CAPITULO 13

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Al llegar a tierra firme, cogieron el auto del padre de Daniel y subieron a toda velocidad por la carretera del monte.
Estaba comenzando a amanecer y los chicos llevaban horas sin dormir.
-Oye Daniel, dijo Richard. Tienes carne de conducir?
Daniel negó con la cabeza.
-No, pero ya he conducido mas de una vez, no te preocupes.
Richard iba a decirle algo, cuando de pronto, una sirena sonó detrás de ellos.
Se dieron la vuelta y vieron que era la policía.
-Genial. Dijo Zabdiel.
Pararon a un lado y uno de los policías fue donde ellos.
Al ver que eran cinco chicos jóvenes, le pidió a Daniel el carné de conducir.
-Lo siento agente, me lo he dejado en casa.
El policía notó que estaba bastante nervioso, así que se asomó adentro y vio a los cuatro chicos.
-Os ocurre algo?
-No. Dijeron los cuatro a la vez.
-Ya veo. Fue todo lo que dijo.
Iba a dejarles en paz, cuando de pronto vio que Christopher tenía en las manos una camisa con sangre.
-Y esa sangre?
Christopher miró a la camisa y después al policía.
-Es mía! Me he dado un golpe en la nariz.
-Y el mechón de pelo?
A eso no tenía respuesta, ninguno de allí tenía el pelo de color negro azabache.
-Salgan del auto por favor. Dijo el policía.
Los chicos salieron del auto y el policía les cacheo mientras que el otro les revisaba el auto.
-Mira lo que he encontrado en el maletero. Dijo el policía sacando la biblia, el spray y el agua bendita.
-Que queríais hacer con esto? Que sois, de una secta?
Al escuchar eso, Joel se enfado bastante.
-Porque dices eso, porque somos latinos? Pues no! No somos de ninguna secta.
Richard le dio un codazo en las costillas para que se callará.
-Ya, bueno. Dijo el policía. Os venís a comisaria con nosotros.
-No podemos! Dijo Zabdiel.
-Eso ya lo veremos.
Los chicos se resistieron, incluso les dijeron que tenían que ir a rescatar a un amigo. Y la respuesta de los policías fueron risas y burlas.
Les metieron en el auto y se los llevaron a comisaría.

Una vez allí, les metieron a todos juntos en una celda.
-Mas celdas no. Dijo Joel agarrando los barrotes.
-Por favor! Gritó Christopher. Nuestro amigo esta en peligro!

Pero nadie le hacía caso, todos los policías que pasaban por ahí, les miraban con cara de asco.
-Hay que salir de aquí. Dijo Zabdiel.
-Como? No se si lo sabes, pero como mínimo vamos a estar una noche encerrados en este calabozo.
De pronto, apareció un policía enfrente de la celda.
Del susto, Joel se echó hacía atrás y se chocó contra Daniel.
-Tu. Dijo el policía señalando a Christopher. Ven, te tenemos que hacer unas preguntas.
Abrió la puerta y Christopher salió de la celda.

Estaban caminando por un pasillo cuando el policía le dijo que entrase en una habitación.
Al entrar, vio que había una mesa y dos sillas. En una de ellas había un hombre sentado.
Christopher miró hacía atrás y el policía le hizo un gesto de que entrará.
Entonces entró en la habitación y se sentó en la silla.
-Muy bien. Dijo el hombre leyendo unos papeles. Aquí dice que os han detenido por conducir sin carne y por llevar objetos .. Turbulentos. Que queríais hacer con un spray, una biblia y agua bendita?
-Nada. Dijo Christopher. Enserio, solo íbamos a buscar a un amigo nuestro.
-Claro, que vivía en el monte. Venga chico, porque no me cuentas la verdad y lo dejamos de una vez? Yo también estoy cansado.
-Si le cuento la verdad no me va a creer.
-Pruebe a ver.
Con toda calma, Christopher le contó lo que les había ocurrido desde la primera noche en la cárcel hasta cuando les detenieron los policías.
-Vaya. Dijo el policía mirándose las manos. Esto es difícil.
-Entonces me cree? Dijo Christopher.
-Pero te crees que los policías somos tontos? Dijo poniéndose en pie enfadado. Pues claro que no te creo!
Christopher se quedo callado; si aquel hombre no les creía, nadie mas lo iba a hacer.
Entonces el hombre se levantó y llevó a Christopher hasta la celda donde estaban sus amigos.
-Quien de vosotros es Joel?
Joel levantó la mano.
-Muy bien, te toca a ti.

Uno a uno, los chicos fueron pasando a declarar sobre los hechos.
Hasta que al final, Zabdiel fue el último.
Al terminar, ya eran las ocho de la noche. Habían pasado todo el día en el calabozo.
Cuando Zabdiel y el policía volvieron a la celda, Richard vio algo en la cara de su amigo que no le gusto. Era de esos momentos en los que sabía que iba a hacer algo malo y no podía evitarlo.
Derrepente Zabdiel se dio la vuelta y le arrebato el arma al policía.
-Quieto todo el mundo! Gritó apuntando al policía.
-Muy bien chico, relajate y no hagas ninguna estupidez.
-Vamos chicos.
Los chicos comenzaron a salir de la celda uno a uno, sin dejar de mirar a su amigo.
-Dame las llaves de tu auto!
El policía, con manos temblorosas, le entregó las llaves.
-Ahora nos vamos a ir, y como alguien nos persiga, me liare a tiros.
-Esta bien. Dijo el policía levantado las manos.

Salieron a la calle con unos cincuenta policías mirándolos.
-Porque no nos hacen nada? Preguntó Joel a Richard.
Éste se encogió de hombros.
-No lo se, pero no te separes de Zabdiel.
Entraron en el auto del policía y se fueron lo mas rápido posible.

-ZABDIEL TE AS VUELTO LOCO? Gritaba Daniel a pleno pulmón.
-Tal vez si. Dijo este sin dejar de mirar a la carretera. Pero prefiero pudrirme en la cárcel el resto de mi vida a dejar que mi amigo muera.
-Tal vez ya este muerto.
De pronto, Joel se abalanzó sobre Daniel.
-Vuelve a decir eso y el que estará muerto vas a ser tu!
Christopher y Richard agarraron a su amigo y le separaron de Daniel.
-Ya basta!
Todos se quedaron en silencio, hasta que al fin, llegaron a su destino.

La casa estaba tal y como la habían dejado.
Corriendo, los chicos salieron del auto y entraron en la casa.
-Erick! Gritaban todo el rato.
Pero su amigo no les respondía.
Entonces decidieron separarse y buscarle por toda la casa;
Richard, Joel y Daniel buscaron en la planta baja y el sótano mientras que Christopher y Zabdiel buscaban en los pisos superiores.
Todo estaba bastante oscuro, así que los chicos se tuvieron que turnar las linternas, ya que solo tenían tres.

Richard estaba buscando por el sótano, cuando alguien le agarró del brazo.
Al darse la vuelta, alumbró a una persona.
-Dios Richard, aparta eso de mi cara! Me vas a dejar ciego.
-Perdona Joel, es que estoy un poco tenso.
-Si, yo también.. Acabo de venir de arriba y dice Daniel que Erick no esta allí.
-Tampoco esta aquí. Dijo Richard bajando la linterna.
-Esto es un asco.
-Llamemos a Christopher, haber si lo han encontrado.

Christopher y Zabdiel estaban en el segundo piso, cuando de pronto les llamó Richard.
-Christopher iba a cogerle, cuando de pronto tropezó con algo y el teléfono se le cayó al suelo.
-Estas bien? Dijo Zabdiel. Alumbrándole con la linterna.
-Si, solo me he tropezado con algo y se me ha caído el teléfono al suelo.
-Espera, que te ayudo.
Fue donde él y le ayudo a ponerse en pie.
De pronto, se goleó con algo en el tobillo.
-Au!
Alumbró a su alrededor y se quedo helado.
-Christopher...
Enfrente suyo había una mesa de madera, con un símbolo extraño.
-Que significa? Dijo Christopher.
-No lo se, pero yo esto lo he visto antes...
De pronto se dio cuenta.
-Christopher! Este símbolo estaba en una de las cedas de la cárcel, cuando "Kevin" intento matarnos a Erick y a mi!
-Y que quiere decir eso?
-Que Erick esta aquí.

VUDÚ [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora