CAPITULO 22

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A la mañana siguiente fueron a la iglesia.
-Buenos días Daniel. Dijo el padre Marcos. Hace como un mes que no vienes a misa, que te trae por la casa de dios?
-Padre, necesitamos hablar con usted.
El cura asintió y les hizo un gesto con la mano.
-Seguirme.

Les llevó hasta una zona de confesión un poco apartada de la zona de la capilla.
El cura abrió la puerta y les hizo sentarse en un banco.
-Bien, que es lo que sucede?
Daniel miró a sus amigos y comenzó a contar todo lo que les estaba ocurriendo.
Al terminar, el cura se quedó en silencio, mirando a los chicos.
-Y bien? Preguntó Daniel.
-Hacía años que no escuchaba nada parecido. Dijo el cura mirando a los chicos.
Se notaba que le había afectado bastante, ya que tenía el rostro muy serio.
De pronto, se levantó del banco tan rápido que asustó a los chicos.
-Lo vamos ha hacer esta noche, quiero que estéis aquí a las nueve en punto.
-Que es lo que vamos ha hacer? Preguntó Joel.
-Un exorcismo.

Eran las 8:30 y los chicos ya estaban preparados.
Zabdiel estaba tumbado en su cama, jugando con un prismático que había encontrado en uno de los cajones, cuando de pronto la puerta se abrió y entró Richard.
-Estas preparado? Le preguntó sentándose en la cama.
-No lo se. Dijo Zabdiel sin dejar de jugar con el prismático. Y si sale mal?
-A que te refieres con eso?
-He estado investigando sobre los exorcismos de esta categoría y he leído que el 80% de las personas mueren después de sacar al demonio de ellos.
Richard suspiró y pasó el brazo por encima de sus hombros.
-Hace un par de días saquemos ese mismo demonio de dentro de Christopher, y no le paso nada.
-Christopher! Dijo Zabdiel levantándose de la cama. Él también se va a tener que hacer el exorcismo, verdad?
Richard asintió con la cabeza.
-Si, él también se lo va a hacer.
Entonces sin decir nada, Zabdiel salió corriendo al pasillo.

Christopher estaba sentado en la cocina junto a Erick y Joel, cuando de pronto apareció Zabdiel corriendo.
-Tu también te lo vas a hacer, verdad? 
-Si. Dijo Christopher encogiéndose de hombros.
-Y no tienes miedo?
-Si tengo miedo. Dijo Christopher mirando a Erick y a Joel, que estaban sentados en la mesa contemplando a sus amigos. Pero eso no quita que no lo quiera hacer.
Entonces Zabdiel cogió una silla y se sentó a su lado.
-Yo no puedo hacerlo. Dijo mirando al suelo.
-Si puedes.
Zabdiel miró a su lado, y vio a Richard.
-Richard...
-No Zabdiel! No voy a dejar que sigas sin dormir, si es necesario te llevare arrastras.
-Tengo una pregunta. Dijo Erick sorprendiendo a sus amigos. Cuando consigamos que eso deje de entrar en vuestras cabezas, como vamos ha conseguir matarle? Es decir, no se puede matar a algo que ya esta muerto verdad?
Los chicos se miraron unos a otros.

Al llegar a la iglesia, el cura les estaba esperando.
Les guió hasta una parte de la iglesia, una que estaba al final de un largo pasillo.
Era una habitación enorme con una mesa en el centro. En todas las paredes habían crucifijos colgados junto a fotografías de Jesús.
-Este lugar da mal rollo. Dijo Erick a Christopher.
Este asintió sin decir nada, estaba contemplando todo lo que había a su alrededor.
Una vez en el centro de la habitación, el cura miró a Zabdiel.
-Comencemos de una vez.

Agarró a Zabdiel del brazo y le hizo tumbarse en la mesa de madera que había justo en el centro.
Este tragó saliva y miró a sus amigos.
Estaba aterrado.
-Todo va a salir bien. Dijo Richard acariciándole el cabello.
De pronto, Zabdiel escuchó un golpe fuerte.
Miró hacía sus piernas y vio que el cura se las estaba atando a la mesa.
-Que hace?!
-Es para que no te hagas daño a ti mismo, ni a ninguno de nosotros. -De acuerdo. Dijo Zabdiel cerrando los ojos y tumbándose en la mesa.
El cura de acercó a su brazo derecho y se lo ató a la mesa con una cuerda muy gruesa.

Después de terminar de atarle, miró a los chicos.
-Seguro que queréis estar aquí? Va a ser bastante desagradable.
-Si. Dijeron los cinco a la vez.
-De acuerdo, pero hay una norma: pase lo que pase, no podéis romper el vínculo.
Los chicos asintieron con la cabeza.
-Bien. Dijo el cura cogiendo un libro y abriéndolo.
Comenzó a leer un texto que Joel supuso que era latín.
No era como el que había leído Daniel hace unos días para sacar "eso" de Christopher, este era mas intenso.. Como mas fuerte, se sentía en el ambiente.

De pronto, Zabdiel se quedó inconsciente.
-Que ocurre? Preguntó Richard mirando a su amigo.
-Tranquilo, solo se ha desmayado.
Sin decir nada mas, siguió leyendo.
Terminó de leer y todo se quedó en silencio.
-No lo entiendo. Dijo el cura frunciendo el cejó. El demonio ya se tendría que haber manifestado.
De pronto, Zabdiel abrió los ojos y miró a el cura.
-Que ha pasado? Ya esta fuera?
El cura se acercó a él y le toco la frente.
-Como te encuentras?
-Normal.. Igual que antes.
-No lo entiendo...
-Que es lo que ocurre? Preguntó Richard.
-El demonio se tendría que haber manifestado, no es normal que no lo haya echó.
-Tal vez conmigo funcione. Dijo Christopher.
Él cura asintió y desató a Zabdiel para atar en la mesa a Christopher.
Zabdiel fue donde sus amigos y se apoyó en Erick.
-Te encuentras bien? Le preguntó este mirándolo.
-Estoy en poco mareado.
Erick le apretó la mano y sonrió.
-No te preocupes, cuando esto acabe podrás dormir.

-Bien. Dijo el cura mirando a Christopher. Voy ha hacer lo mismo que he echó con tu amigo, de acuerdo?
-Vale. Dijo Christopher mirando al cura.
El cura volvió a abrir el libro y comenzó a leer el mismo párrafo que le había leído antes a Zabdiel.
Enseguida, Christopher perdió el conocimiento.
El cura estaba terminando de leer cuando de pronto, todas las velas de la sala se apagaron dejándolos a oscuras.
-Que esta pasando? Se escuchó gritar a Richard.
-Que nadie se mueva! Gritó el cura. El demonio esta aquí.

-Christopher...
Joel se acercó a la mesa donde estaba su amigo para asegurarse de que estaba bien.
-Joel.. Eres tu?
-Christopher!
El cura se dio cuenta que Joel estaba juntó a Christopher y le gritó:
-Tócale la frente! Si la tiene fría como el hielo, no es tu amigo.
Temblando, Joel le tocó la frente a Christopher.
-Esta caliente. Dijo Joel suspirando.
-Entonces eso quiere decir...
-Que el demonio esta entre nosotros.

Rápidamente Erick se agarró al brazo de Zabdiel.
Al tocarle, se dio cuenta que estaba helado.
-Zabdiel?
Su amigo le miró a los ojos. Aunque apenas podía verle, Erick supo que ese no era su amigo.
Le soltó del brazo y comenzó a retroceder.
-Chicos...
Derrepente, Zabdiel se abalanzó sobre Erick derribándolo al suelo.
Al escuchar el golpe, el cura rápidamente encendió una de las velas.
-Dios mio! Gritó Joel.

En el suelo estaban Zabdiel y Erick, uno encima de otro.
-Zabdiel, que haces!? Gritó Christopher intentando soltarse.
Entonces Zabdiel le miró a los ojos; este los tenía de un color negro intenso.
De pronto, puso las manos en el cuello de Erick y comenzó a apretar.
Llenó de valentía, Richard se abalanzó sobre Zabdiel.
Pero lo máximo que pudo llegar fue a rozarle, porque Zabdiel hizo un gesto con la mano y le lanzó por los aires, haciendo que se chocará contra la pared.
-Richard! Gritó Joel.
Christopher miró a Erick, este se estaba empezado a poner morado.
-Zabdiel, para por favor! Gritó fuerte.
-Lo vas a matar! Gritó Joel.

Zabdiel miró a Erick a los ojos.
Este estaba aún consciente, mirándole fijamente.
-No pasa nada. Consiguió decir entre jadeos. Te perdono.
Derrepente, Zabdiel aflojó las manos de su garganta.
-Erick... Ayúdame. Dijo cerrando los ojos con fuerza.
Erick enseguida se dio cuenta de que su amigo estaba luchando contra aquella cosa, dentro de él.
-Vamos Zabdiel, tu puedes.
De pronto, los ojos de su amigo se volvieron a ponerse negros y le volvió a agarrar del cuello.
-Zabdiel! Gritó Christopher. Tu puedes con él, haz que salga!

VUDÚ [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora