CAPITULO 28

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-ERICK! JOEL!

Al llegar donde estaban sus amigos, casi se les cae el mundo encima.
Sus amigos no estaban, y toda la tierra a su alrededor estaba levantada, como si alguien hubiese estado intentando agarrarse a ella.
Los chicos se quedaron paralizados, mirando al suelo.
-Tal vez hayan conseguido subir y ahora mismo nos estén buscando. Dijo Zabdiel.
De pronto, Richard vio algo en el suelo, en el borde del socavón.
-Chicos...
Al darse la vuelta, vieron que Richard recogía algo del suelo.
-Que es?
-La zapatilla de Erick. Dijo recogiéndola del suelo.
Eso solo significaba una cosa; que Erick y Joel habían caído por el socavón.

Christopher se tapó la boca con las manos.
Miró a sus dos amigos; estos estaban quietos, mirando hacía el agujero mientras contenían las lágrimas.
-Hay que bajar.
-Que? Preguntaron sus dos amigos.
-Tenemos que bajar y comprobar si están bien, a lo mejor no se han matado.
-Christopher, tu as visto que profundidad tiene? Es imposible que hayan sobrevivido.
-Richard, mírame. Son Erick y Joel, es lo mínimo que podemos hacer por ellos.
Zabdiel se acercó a sus amigos y se cruzó de brazos.
-Yo me apunto.
Richard miró al suelo y después a sus amigos.
-Esta bien.
Christopher y Zabdiel sonrieron y le dieron una palmada en la espalda.
-Ese es mi Richard!

-Mi pierna... Dijo intentando levantarse.
Miró a su alrededor y vio que estaba en una especie de agujero.
Asustado, comenzó a intentar sacar la pierna de donde la tenía atrapada, pero cuanto más lo intentaba, mas le dolía.
-Ayuda! Gritó con todas sus fuerzas.
De pronto, escuchó un gemido a tan solo unos metros de el.
-Erick, eres tu?
-Joel?...
-Dios mio, gracias a dios!
-Donde estas? Le preguntó Erick. Por el tono de su voz, Joel supo que le ocurría algo.
-En un especie de agujero. Dijo mirando a su alrededor. Tengo la pierna atrapada bajo una roca y no la puedo mover.
Al no recibir respuesta de su amigo, se comenzó a preocupar.
-Erick, estas ahí?
De pronto alguien apareció por encima del agujero.
-Estoy aquí.
-Erick! Gritó Joel al verle.

Podría parecer egoísta, pero tenerle ahí con él, le hacía sentirse mucho mejor.
-Estas bien? Le preguntó este mirándole desde arriba.
-No puedo moverme, tengo la pierna atrapada.
-Espera, voy a bajar.
-Ten cuidado.
Poco a poco, Erick fue bajando por el agujero. Una vez en el suelo, fue corriendo donde Joel y le abrazó.
-Pensaba que estabas muerto. Le dijo en un susurró.
Joel le estaba abrazando cuando noto que en la cabeza de su amigo había algo pegajoso.
-Que tienes en la cabeza? Dijo separándole con cuidado.
-Al caer me he debido de dar un golpe en la cabeza, no para de sangrar.
-Espera un segundo. Dijo Joel mientras buscaba en sus bolsillos.
Y entonces lo encontró. Sacó una cerilla y la prendió fuego.
Al alumbrar a su amigo, vio que tenía una brecha en la cabeza, justo por encima de los ojos.
-Dios mio. Dijo tapándose la boca con las manos.
-Estoy bien, solo es un rasguño.
Joel sabía que no era cierto, que sólo lo decía para calmarle.
-Que tal esta tu pierna? Preguntó Erick mirándosela.
-Me duele bastante.
Erick se levantó del suelo y agarró la roca.
-A la de 3 voy a intentar levantarla, tu saca la pierna lo mas rápido que puedas.
Joel asintió con la cabeza.
-Muy bien. 1,2,3!

Richard, Zabdiel y Christopher llevaban una hora bajando por el socavón y seguían sin ver señales de sus amigos, cada cinco minutos les llamaban gritando, pero estos no respondían.
-Esto es horrible. Dijo Zabdiel frotándose los brazos. Cuanto mas bajamos, mas frío hace.
-Es por la humedad. Dijo Richard tocando las paredes. Al retirar la mano, esta estaba mojada.
-Démonos prisa, si los chicos aun siguen vivos, durarán poco.

Después de varios intentos, consiguieron sacar el pie de Joel bajo la roca.
-Gracias. Dijo Joel apoyándose en la pared.
Erick se agachó junto a él y le inspeccionó el pie.
-Parece que no lo tienes roto.
Joel le miró extrañado.
-Y tu como sabes eso?
-Porque me he roto el pie muchas veces. Dijo Erick sonriendo.
-Como esta tu cabeza?
-Bien, no me duele.
-Erick, no me mientras. Se perfectamente que te duele.
-No estoy mintiendo Joel, realmente no me duele nada. Bueno, al principio si me dolía, pero ya no.
Joel se quedó pensativo.
De pronto, Erick le agarró del brazo.
-Venga, tenemos que salir de  aquí y encontrar a los chicos.
Joel asintió con la cabeza y agarró a su amigo.
Poco a poco fueron subiendo hacía la salida del agujero en el que estaban metidos.
Una vez afuera, los dos se sentaron en el suelo.
-Gracias. Dijo de pronto Joel.
Erick le miró extrañado.
-Y eso porque?
-Por no abandonarme.
-Joel, recuerdas lo que te dije la primera noche en aquella cárcel, cuando "eso" me encerró en una cárcel y vosotros vinisteis a buscarme?
-Que harías cualquier cosa por mi.
-Exacto. Joel, eres uno de mis mejores amigos, una persona muy importante en mi vida, jamás te voy a abandonar.
Joel miró a los ojos a su amigo.
Entonces recordó lo que aquel dominio le dijo en la cabaña:
"Yo se tu secreto".

Esta anocheciendo. Dijo Richard mirando hacia arriba.
Sus dos amigos le imitaron.
-Será mejor que lo dejemos por hoy. Dijo Christopher dejando la mochila en el suelo. A oscuras nos podemos caer por algún agujero.
Los tres se sentaron en el suelo y Zabdiel encendió la linterna.
-Ojala Joel y Erick estén bien. Dijo mirando a Richard.
Richard quería consolarle pero no sabía si sus amigos seguían vivos o no, y no le quería mentir.
Entonces le puso la mano en el hombro y se apoyó en él.
-Todo se va a solucionar.

A la mañana siguiente, los chicos se levantaron temprano para seguir buscando a sus amigos.
Estuvieron bajando lo mas rápido que podían, pero como había mucha humedad, los suelos eran bastante resbaladizos.
De pronto, un relámpago iluminó todo el socavón.
-Dios, otra tormenta no. Dijo Richard mirando hacía arriba.
Miró a sus amigos y vieron que estaban haciendo lo mismo.
De pronto Christopher dijo:
-Ahora si que tenemos que darnos prisa chicos, si comienza ha llover esto no tardará en inundarse.

-Erick despierta! Dijo Joel zarandeando a su amigo.
-Que pasa?
-Creo que he visto un relámpago.
-Me alegro. Dijo volviendo a cerrar los ojos.
Joel se agachó junto a su amigo.
-Te encuentras bien?
-Estoy un poco mareado.
Joel se metió la mano en el bolsillo y encendió la linterna.
-Dios mio Erick!
Este tenía toda la cara llena de sangre.
Rápidamente se quitó la camisa y le taponó la herida.
Miró a su alrededor, buscando cualquier cosa que le ayudará a sujetar la camisa en la cabeza de su amigo.
Entonces vio una diana; la arrancó de la pared y la uso como cuerda.
-Puedes ponerte en pie? Le preguntó a su amigo.
Este asintió con la cabeza y se apoyó en la pared.
Una vez en pie miró a Joel. Sus ojos verdes ahora estaban rojos, llenos de sangre.
Le entraron unas ganas tremendas de llorar, pero así no iba a conseguir nada así que agarró a su amigo y poco a poco comenzaron a caminar.

Pasaron varias horas, y los chicos por fin estaban comenzando a llegar al fondo del socavón.
-Creo que ya no hay mas para bajar. Dijo Christopher quitándose el sudor de la frente.
-Bien, comencemos a buscarles.

Estaban buscando dentro de una pequeña cueva, cuando escucharon un ruido.
Los tres a la vez se dieron la vuelta.
-Habéis oído eso? Preguntó Richard.
Sus dos amigos asintieron con la cabeza.
-Parecían como unos pasos.
-Creéis que son Erick y Joel?
-No lo se, pero voy a comprobarlo.
-Vamos contigo.

Al salir de la cueva, vieron a alguien tirado en el suelo.
Los chicos se miraron unos a otros. Entonces, comenzaron a caminar hacía él.
Estaban a tan solo unos metros de distancia cuando Zabdiel le reconoció.
-ES JOEL!
Los tres fueron corriendo y se agacharon junto a él.
-Joel... Dijo Richard agarrándole la cabeza.
De pronto este abrió los ojos.
-Richard, eres tu?
-Si. Dijo este sonriendo.
Zabdiel y Christopher estaban a su lado, mirándoles.
-Como estas?
-Bien, creo.
Le ayudaron a levantarse y le apoyaron en la pared.
-Gracias a dios que estas vivo. Dijo Zabdiel suspirando.
Richard sonriendo, miró a Christopher.
Este estaba serio, mirando fijamente a Joel.
-Que ocurre?
-Tu no eres Joel. Dijo de pronto  ignorando la pregunta de Richard.
Zabdiel miró a Richard y este se encogió de hombros.
-Que dices? Dijo Joel mirando a Christopher.
-No te hagas el tonto, sabes perfectamente a lo que me refiero.
-Christopher, soy yo. Lo juro!
-Ah si? Y entonces explícame como es que después de haber caído tantos metros no tienes ni una sola herida.
-He tenido suerte.
-Ya, claro.
De pronto Christopher se puso en pie, se acercó a Joel y le pegó un puñetazo en la cara.
-Christopher! Gritaron sus dos amigos separándole de Joel.
-Pero es que no lo veis? Ese no es Joel!
-Te as vuelto loco? Dijo Joel sujetándose la nariz.
Zabdiel y Richard miraron a Joel, y después a Christopher.
-Tenéis que creerme. Dijo Christopher mirando a sus amigos.
Richard y Zabdiel se miraron durante un momento, hasta que de pronto se dieron la vuelta y miraron a Joel.
-Donde están nuestros amigos?
-Pero de que habláis? Yo soy vuestro amigo!
-No, no lo eres. Dijo Richard acercándose a él.
Le agarró de los brazos y se los ató con una cuerda que tenía Christopher en la mochila.
-Muy bien. Dijo Zabdiel cruzándose de brazos. Es tu ultima oportunidad, donde están nuestros amigos?
De pronto, Joel se comenzó a reír.
-Muy bien, me habéis pillado.
Los tres amigos le miraron serios, sin miedo.
-Donde están Erick y Joel? Dijo Richard dando un paso hacia él.
-No los vais a encontrar. Bueno, al menos no antes que yo.
Y nada más decir eso se desató y se puso en pie.
Entonces su rostro cambio por completo; donde antes estaba Joel, ahora estaba aquella figura oscura, con los brazos y piernas largas.
Eso si que asusto a los chicos.

Aquello sonrió mostrando sus afilados dientes y miró uno a uno a los chicos.
-Quien les encuentre antes, se queda con ellos.
Y de pronto desapareció.

VUDÚ [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora