VUDÚ [CNCO]

CAPITULO 14

Con un último arrebato de esperanza, comenzaron a buscar de nuevo a su amigo.
-Busca cualquier cosa extraña que nos pueda servir. Dijo Zabdiel mientras retiraba la mesa.
Christopher empezó a iluminar toda la planta buscando cualquier cosa que les pudiese ayudar.
De pronto, Zabdiel escuchó una voz.

Aquí arriba

-Christopher?
-Dime. Dijo este saliendo de una habitación.
-As dicho algo?
-No, porque lo dices?
-Ah nada, me había parecido escuchar una voz.
Christopher sonrió y volvió a entrar en la habitación.
-No te estarás volviendo loco al final?
-Ja ja, que gracioso.

De pronto, la voz se volvió a escuchar y esta vez Zabdiel supo de donde provenía; del tejado.
Alumbró con la linterna y vio una trampilla.
-CHRISTOPHER!!!! 
Este bino corriendo.
-Que pasa?
-Mira eso. Dijo Zabdiel señalando el trozo de cuerda que colgaba del techo.
-Es una...
-Trampilla, ahí es donde tiene que estar Erick!

Entre los dos, pudieron llegar a la cuerda.
-Vamos Christopher, pesas mucho! Dijo Zabdiel que estaba debajo de su amigo.
-Ya casi la tengo.. Dijo Christopher tocando la cuerda con la yema de sus dedos.
Entonces Zabdiel tuvo una idea; inspiró fuerte y después pegó un sato, haciendo que su amigo pudiera coger la cuerda.
Al caer al suelo, Christopher se quedó colgando.
-Me echas una mano?
Esa imagen era tan cómica, que Zabdiel no pudo contener la risa.
Fue donde él y le agarró de los pies.
-Voy a tirar de ti, agarra bien la cuerda.
-Vale.
Al tirar de su amigo, también consiguió tirar también de la cuerda y una trampilla se abrió por encima de ellos, haciendo que una vieja escalera llegase hasta el suelo.
Christopher miró a Zabdiel.
-Lo tienes claro?
Zabdiel negó con la cabeza.
-Vamos.

Al subir al ático, una sensación extraña les recorrió todo el cuerpo.
-Busquemos a Erick y salgamos de aquí. Este sitió me pone los pelos de punta.

Estabas buscándole cuando de pronto, Zabdiel vio algo tirado en el suelo.
Fue corriendo y al estar sin linterna, se cayó al suelo.
Al llegar se agachó y comenzó a palpar para ver que era.
Entonces se dio cuenta que era un cuerpo humano.
-CHRISTOPHER!!!

Por segunda vez en menos de diez minutos, Christopher comenzó a correr hacia su amigo.
Como él tenía la linterna, pudo alumbrar el camino, y al ver a su amigo sentado en el suelo, alumbró lo que estaba agarrando.
Había un cuerpo tirado en el suelo, con una capucha negra puesta en la cabeza.
Con manos temblorosas, Zabdiel agarró de la capucha y tiró de ella.
Era Erick.

-Dios mio! Dijo Christopher tapándose la boca con las manos.
Se acercó corriendo a su amigo y le tomó el pulso.
-Esta vivo. Dijo Christopher sonriendo.
Miró a Zabdiel y vio que estaba llorando.
-Zabdiel, no llores. Ya le tenemos y esta vivo, todo se va a arreglar.
Entonces Zabdiel se puso de pie.
-Vamos, hay que sacarle de aquí y llevarle al hospital.
Iba a levantar a su amigo, cuando Christopher le agarró del brazo.
-No! No le muevas.
-Porque? Preguntó Zabdiel extrañado.
-Mira.
Zabdiel siguió la mirada de su amigo y vio que en uno de los pies de Erick había un aparato con una cuenta atrás; Una bomba.
-Quitásela! Gritó Zabdiel a Christopher.
-No puedo, no se como.
Entonces Zabdiel se puso en pie y comenzó a ir hasta la trampilla.
-A donde vas?
-A por los demás, igual ellos saben que hacer.

Habían pasado tres minutos desde que Zabdiel se había ido, cuando de pronto Christopher sintió que le agarraban la mano.
Miró hacia abajo y vio que era su amigo, que estaba consciente.
-Erick! Gracias a dios.
Se agachó junto a él y le dio un beso en la frente.
-Christopher, eres tu?
-Si. Dijo Christopher a punto de llorar. Soy yo amigo, no te voy a dejar.
Christopher vio como su amigo sonreía y le miraba a los ojos.
-Pensaba que no ibais a venir.

De pronto comenzó a toser y se puso la mano en el pecho.
-Erick! Estas bien?
-No, me duele mucho el pecho.
-Déjame ver.
Al retirarle la camisa, vio que tenía un moratón en el centro del pecho y unas pequeñas heridas, como si le hubiesen inyectado algo.
-Que es lo que te han echo? Dijo susurrando.
Derrepente la trampilla se abrió y entraron los demás corriendo.

Joel fue el primero en llegar; se lanzó al suelo y abrazó a su amigo lo mas fuerte que pudo.
-Joel.. Dijo Richard separándole de Erick. Le estas asfixiando.
-Perdona.
-No pasa nada. Dijo Erick sonriendo. Hacía tiempo que nadie me abrazaba.
Eso hizo que los chicos se entristecieran.
-Erick, lo sentimos mucho. Dijo Richard agarrándole de la mano. Te estuvimos buscando, pero no sabíamos donde estabas.
-Estuve aquí todo el tiempo. Dijo de pronto Erick. Al principio pensaba que el que entraba aquí cada día eras tu Christopher, pero luego me di cuenta que no.. Tú nunca me harías daño.
-Si que era yo. Dijo Christopher mirando al suelo. Solo que "eso" estaba dentro de mi. Erick, que es lo que te hice?

Erick miró a otro lado, y los chicos pensaron que era mejor dejar el tema, era demasiado doloroso para él.

-Hay que quitarle eso. Dijo Zabdiel señalando la bomba. Alguno sabe?
Todos negaron con la cabeza.
Entonces a Daniel le dio por mirar la cuenta atrás.
-CHICOS! QUEDAN DIEZ MINUTOS.
-Tenéis que iros. Dijo Erick.
-No! Dijeron Richard, Christopher, Joel y Zabdiel a la vez. No te vamos a dejar.
-Si no os vais, moriréis por mi culpa.
-Nos da igual. Dijo Joel. No nos vamos sin ti.
-Es que no lo entendéis? Dijo Erick intentando incorporarse. Yo ya estoy muerto!
-Pero que dices?
Antes de que pudiese contestar, un fuerte golpe en el piso de abajo les alertó.
-Que ha sido eso? Dijo Richard.
Derrepente, la puerta de la trampilla se abrió y unos diez policías armados entraron por ella.
-Que todo el mundo levante las manos! Gritó uno de ellos.
Los chicos le reconocieron enseguida, era el policía que les había interrogado hace unas horas.
Entonces los policías vieron a Erick.
-Dios santo! Le han puesto una bomba a ese chico.
-No! Dijo Christopher dando un paso al frente. Es nuestro amigo, hemos venido a rescatarle.
-No des ni un paso mas!
-Esta bien. Dijo Christopher levantando las manos. Solo queremos salvar a nuestro amigo, todo lo que le dijimos en comisaria era verdad.
-Ya claro. Dijo el policía. Y también me vais a decir que los fantasmas existen.
-Los fantasmas no, pero los demonios si.
-Se dieron la vuelta y vieron al demonio tras ellos.

Éste agarró a uno de los policías y le partió el cuello.
-Disparar!
Todos los policías comenzaron a disparar al demonio, pero las balas le traspasaban.
Los chicos estaban en el suelo, observando como el demonio mataba a los policías.
-Tenemos que hacer algo. Dijo de pronto Zabdiel.
Entonces Richard tuvo una idea; abrió la mochila y sacó el spray que les había sobrado y comenzó a dibujar un círculo alrededor suyo y después dibujo la estrella.
-Todo el mundo dentro del círculo! Gritó Christopher.
Los policías, que no sabían que hacer, corrieron dentro del círculo.

Una vez que estaban todos dentro, el demonio se acercó a ellos.
-Hola Erick.
Joel se puso enfrente de él.
-Dejale en paz!
-Tranquilo, lo haré.
De pronto desapareció.
-Que.. Demonios.. Ha sido eso! Gritó uno de los policías.
-Un demonio. Dijo Richard.
-Ahora nos cree? Dijo esta vez Christopher mirando al policía. Todo lo que le contamos es verdad.
El policía se quedó sin habla.
-Pero los demonios no existen...
-Ya ve que si. Dijo Zabdiel. Ahora si no les importa, nos gustaría que nos ayudasen quitando la bomba a nuestro amigo.
-Yo se como hacerlo! Dijo uno de ellos.
-Genial! Quitársela.
-Vale, pero necesito que salgáis de la casa. Por seguridad.
-No vamos a ir a ninguna parte. Dijo Richard.
-Por favor chicos, para trabajar bien necesito saber que los demás estáis a salvo.
-Esta bien. Dijo Christopher. Vamos chicos, salgamos fuera.

Una vez todos fuera, Daniel miró su reloj.
-Quedan dos minutos.
Joel inspiró profundamente.
Zabdiel fue donde él y le dio un abrazo.
-Todo va a salir bien, ese tipo es un profesional.
Derrepente, la casa entera explotó haciendo que la honda expansiva lanzará a los chicos por los aires.