VUDÚ [CNCO]

CAPITULO 9

-Crees que Zabdiel y Erick le habrán encontrado?
-No lo se. Dijo Richard apoyándose en la pared. Ya hemos buscado por todo el hotel y no hay señal de él, espero que ellos tengan mas suerte que nosotros.
-Sigo diciendo que a Christopher le pasa algo raro, se comportaba de una forma extraña.
-Es normal Joel, mira todo lo que nos ha pasado. Lo raro sería que a ninguno de nosotros le afectará.
-Tienes razón, igual también es que estoy un poco nervioso.

De pronto, sonó el teléfono de Richard.
Al mirar la pantalla, vio que era Zabdiel.
-Zabdiel, le habéis encontrado?
(Su amigo no contestaba)
-Zabdiel? Eo, estas ahí?
Joel miró a Richard extrañado.
-Que ocurre?
-No lo se, Zabdiel me ha llamado pero no contesta.
-Igual te ha llamado sin querer.
Entonces, se comenzó a escuchar a alguien respirando.
-Joel.
Éste, al ver que su amigo estaba atento al teléfono, se acercó a escuchar.
Los dos se miraron.
-Zabdiel? Eres tu?
-Zabdiel Zabdiel Zabdiel Zabdiel.....
De pronto la llamada se cortó.

-Corre. Le dijo Richard a Joel.
Los dos bajaron corriendo a recepción.
Al ver que no estaban preguntaron al recepcionista.
-Perdone, ha visto pasar a dos chicos? Uno de ellos es muy alto y el otro tiene los ojos verdes.
-Creo que sé quienes son, han estado aquí hace media hora preguntando por el sótano.
-El sótano. Le dijo Joel a Richard.
-De echo. Dijo el recepcionista. Voy a bajar ahora mismo, esos mocosos me han robado las llaves.
-Le podemos acompañar? Dijeron los dos a la vez.
-Claro.

Al llegar al sótano, se dieron cuenta que hacía mucho frío.
-Vaya, se habrá estropeado la calefacción.
Joel y Richard se miraron. Sabían que aquel frío no tenía nada que ver con la calefacción. De echo, fuera del hotel hacía bastante calor.
El recepcionista agarró el pomo de la puerta y la abrió.
Todo el sótano estaba a oscuras, no se veía absolutamente nada.
-Espera. Dijo buscando en sus bolsillos. Creo que tengo una linterna.
De pronto, se escuchó un gruñido al fondo.
-Que demonios a sido eso?
-Señor, siga buscando la linterna por favor. Dijo Joel.
Éste estaba agarrado a su amigo, tenía miedo, pero mas miedo le daba que les hubiese ocurrido algo a Christopher, Erick o Zabdiel.
Entonces se comenzó a escuchar una respiración, la misma que habían escuchado cuando Zabdiel había llamado. Y se estaba acercando a ellos.
-Tenemos que irnos. Dijo Richard.
-Un momento, ya casi la tengo.. Aquí está.

Al encender la linterna alumbró hacía la oscuridad y vio como algo negro pasaba corriendo por delante de ellos.
-Que ha sido eso? Dijo retrocediendo.
Richard dio un paso al frente y comenzó a llamar a sus amigos.
-Christopher! Zabdiel! Erick!
-Christopher, Zabdiel, Erick.
Era la misma voz que en la llamada.
-Donde están mis amigos? Gritó a la oscuridad.
Una aterradora risa hizo que a Joel le saliera una lágrima.
Todo se quedó en silencio, hasta que de pronto el teléfono de Richard volvió a sonar, haciendo que los tres se asustaran.
Era Erick.

-Erick, eres tu?
-Claro. Donde estáis? Os estamos buscando.
Richard miró a Joel.
-Estás con Zabdiel?
-Si, y con Christopher! Le hemos encontrado en el porche, dice que necesitaba respirar aire puro.
-Esperarnos en recepción, ahora subimos.
-Subimos? Espera, no estaréis en el sótano verdad?
De pronto se cortó la llamada.
-Tenemos que irnos.
Estaban saliendo del sótano cuando algo agarró al recepcionista y tiró de él.
-No!
Joel cogió la linterna que se le había caído al suelo y alumbró.
Una larga mano negra estaba arrastrado al recepcionista por el suelo.
Enseguida supo de que se trataba.
Con un gran esfuerzo, se abalanzaron sobre el recepcionista agarrándole de los pies.
-No te lo vas a llevar! Gritó Richard.
Pero aquello era mas fuerte que ellos, y empezó a arrastrarlos a ellos también.
Habían dos opciones: Le soltaban y dejaban que "eso" le matase, o seguían agarrándole hasta que les cogiese a los tres.
A Richard le daba igual si a él le pasaba algo, pero no iba a dejar que le pasase nada a Joel.
-Suelta. Le dijo. Sueltale y vete a pedir ayuda.
-No! No te voy a dejar solo! Dijo Joel.
-JOEL! Hazme caso por favor, sueltale y sal corriendo.
Joel miró a Richard. Sabía exactamente lo que estaba pensando, y no estaba dispuesto a dejar que aquella cosa matase a su amigo como lo hizo con los demás chicos.