CAPITULO 25

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-Ya estamos llegando. Dijo Maria a los chicos.
Al ver que no respondían, miró hacia atrás.
Todos los chicos se habían quedado dormidos en la parte trasera del auto.
-Pobrecitos, lo han tenido que pasar muy mal. Dijo mirando a Tomas.
Este asintió sin dejar de mirar a la carretera.
-Ya estamos en casa.

A la mañana siguiente, Erick se despertó en una cama.
Miró a su alrededor y vio a Christopher y a Richard dormir a su lado, lo que le tranquilizó bastante.
Se incorporó y vio que tenía marcas de cuerda en las muñecas y tobillos.
Se levantó de la cama y fue a la puerta. La abrió despacio, intentando no despertar a sus amigos.
-Hola? Dijo al salir al pasillo.
La casa estaba completamente en silencio.
Bajo las escaleras y miró a ambos lados; a la izquierda había una cocina, y a la derecha el salón.

Estaba a punto de dar un paso, cuando alguien le agarró del hombro.
Del susto, se echó hacia atrás y se golpeó la cabeza con un cuadro.
-Dios mio, estas bien?
Era Maria, la mujer que les había ayudado a rescatarles la noche pasada.
-Si. Dijo Erick tocándose la cabeza.
-Tu debes de ser Erick, verdad?
Este asintió con la cabeza.
-Richard me habló de ti. Dijo sonriendo.
Erick se la quedó mirando, sin saber que decir.
Hasta que ella le preguntó:
-Tienes hambre?
-Un poco.
-Ven, que te preparo algo.

Fueron a la cocina y le preparó un baso de leche con galletas.
-Gracias. Dijo Erick cogiendo una galleta.
Se le veía muy triste, como apagado.
Entonces Maria tuvo una idea:
-Oye! Que te parece si hacemos una cosa?
-El que? Dijo Erick.
-Despertamos a los demás y nos vamos a la piscina?
Eso hizo que Erick dejará de jugar con el baso de leche y la mirara a los ojos.
-Eso es un si? Preguntó Maria sonriendo.
-Si. Dijo Erick. Pero aun seguía sin sonreír.

Subieron al piso de arriba y despertaron a los demás.
-Que ocurre? Preguntó Joel frotándose los ojos.
-Arriba! Gritó Maria destapando a Zabdiel.
Los cuatro chicos se la quedaron mirando, hasta que de pronto Erick apareció tras ella.
-Nos vamos a la piscina. Fue todo lo que dijo.
-Que? Preguntó Richard.
Maria se puso en el centro del dormitorio.
-Mas os vale estar en media hora abajo, porque nos vamos a la piscina.
Y nada mas decir eso, salió del dormitorio.

Estaba sentada en las escaleras, rezando porque los chicos confiaran en ella y bajarán las escaleras.
Pasó mas de media hora y aún no habían bajado.
"Muy bien Maria, as conseguido que no confíen en ti".
De pronto, alguien la agarró del hombro.
Se dio la vuelta y vio a los chicos preparados.
-Solo hay un problema. Dijo Christopher. No tenemos bañadores.
Maria se comenzó a reír.

Al llegar a la piscina, los chicos miraron a su alrededor; Habían niños y padres bañándose, pasándolo bien. Incluso había una piscina para perros.
Maria se quedó mirando a los chicos; estos se habían parado enfrente de la piscina, mirándola fijamente, como si algo estuviese a punto de salir del agua y arrastrarlos adentro.
Entonces se hizo una promesa a sí misma:
"Voy ha hacer que estos chicos se lo pasen bien, que olviden por un día todo lo malo que han pasado".

Entonces se quitó la ropa y fue donde los chicos.
Se acercó sigilosamente a ellos y se puso entre Christopher y Zabdiel.
-Tenéis miedo al agua? Les dijo por lo bajo.
Del susto, Christopher se resbaló y agarró a Joel del brazo, haciendo que los dos cayeran al agua.
De pronto, Richard se comenzó a reír.
Eso la dio aún mas esperanzas.
Miró a Zabdiel, y vio que estaba apoyado en Erick. Este también había estado a punto de caer al agua.
Al salir a la superficie, Christopher miró a Joel.
-Perdona. Le dijo sonriendo.
Joel estaba de brazos cruzados, con el pelo alborotado.
Maria estaba sonriendo, cuando alguien la dio un toque en las costillas.
Miró a su derecha y vio a Richard.
Este la hizo un gesto de silencio, y señaló a Zabdiel y a Erick.
Enseguida supo a que se refería.
Asintió con la cabeza y se apartó de los chicos.
Erick y Zabdiel estaban mirando a sus dos amigos, como intentaban ahogarse entre ellos, cuando de pronto Richard les agarró por detrás y les empujó al agua.
Pero al ser tan pequeño y delgado, Erick se escurrió entre sus brazos mientras que Zabdiel caía al agua.
Pensaba que se había librado cuando derrepente le agarraron por detrás. Era Maria.
-Ayudame Richard. Dijo mientras agarraba a Erick.
Este sonrió y miró a su amigo.
-Tírale! Gritó Christopher desde el agua.
-Richard.. Dijo Erick intentando soltarse.
Pero este se acercaba cada vez mas a él.
Le cogió de los pies y entre los dos le lanzaron al agua.
-CUBANO AL AGUA! Gritó Joel riéndose.
Richard se estaba riendo, cuando le empujaron al agua.
Al salir a la superficie, vio a Maria riéndose.
De pronto alguien le agarró por detrás y le hundo en el agua.

Pronto, los chicos comenzaron a pasarlo bien.
Mientras estos se divertían en el agua, Maria se sentó en su toalla y llamó a su marido.
-Hola mi amor, que tal los chicos?
-Bien, los he llevado a la piscina.
-Enserio? Vaya, me sorprende que hayan accedido.
-Me ha costado un poco, pero lo he conseguido.
-Esa es mi chica!
-Necesitaban un poco de paz y diversión, se les notaba muy tristes.
-Si... A saber a cuenta gente han visto morir.
-Creo que ha demasiadas.
-Y que están haciendo ahora?
-Pues mira, Zabdiel está intentando ahogar a Christopher, Richard esta junto a Erick mientras que Joel intenta hacer el pino bajo el agua.
-Se ve que se están divirtiendo.
-Es lo que quiero. Aunque algunos de ellos aún no han sonreído ni una vez.
-Quienes?
-Zabdiel y Erick.
-Ya lo harán, no te preocupes.
-Eso espero.
-Bueno mi amor, te dejo que tengo que seguir trabajando.
-Vale, te veo a la noche. Te quiero.
-Yo también.

Eran las cinco de la tarde, y los chicos y Maria estaban sentados en la terraza de un bar, tomando un refresco.
-No tienes hijos? La preguntó Joel.
-No. Dijo Maria riéndose. No tenemos hijos.
-Pues déjeme decirla que usted sería una buena madre. Dijo Zabdiel.
-Gracias. Por cierto, y vuestras madres?
-Supongo que estarán en casa. Dijo Richard. Se habrán enterado de lo del accidente aéreo y nos habrán dado por muertos.
-Eso es horrible! Dijo Maria tapándose la boca con las manos. Tenéis que llamarlas y decirles que estáis vivos.
-No podemos.. Dijo Erick mirando su baso.
-Porque?
-Porque si las llamamos, van a venir aquí a buscarnos. Dijo Christopher. Y si vienen, esa cosa las hará daño.
-Pues sabéis que os digo?! Dijo Maria poniéndose en pie. Que no os va a pasar nada mas, porque yo os voy a cuidar.

Sobre las nueve de la noche, los chicos llegaron a la casa.
Mientras que los chicos subían a su dormitorio para cambiarse, Maria fue a la cocina a beber un baso de agua.
Estaba apoyada en la encimera cuando Erick entró por la puerta.
-Gracias. La dijo de pronto.
-Gracias porque?
-Por ser tan buena con nosotros, y por hacer que por un día nos olvidemos de todo lo que nos está pasando. Hacía tiempo que no veía a los chicos reírse y disfrutar tanto tiempo sin tener miedo a que uno de nosotros intente matarle.
Maria notó como se formaba un nudo en su estómago.
-Ven aquí. Le dijo haciendo un gesto con la mano.
Este se acercó a ella poco a poco.

Cuando ya le tenía cerca, le agarró del brazo y tiró de él abrazándolo.
Pronto, los dos comenzaron a llorar.
-EH! Yo también quiero!
Se dieron la vuelta, y vieron a sus amigos.
Los cuatro se acercaron a ellos y se unieron a el abrazo.
-Ya estoy aquí. Dijo Tomas al llegar a la casa.
Al no recibir respuesta miró en el salón. Este estaba vacío.
De pronto, escuchó un ruido en la cocina.
Fue a ver, y se encontró con todos abrazándose.
Sin decir nada, fue donde ellos y se unió al abrazo.

Después de cenar, los chicos se fueron a la cama.
Estaban dormidos, cuando un ruido despertó a Richard.
Miró a su alrededor y vio a sus amigos dormir.
Se estaba volviendo a acostar, cuando escuchó unos pasos al otro lado de la puerta.
-Maria? Tomas?
Al ver que no respondían salió de la cama.
Estaba mirando fijamente la puerta, tal vez esperando a que esta se abriese y entrará aquel demonio por ella y le atacase. Pero lo único que ocurrió fue que se escuchó un suspiro, y después una carta pasó por debajo de la puerta.
Temblando, Richard se acercó a la puerta y cogió la carta.
Al abrirla, se quedó paralizado.
En ella ponía en letras grandes y negras:

"HE VUELTO"

Asustado, tiró la carta al suelo y se metió corriendo en la cama.

VUDÚ [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora