Capítulo 84

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       POV ANASTASIA.

— ¡Mamá!— Grita mi hijo menor

— ¡Ted!—

Doblo las rodillas y abro mis brazos para recibir a mi niño.

Abrazo a mi bebé y lo lleno de besos . Amo a mis niños más qué mi vida.

Christian y yo tuvimos unas maravillosas vacaciones sólo los dos, pero extrañé a mis retoños y después de dos semanas por fin puedo abrazarlos nuevamente.

— ¡Papi! — Phoebe corre a los brazos de su padre quien lo espera con los brazos abiertos para recibirlos.

— Mi princesa— susurra Christian con voz ahogada.

— Te extrañé mucho papi— responde nuestra hija casi llorando— no te vuelvas ir sin mi— le reclama mientras se aferra a su padre.

Mi corazón se encoge. Phoebe es una digna hija de papá.

— Cariño, tú madre y yo necesitábamos un tiempo a solas— trata de explicarle Christian.

— ¿Por qué?— Pregunta la niña mientras se aparta para observar a su padre.

— ¿No le piensas dar un abrazo y un beso a tú mami?— Mi marido desvía la atención de nuestra princesa.

— ¡Por supuesto!

Mi niña deja los brazos de su padre para correr a los míos. Mientras Ted, corre a los brazos de su padre.

— Mi vida—

Por muy agradable qué fueron los momentos que vivimos Christian y yo en nuestra segunda luna de miel, no se comparan con estos momentos de tener a mis hijos en brazos.

— Mami— me responde mi niña — te extrañé.

— Yo también te extrañé a ti y a tu hermano.

— Ya no se vuelvan a ir, los extrañé demasiado— ahora me reclama a mi.

— De acuerdo—

Mis dulces niños. Las cosas más hermosa que hemos creado Christian y yo.

[••••]

Trás la bienvenida Phoebe y Teddy, se entretienen buscando las maletas. Obviamente encuentran los regalos qué su padre y yo les compramos.

— Está muy bonito— exclama viendo un vestido que su padre le compró en París.

— Tu padre te lo compró— murmuro

— ¡Gracias papi!— Y nuevamente la princesa de papá corre a los brazos de su padre para abrazarlo.

Teddy, está más entretenido jugando con sus nuevos juguetes.

— ¿Cómo se portaron?— Le pregunto a mi padre mientras observamos a los niños.

— Ya sabes que mis nietos son unos angelitos— no le creo nada— se portaron excelente— mmm, lo dudo.

— ¿No me estás mintiendo?— Me cruzo de brazos, y el niega con la cabeza— se lo preguntaré a Grace— abre los ojos como platos

— ¿No confías en mi? Me ofendes hija — parece decirlo seriamente.

Honestamente no me fío de su criterio cuando se trata de los niños, el es muy permisivo.

— Confío en ti papá— no pretendo hacerlo enfadar ni herir sus sentimientos. Él es un abuelo muy amoroso— ¿Cómo van tus negocios?— Desvío la conversación.

— Genial, está semana hice diez millones de dólares— sonríe orgulloso.

— ¿Sólo diez, suegro? — Interrumpe mi marido— yo hubiese hecho veinte.

Joder, ya van a ponerse hablar de números, estadística y ganancias.

Me concentro en mis niños.

[••••]

Ya se ha hecho de noche, y toda la familia está reunida en el gran comedor cenando. Mi marido explica todo el itinerario que hemos hecho las últimas semanas en nuestro viaje.

— Wow, ya me dieron ganas de viajar— murmura Carrick, mirando a Grace.

— No es mala idea — Responde mi suegra animada.

— ¿Que los detienes?— Añade Elliot— deberían preocuparse de pasar más tiempo juntos, trabajan demasiado. Además ya están viejos...— Iba todo bien hasta que se le ocurrió mencionar que mis suegros están viejos.

— ¡Elliot, no seas groseros con papá y mamá!— Gruñe Mía.

— Déjame terminar de hablar— le dice Elliot a su hermana— quise decir qué están muy adultos para que sigan trabajando tanto.

— Estoy de acuerdo con Elliot, en que papá y mamá deberían viajar y pasar más tiempo juntos— murmura mi marido.

— Ya lo hablaremos tu madre y yo hijo— le dice Carrick a Christian— Elliot, tu madre y yo amamos lo que hacemos— añade dirigiéndose a su hijo mayor.

— Mi abuelo no es viejo tío Lelliot— chilla Phoebe.

— No me riñas.

Pasamos un grato momentos, obviamente el centro de atención son los niños.

Él café lo tomamos en la sala.

— ¿Se irán está noche a su casa?— Nos pregunta Elliot

— No, mañana haremos un almuerzo en honor a Christian.

— Olvidaba que mi hermano cumple años. Wow Christian, ya tienes treinta y un años, estás viejo— dice Elliot con tono burlón

— Deja en paz a tu hermano, tu tienes treinta y cuatro y todavía te comportas cómo un gigoló— dice Carrick.

Todos nos reímos, Elliot finge enojarse.

Veo que Phoebe se queda dormida en los brazos de su padre, y Ted ya se ha dormido en los brazos de Ray.

— Estas hermosuras quedaron exhausto— dice Ray.

— Estaban emocionados con el retorno de sus padres— murmura Grace.

— Lo iré acostar— digo poniéndome de pie.

— Yo llevo a esta princesa—  dice Christian.

Christian y yo acostamos los niños y luego regresamos al salón.

Mientras los hombres beben vino y charlan de trivialidades, Mía y yo nos ponemos al día con los chismes.

Mía me comenta que Kate, y su futuro marido tienen constantes peleas.

Kate se casa en un mes más. Ella y su novio llevan alrededor de dos años, y hace unos meses atrás se comprometieron en matrimonio.

Mía me dice que José conoció una chica casi de su edad, lo cual es muy novedoso por qué nuestro amigo José siempre les gustó las mayores.

Seguimos hablando pero de repente el celular de Christian empieza sonar.

Él saca el celular del bolsillo, mira la pantalla y frunce el ceño.

— ¿Barney?— Dice cuando responde— si ya he regresado a Seattle, ¿Todo bien?

Que curioso que el ingeniero de sistemas de Grey House, éste llamando a estas horas y hoy

— ¿Cómo?— Dice Christian poniéndome de pie.

— ¿Ocurre algo amor?— Pregunto

— No lo sé— me responde — Ok Barney, llamaré a Andrea para preguntarle si hubo algún problema en mi despacho. Buenas noches.— Termina la llamada.

— ¿Todo bien?— Pregunta mi padre, mientras yo me pongo en alerta.

— La compañera de Andrea, Leila William, entró a mi despacho en compañía de un sujeto.

— ¿Y eso? ¿Algún problema en tu oficina?— Dice Carrick.

— No lo sé, y no me gusta nada que un extraño haya entrado a mi despacho—

Espero qué no se trate de algo grave.


Mi Amada AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora