CAPITULO 2

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-Tenemos que llevar algo especial? Preguntó Erick mientras metía una linterna en la mochila.
-Yo llevaría a un cura. Dijo Joel que estaba sentado en el sofá con los brazos cruzados.
-Aun sigues con eso? Dijo Richard sentándose a su lado. Joel, los fantasmas no existen. Nos han contado la historia para meternos miedo, nada mas.
-Yo sigo sin querer ir.
-Bueno, si no quieres venir no estas obligado Joel.
-Ya, pero es que no quiero que vayáis solos.
-Que adorable! Dijo Christopher. Se preocupa por nosotros.
-Pues claro que me preocupo, queréis entrar en una cárcel abandonada con un grupo de chicos que no conocemos.
-Venga Joel! Donde esta tu espíritu de la aventura?
-Creo que se ha quedado en casa, junto a mis padres.

Eran las nueve de la noche y los chicos ya tenían todo preparado.
-Voy a dar una vuelta. Dijo Joel levantándose del sofá.
-Voy contigo! Gritó Erick.
-Y yo.
-Yo también.
-Y yo! 
Joel realmente quería ir solo, pero como decirles que no a sus amigos.
Estaban en el ascensor, cuando de pronto entraron Nayade y su grupo de amigas.
-Hola chicos. Dijo uno de ellas.
Todos los chicos saludaron a las chicas.
Al llegar a recepción, salieron del ascensor y Nayade agarró a Zabdiel del brazo.
-Podemos hablar?
-Si claro.
Miró a los chicos, y les hizo un gesto de que fueran yendo.
-Chicas. Dijo Nayade. Ir yendo, enseguida voy.
Sonya se acercó a Nayade.
-Recuerda lo que hablemos ayer Nayade. Tu hermano no te lo perdonaría.

Una vez solos, se sentaron en uno de los sofás que habían en recepción.
-Zabdiel. Comenzó a decir Nayade. Tengo que decirte una cosa.
Lo único que hizo Zabdiel fue asentir con la cabeza. Estaba tan nervioso que le sudaban las manos.
-No se como decirlo.. Verás.
(Cerró los ojos y respiró hondo).
Tu me gustas. Dijo de pronto.
Zabdiel se quedó helado, sin saber que decir.
-Zabdiel, estas bien?
-Es que...
-Vaya. Dijo Nayade mirando al suelo. No te gusto, verdad?
-Que? Claro que me gustas! Dijo Zabdiel. De echo, llevo enamorado de ti desde los once años.
-De verdad? Dijo Nayade sonriendo. Y porque nunca me lo habías dicho?
-Por tu hermano.
-Ya.. Carlos, ese es un gran problema.
Zabdiel miró al suelo, pensando que Nayade se levantaría y se marcharía. Pero de pronto, esta se abalanzó sobre él y le beso.

-Ya era hora! Dijo Richard viendo como Zabdiel iba hacia ellos.
Una vez al lado de sus amigos, vieron que Zabdiel estaba un poco raro.
-Te pasa algo? Dijo Joel.
-Nayade.
-Que pasa con Nayade?
-Me ha...
-TE HA BESADO? Preguntó Erick gritando.
-Callate. Dijo Zabdiel poniéndole una mano en la boca a Erick.
-Espera. Dijo Richard. Lo sabe Carlos?
Zabdiel negó con la cabeza.
-Pues ya verás cuando se entere, si antes nos tenía asco imagínate ahora..

Eran las once de la noche, y los chicos estaban en la playa esperando a Daniel, Kevin, Lucas y Dylan.
-Creéis que nos han dado plantón? Dijo Joel mirando a su alrededor.
-Mas quisieras. Mira, ahí están.
-Hola! Dijo Kevin saludando con la mano. Preparados?
-Donde esta Daniel?
-No se encuentra muy bien, os envía saludos.
-Como vamos a ir? Preguntó Zabdiel.
-Con eso.
Los cinco miraron donde Dylan estaba señalando.
Una lancha motora estaba esperándoles en la orilla de la playa.
-Guay. Dijo Richard.
Una vez montados en la lancha,  se pusieron rumbo a la cárcel.

Mientras mas se acercaban, mas aterradora les parecía.
Pararon al lado de unas escaleras viejas.
-Éste es el único modo de entrar en la isla? Preguntó Christopher.
-Así es. Dijo Lucas comenzando a subir por las escaleras.
Una vez todos arriba, encendieron las linternas.

-Por aquí.
Todos siguieron a Kevin, que iba directo hacía la entrada de la cárcel.
De pronto se detuvo.
-Aquí es, la entrada de la cárcel.
Dylan miró la hora.
-Son las doce menos diez, quedan diez minutos para que sean las doce.
-Que pasa a las doce? Preguntó Erick.
-Es cuando se comienzan a escuchar las voces y los gritos.
Richard miró de reojo a Joel, que estaba agarrado a Christopher.

Nada mas abrir la puerta, un olor a cerrado les invadió.
-Que mal huele. Dijo Zabdiel tapándose la nariz.
-Este lugar lleva cerrado mucho tiempo, es normal que huela a cerrado.
-Que mal royo. Dijo Richard mirando a su alrededor.
Estaba tan oscuro, que apenas podían ver lo que tenían delante.
-No entiendo que hacemos aquí. Dijo Joel a Christopher.
-Pues si te digo la verdad, yo tampoco. Esto esta demasiado aburrido.
Derrepente se escuchó un pitido y todos pegaron un saltó del susto.
-Que ha sido eso?
-Perdón, a sido la alarma de mi teléfono.
-Lucas! Tienes puesta una alarma?
-Si. Por cierto, ya son las doce.

Todos se quedaron en silencio.
-BU! Dijo de pronto Lucas, haciendo que los chicos se asustaran.
-No tiene gracia! Gritó Joel.
-Si que la tiene. Dijo Lucas riéndose.
Derrepente, Erick sintió que alguien le tocaba la espalda.
Se dio la vuelta y no vio a nadie.
-Que miras? Preguntó Zabdiel.
-Nada, imaginaciones mías.
Zabdiel se comenzó a reír.
-Tienes miedo?
-No tengo miedo. Dijo Erick volviendo con sus amigos.

-Tengo una idea. Dijo Kevin.
Se quitó la mochila de la espalda y sacó una habla de madera. Jugamos?
-Eso es...
-Una tabla de Ouija. Dijo Lucas sonriendo.
-Esto si que no! Dijo Joel. Esas cosas son peligrosas.
-Estoy con Joel. Dijo Christopher. Una cosa es entrar aquí y hacer el tonto, pero otra cosa es jugar con los muertos.
-Tenéis miedo?
-No. Dijo Richard. Lo que tenemos es respeto. Con los muertos no se juega.

Derrepente, se escuchó un fuerte golpe en el piso de arriba.
-Que ha sido eso? Dijo Erick agarrándose a Zabdiel.
-Parecía como una puerta al cerrarse, una de metal.
-Como las de está cárcel. Dijo Dylan mirando hacia arriba.
-Creéis que...?
-Muy bien, yo me voy. Dijo Joel.
Se iba a ir cuando de pronto vio que había alguien enfrente de la puerta de salida.
-Chicos..
Todos se giraron y lo vieron.
Parecía una mujer, con un vestido y unas cadenas atadas a los pies.
De pronto, la puerta se cerró dejándoles totalmente a oscuras.
-Encender todos las linternas! Se escuchó gritar a Christopher.
Eso hicieron.
-Estáis todos bien? Preguntó Richard.
-Que mierda era eso? Gritó Joel histérico.
De pronto, sintió que le agarraban del brazo.
-Soy yo. Dijo Erick. Relájate.
Al sentir a su amigo agarrado a el, se sintió mucho mejor, como más seguro.
-Muy bien. Dijo Dylan. Vamos a ir todos juntos hasta la puerta de salida, si alguno se separa del grupo, que avisé para que no le dejemos atrás.

Comenzaron a andar todos juntos, mirando hacia todos lados.
Estaban a punto de llegar, cuando derrepente un grito desgarrador se escuchó por toda la cárcel.
Inmediatamente, los chicos comenzaron a correr hacia la puerta de salida.

Al llegar a ella, Lucas agarró el pomo y la abrió.
Todos salieron corriendo de la cárcel, tropezándose unos con otros.
El último en salir fue Richard, que cerró la puerta de golpe.
-Estáis todos bien? Preguntó Dylan.
Todos asintieron con la cabeza.
-Espera. Dijo Erick. Donde esta Joel?
Todos miraron a su alrededor, su amigo no estaba.
-Oh no. Dijo Christopher.

VUDÚ [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora