Capítulo 89

5.4K 555 23
                                    

   POV LEILA

Ya no sé qué hacer. Temo por mi vida. Estoy aterrada por culpa de Jack, sé perfectamente que el me tiene vigilada por qué quiere asegurarse que yo haga mi trabajo y no precisamente como la asistente de Andrea Parker.

— Leila, ordene estos documentos — me ordena Andrea entregándome unas carpetas.

— ¿Lo hago por fechas?

— Si. Yo iré a la oficina de Ross.

— Ok.— Quisiera preguntarle por el señor Grey.

Andrea se marcha y yo me pongo ordenar los papeles. Ordenar documentos es un trabajo aburrido pero me distrae de pensar que Jack está atento a todos los movimientos del señor Grey. He querido confesarle toda la verdad, pero me asusta las represalias que pudiese tomar Jack en mi contra. Sé que en su oficina no puedo decir nada, excepto hablarle con tono seductor al señor Grey.

— Andrea ¿Dónde están esos documentos que le pedí?— Dice el señor Grey, por el intercomunicador.

— Señor Grey, Andrea fue a la oficina de la señora Bailey, pero me dejó unas carpetas con documentos que debo ordenar— respondo

— Cuando regrese dígale que venga a mi despacho.

— Si señor ¿Algo más?

— Nada más— sé que el no confía en mí.

Joder como quisiera decirle que Jack puso micrófonos en su oficina para escuchar todo. Pero si le confieso estoy arriesgando mi empleo y posiblemente vaya a la cárcel, y si Jack me descubre que digo la verdad estaré arriesgando mi vida. No tengo salida, sólo quedarme callada, pero no creo soportar mucho.

   ***

Ya es la hora de salida, el señor Grey se marchó cómo una hora atrás.

— ¿Me dirá que te sucede?— Me dice Andrea mientras bajamos el ascensor.

— No sé de que hablas.

— No soy idiota, a tí te sucede algo —

Será mejor inventar una buena mentira, Andrea no es fácil de engañar.

— He tenido unos días malos—

— ¿Problemas amorosos?— Si tan sólo fuesen problemas amorosos.

— Si... Descubrí a mi novio con otra en la cama— trato de sonar convincente

— Ya veo...¿Quieres hablarlo acompañado de una copa de vino?—

— ¡No!... Quiero decir no puedo. — Por favor no insista.

— ¿Por qué no? Mañana es sábado, no trabajamos.

— Mañana iré a Portland... A ver a mi mamá— sigo mintiendo

— Ok. No insistiré— me sonríe — en momentos difíciles, sólo la madre puede hacerte sentir bien.

— Si, mi madre es muy comprensiva conmigo — mi madre está en Connecticut, y me odia.

Afortunadamente el ascensor abre sus puertas y yo salgo rápidamente.

— Nos vemos el lunes— le digo a Andrea fingiendo tranquilidad

— Cuídate— me dice amablemente

— Igual tú— seguramente ella no tiene un hijo de puta que la golpea a su antojo.

Cada una se dirige a sus vehículos.

Antes de subirme a mi camioneta, miro los alrededores. ¿Quien será el informante de Jack?

      ***

Mi Amada AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora