CAPITULO 6

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Zabdiel llegó al hotel sobre la una de la madrugada.
Con cuidado de no despertar a sus amigos, se quitó la ropa y se metió en la cama.
Cerró los ojos intentando dormir, pero no dejaba de pensar que había echo algo mal; había quedado con Carlos en que él y los chicos iban a ir con ellos a pasar la noche a un monte encantado. Dios, después de lo que habían pasado, y ahora les estaba haciendo esto. Seguro que se enfadaban con el.
Se levantó de la cama y encendió el ordenador de Richard.
Buscó "Monte encantado de Key West, Florida".
Enseguida, varias páginas salieron a la luz.
Hizo click en el primer link que había.

"Esta historia comienza a finales del siglo XIX, cuando un pequeño niño de Key West, Florida (Estados Unidos) recibió como regalo un muñeco de trapo que representaba un marinero de blanco con un osito. El pequeño Robert Eugene Otto habría recibido este regalo de un sirviente nativo de las Bahamas y versado en las artes del vudú y la magia negra. La historia cuenta que el niño no era muy amable y maltrataba sistemáticamente a una pequeña sirvienta del hogar, por lo que el muñeco se habría entregado como venganza. El niño pronto se encariñó con su nuevo juguete. Decidió bautizarlo con su mismo nombre y andaba con él todo el día, sin dejarlo jamás de lado. Sus padres incluso pusieron una pequeña silla en la mesa para el muñeco y lo bautizaron como "muñeco Robert" para no confundirlo con su hijo. Pero entonces, fenómenos extraños comenzaron a suceder:
Al principio, Robert comenzó a tener largas conversaciones con su muñeco. A pesar de estar un tanto intrigados por el hecho, sus padres lo asumieron como un amigo imaginario y no le prestaron mayor atención al asunto. Algunas semanas más tarde, empezaron a oír las respuestas que éste le daba a su hijo, pero sencillamente supusieron que el pequeño se respondía a sí mismo. Sin embargo, ya comenzaban a preocuparse... y las preocupaciones aumentaron cuando los vecinos comenzaron a comentar que veían al muñeco asomarse por las ventanas cuando la casa quedaba sola.
La gota que colmó el vaso vino poco después. Tras oír un fuerte estruendo en el cuarto de su hijo, sus padres encontraron sus juguetes en el suelo y varias sillas y mesas volcadas. Su hijo, mientras lloraba, afirmó que había sido el muñeco Robert quien lo había realizado. Los padres decidieron no botar el muñeco, pero lo dejaron escondido en el ático. Y por fin, los fenómenos terminaron. Esa casa fue destruida poco después de que los inquilinos murieran en un accidente del hogar, muchos dijeron que había sido el muñeco, que estaba maldito. Hoy en día, donde estaba la casa solo quedan escombros, ya que estaba en la cima de un monté y nadie se había atrevido a acercarse bastante.
Hoy en día se dice que los que suben a ese monte creen ver cosas extrañas y sin explicación científica."

Zabdiel se quedó callado, mirando fijamente a la pantalla.
De pronto, alguien le toco el hombro.
Se dio la vuelta y vio a Erick.
-Perdona, te he asustado?
-Un poco. Dijo Zabdiel aún con la mano en el pecho.
-Que estas mirando? Dijo acercándose a el ordenador.
-Nada, una leyenda de este lugar.
-Y porque buscas eso?
-Verás...
Comenzó a contarle lo que había ocurrido en la playa con Carlos.
-Espera. Dijo Erick. ¿Le as dicho a Carlos que mañana vamos a ir con él y sus amigos a un monte encantado a pasar la noche?
-Algo así.
-Madre mía Zabdiel! Pero es que no aprendiste nada la otra noche?
De pronto la puerta del dormitorio se abrió y salió Christopher.
-Se puede saber que pasa? Se escuchan los gritos desde la cama.
-Zabdiel, que le ha dicho a Carlos que mañana vamos a ir a pasar la noche al monte de ahí arriba con él y sus amigos. Que por cierto, dicen que el monte esta encantado.
-Perdona? Dijo Joel. Que acababa de salir junto a Richard del dormitorio. Díme que es una broma.
-Pero que pasa, aquí no duerme nadie?
-No. Dijeron Richard, Joel y Christopher a la vez.

Se sentaron en el sofá y Zabdiel les contó lo que había ocurrido.
-Zabdiel...
-Si. Dijo este ocultando la cabeza entre las piernas. Ya se que he echo mal, mañana mismo le voy a decir a Carlos que no vamos, da igual.
-No, no da igual. Dijo Joel. Vamos a ir, y vamos a demostrar a esa panda de idiotas que no somos unos cobardes, de echo, los que van a salir corriendo van a ser ellos.
-Porque dices eso?
-Porque nosotros ya hemos vivido una experiencia de esas, y mas o menos estamos acostumbrados. Pero ellos jamás lo han vivido, y como sea verdad que el monte está encantado, saldrán corriendo a la primera cosa extraña que vean.
Christopher sonrió.
-Yo me apunto.
-Yo también. Dijo Richard.
Todos miraron a Erick.
-Solo voy con una condición.
-Cual?
-La leyenda, quiero saber de que trata.
-Esta bien.
Todos se sentaron alrededor del ordenador, mientras Zabdiel leía aquella horrible leyenda.

VUDÚ [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora