CAPITULO 34

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Zabdiel estaba tumbado en una camilla, con los pies y brazos atados.
Hacía ya un buen rato desde que el demonio se había ido y Zabdiel se sentía fatal.
Les había fallado, había fallado a sus amigos y ahora sus familias estaban en peligro por su culpa.

Estaba con los ojos cerrados, pensando en quien de las familias de sus amigos sería la primera.
Aquel demonio le dijo que sería una que vivía en una isla, lo cual solo quedaban dos familias sin contar con la suya: la de Richard (República dominicana) y la de Erick (Cuba).

De pronto, escuchó unos pasos al otro lado de la puerta.
-Ayuda! Comenzó a gritar deseando que fuera una enfermera y le desatará de la camilla para encontrar a sus amigos poder decirles que sus familias estaban en peligro.
De pronto, el pomo de la puerta comenzó a girar.
Por un momento, pensó que era el demonio, que venía a matarle (cosa que en ese momento no le importaba mucho). Pero entonces, una cabeza se asomó por la puerta y le miró. Era Joel.
-Gracias a dios. Dijo Zabdiel sonriendo.
Pero su amigo no sonreía, solo se limitaba a mirarle.
Entonces Zabdiel cayó en la cuenta; Richard y Erick les habían tenido que contar todo lo que había ocurrido, incluyendo la parte en la que decía que no quería volver a verles.
-Lo siento mucho Joel. Fue todo lo que salió por la boca. Se sentía fatal y no sabía ni siquiera que decirles a sus amigos.
Entonces Joel dio un paso hacía él, le miró a los ojos y de pronto sonrió.
Eso hizo que Zabdiel se sintiera un poco mejor.
Su amigo fue donde él y le desató.
-Gracias. Dijo Zabdiel tocándose las muñecas.
-No hay de que.
-Oye Joel... Sobre lo ocurrido...
-Sabes Zabdiel, lo que hiciste estuvo muy mal, pero los chicos y yo hemos hablado y hemos decidido perdonarte. Tu pensabas que era tu hermano, y por los hermanos se hace cualquier cosa, verdad?
-Me perdonais?
-Si, de echo, todos te están buscando ahora mismo por el hospital, así que será mejor que les avisé de que ya te he encontrado.
Sacó un teléfono del bolsillo y se lo puso en la oreja.
-Christopher, le he encontrado. Si, estaba en la segunda planta, en la zona de quirófano. Avisa a los demás, nos vemos en cinco minutos en la entrada. No, el demonio no está.

Nada mas colgar, los dos comenzaron a correr por el hospital.
Estaba amaneciendo y las enfermeras no iban a tardar en salir a los pasillos así que se tenían que dar prisa.

Al llegar a la puerta de salida, se encontró a sus otros tres amigos.
Fue un momento un poco difícil, por no decir incómodo.
Se acercó a ellos poco a poco, con Joel a su lado.
Se les veía serios, con pocas ganas de perdonarle. Pero entonces paso algo que le sorprendió.
Uno de ellos sonrió y se abalanzó sobre él dándole un fuerte abrazo.
Erick, la última persona que pensaba que le perdonaría, fue el primero en demostrar lo contrario. Le dio una buena lección.
Se estaban abrazando, cuando Erick le dijo al oído:
-La siguiente vez que me empujes, sera la última que utilices tus brazos.
Eso hizo que Zabdiel se riera pero de pronto, su risa se cambio por un llanto.
No sabía realmente porque lloraba, tal vez porque se sentía un estúpido pensando que no le perdonarían o porque tan solo necesitaba desahogarse.
Entonces uno a uno, sus amigos se fueron uniendo al abrazo.

Todo iba bien hasta que de pronto, Zabdiel se acordó del demonio y lo que estaba a punto de hacer.
-Os tengo que decir algo. Dijo separándose de sus amigos.
Estos le miraron extrañados.
-El que?
-Cuando el demonio me tenía atado a la mesa, me dijo que no quería nuestra sangre. Bueno, ahora no, pero mas adelante puede que si.
-Vé al grano. Le dijo Richard.
-Veréis, me dijo que nos ha estado investigando, y que ahora lo que quiere es venganza.
-Venganza? Pero si nosotros no le hemos echo nada!
-Él no opina lo mismo.

Sus amigos se miraron entre ellos, intentando comprender.
-Eso no es todo, ahora viene lo difícil...
Se quedó callado un momento, no sabía como decirles a sus amigos que sus familias corrían peligro de muerte.
-Zabdiel por dios! Dínoslo de una vez.
-Conocé a nuestras familias, sabe donde vivimos.
-Que?! Dijeron los cuatro a la vez.
-Si, y me ha dicho que se va a vengar haciéndoles daño. Chicos, creo que les quiere matar.
-Dios mio! Dijo Christopher apoyándose contra la pared.
-Donde esta ahora? Quiso saber Richard.
-Le pregunté a por quien iba a ir primero, y lo único que me dijo fue que va a por una de las familias que viven en una isla.

VUDÚ [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora