feliz.

- ¡Papá!- Chilló Mía, al ver a su padre esperando por ella en el aeropuerto

- ¡Mía!- Exclamó Carrick, abriendo sus brazos para recibir a su hija. - Oh, mi princesa la extrañé mucho- dijo el abrazando a Mía

- Solo fueron cinco días- respondió Mía sonriente

- Pero para mi fueron una eternidad - Carrick, beso la frente de Mía- ¿Te portaste bien?¿No hiciste travesuras?- Ella negó con la cabeza

- Que tal Carrick...¿Como estas?- Dijo Ray

- Bien ¿Y ustedes?- Ray, y Carrick se dieron un fraternal abrazo.

Carrick, saludo a Anastasia, y Mía aprovecho de presentarle a su nueva amiga a su padre.

- Un gusto en conocerte señorita Kavanagh - dijo Carrick, cariñosamente

- El gusto es mio señor Grey- respondió Kate.

- Carrick, nosotros nos vamos a Montesano...te espero el treinta y uno, ninguno puede faltar-

Mi Amada AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora