Capitulo 82

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        POV JACK HYDE

—¡¿Jack?! —Chilla asustada la zorra que tengo por "novia"—¿ Que haces aquí?

— He venido a verte cariño—miro el vaso con wisky en mi mano mientras lo muevo.

— No te esperaba— su voz temblorosa demuestra el miedo qué me tiene

Deja las llaves encima de una mesita.

Me pongo de pie y me acerco a ella.

— Estas hermosa Leila— digo acariciando su mejilla con la mano. — Tu rostro es bello sin esos moretones— ella se aparta de mi.

Sé que sigue dolida por unas cachetadas que le dí.

— Sabes que esos golpes te lo merecías ¿Verdad?—

Ella no responde

— ¿Ya has planeado como acercarte al bastardo de Grey?

Leila se voltea a verme.

— Jack...yo.

— No me hagas enojar cariño—

— Christian Grey se marchó a un viaje de negocios...hace dos semanas atrás— responde tibuteando.

Lanzo el vaso hacia la pared, rompiéndolo en pedazos.

Esta mujer le encanta hacerme enojar.

— ¡No es cierto!...Ese bastardo no se fue a un viaje de negocios, se fue a un viaje de placer con su esposa!!—

Estoy tenso, furioso por culpa de una inepta.

— No lo sabía...—responde — ¿Como lo sabes?

— Lo sabrías si hubiese hecho bien tu trabajo— me acerco a ella y lo tomo por el pelo.

— Por favor Jack...no lo hagas— su estúpida voz de súplica no le servirá de nada.

— Te pedí que seduzca a ese bastardo y ni siquiera has logrado que Grey, discuta con esa zorrita que tiene por esposa.

— Suéltame...por favor— suplica

Del pelo lo arrastro hasta el baño.

No me importa sus gritos, sus súplicas. Ella no ha hecho lo que le he pedido.

Levanto la tapa del retrete y meto su cabeza hasta sumergir su cabeza.

— No me has resultado nada útil— levanto su cabeza.

— auxilio!!— Grita

Vuelvo sumergir su cabeza en el retrete.

— La espía que tengo en la editorial me ha resultado más útil que tú.

Tengo a la inútil de Leila en Grey House y a mi amante Elizabeth en la editorial. Ella vigila cada paso de Anastasia Grey.

Levanto su cabeza otra vez.

— No me hagas daño por favor... haré lo qué me pida, pero por favor no me lastime—

Nuevamente hundo su cabeza en el retrete.

— Eso ya me gustó. Te daré otra oportunidad.

La suelto y ella de inmediato saca su cabeza del retrete y trata de respirar mientras empieza con sus estúpidos lloriqueos.

— Iré a servirme un vaso de whisky. Te espero en la sala.

Salgo del baño.

Minutos después sale Leila. Su cuerpo solo está envuelto con una bata, su pelo mojado y su rostro pálido.

— Me ayudarás entrar a Grey House.

— ¿Qué?— Responde sorprendida— ¿Para que quieres entrar a Grey House?

Me levanto y me acerco a ella.

— No te incumbe. Así que vístete y vámonos a Grey House.

   POV CHRISTIAN

Huele delicioso. Mmm... Abro los ojos y lo primero que veo es el delicioso coño de mi mujer en mi cara muy cerquita de mi boca.

—¿Y esto?—¡Que descarada!

—¿Te gusta lo que ves?

¿Que si me gusta?¡ Me encanta este despertar.

—Oh si... claro que me gusta.

— Es todo tuyo— añade con tono seductor.

Sin esperar un segundo mas empiezo devorar el delicioso coño de mi esposa. ¡Qué delicioso desayuno! Mi miembro está de acuerdo.

Ella se tumba por mi cuerpo y toma mi miembro para acariciarlo con las manos y pasarle la lengua. Estamos haciendo un perfecto 69.

Tengo a la mujer perfecta.

Ella masajea mis testículos y chupa mi polla con vicio. Yo la follo con los dedos y chupo su clítoris que ya está hinchado. Gime y suspira por las sensaciones que le provoco, pero continua y vuelve a chupar mi pene, me da suaves caricias desde su base hasta la punta y hace que me estremezca y sienta que no aguantaré más...

—Ana... Oh... Ana...

—¿Te gusta lo que hago?—

—Siiiiii... Nena... Yo... Nena... Voy...

Y trago saliva, decido que quiero que se corra junto conmigo y trato de controlarme. Ella suspira, pero continua hasta que siento como se tensa al rededor de mis dedos y gime cada vez más alto.

No nos detenemos, ninguno de los dos.

Yo también gimo escandalosamente y siento que ya no tengo el control y estallo inundando la deliciosa boca de mi mujer, ala vez que me bebo su jugo.

     ***

Recorremos la costa de Monte Carlo para distraernos un poco y despedirnos de esta bella ciudad. Creo que para finalizar nuestro viaje de segunda luna de miel, es estupendo.

Ana me toma de la mano y mira emocionada las tiendas de artes, de ropa, las joyerías... Pero lo que la tuvo encantada fue una tienda de baratijas sobre una avenida.

Comenzó a reírse sola y compró un montón de llaveros, y chunches de esos.

Después me llevó a unas joyerías y le compró a mi madre un broche de oro blanco. A Kate y a Mía les compró unas cadenas con un dije en forma de corazón en cristal Swarovski.

A mi padre, A Elliot, y al tío Ray le compró un broche para corbata y unos gemelos.

A los niños les compró unas pulseras de oro blanco y rosado con su nombre grabado.

En cuanto a comprar ropa...

Fue una locura, y se supone que a Ana no le gusta salir de compras.

Ahora mi mujer mira con nostalgia hacia la costa lejana desde la proa del barco.

Antes de acercarme a ella saco mi celular y tomo una foto. Mi bella esposa en todo su esplendor.

— ¿Todo bien?— Le pregunta mientras guardo mi celular.

Rodeo su vientre con mi brazo. Ella recuesta su cabeza en mi pecho.

— Fueron dos semanas maravillosas — me dice con nostalgia

— Por supuesto. Me resultarán inolvidable— tuvimos mucho sexo en diferentes posiciones.

— Hacía mucho tiempo que no teníamos tiempo para nosotros— añade

Después que nacieron los niños, ellos se transformaron en nuestra prioridad, dejando un poco de  lado nuestra vida de pareja. Obviamente había sexo y mucho pero nunca habíamos pasado tanto tiempo a solas.

— Lo sé.

— Pero reconozco que extraño a los niños.

— Yo también extraño a esos diablillos— le doy un beso en la cabeza.

Mis niños han sido lo mejor que hecho con mi mujer.

Mi Amada AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora