CAPITULO 8

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Al llegar al hotel, todo el mundo se había enterado de lo que había pasado.
Los profesores fueron corriendo donde ellos.
-Dios mio, estáis bien?
Los chicos negaron con la cabeza. Era normal, acababan de ver como morían dos compañeros suyos de toda la vida.
Todo el mundo alrededor suyo estaban en silencio, contemplando como los chicos miraban al suelo con tristeza.
-Acompañarme. Les dijo el profesor a los seis.

Subieron a la habitación del hotel donde los profesores se alojaban.
-Sentaos por favor.
Los chicos se sentaron en la cama y el profesor se puso enfrente suyo con una silla.
-Muy bien, quiero que me contéis lo que ha pasado.
Ninguno habló.
-Sé que estáis asustados chicos, pero os puedo jurar que esos hombres no os van a volver a hacer daño.
-Hombres? Dijo Richard.
-Si, los que os atacaron en el monte. Fue así verdad? Porque eso es lo que nos han contado que ocurrió los demás chicos que estaban con vosotros; que un par de hombres os intentaron asustar y al ver que no os ibais os atacaron.
Los chicos se miraron unos a otros.
-Si! Dijo Christopher. Eso mismo fue lo que paso.
El profesor se les quedó mirando a los seis.
-Seguro que estáis bien?
-Si. Dijo Carlos poniéndose en pie. Si no le importa, estoy un poco cansado. Me gustaría ir a dormir.
-Claro, podéis iros.
Estaban saliendo por la puerta cuando Erick se dio la vuelta.
-Perdone profesor, pero que van a hacer con los cuerpos de Raúl y Harry?
-Un par de policías han ido a recoger los cuerpos. Llamarán a sus familias y les enterrarán en casa.
Erick asintió y fue tras sus amigos.

Llegaron a su habitación cuando de pronto, Carlos empujó a Zabdiel contra la pared.
-No quiero que salga a la luz lo que realmente a ocurrido esta noche, de acuerdo? Todo el mundo piensa que fueron unos cuantos hombres, y deben de seguir pensando eso.
Christopher le agarró de la espalda y tiró de él separándole de su amigo.
-Recuerda que fuiste tu el que quiso ir al monte, ahora no nos eches la culpa a nosotros.
Enfadado, Carlos aparto a Christopher de su camino y se fue a su habitación de hotel.
-Vamos. Dijo Joel a sus amigos.

Entraron y se tumbaron en las camas.
-No quiero que mueran mas personas. Dijo Erick.
Christopher le miró y se dio cuenta que estaba llorando.
Fue a su cama y le abrazo.
-No va a pasar nada mas, te lo prometo.
-Y como sabes eso? Dijo Joel.
-Porque no vamos a ir a ningún lugar donde no haya gente. Vamos a estar todo el momento rodeados, donde se nos pueda ver.
-Por cierto Christopher. Dijo Zabdiel sentándose en la cama. Como fue que acabaste en el sótano?
-No lo se. Al entrar en la casa tras Carlos, algo me golpeó por detrás. Lo siguiente que recuerdo es ver a Richard y a Carlos bajar las escaleras corriendo hacia mi.
-No viste quien fue?
-No, pero si que recuerdo algo extraño. No se si es real o no.
-Que cosa? Dijo Richard.
-Antes de que me golpeará, sentí un olor extraño. Un olor como a...  Vainilla.
-Vainilla? Vaya, eso si que es raro. Dijo Zabdiel.
-Y eso porque?
-Pues porque en la leyenda que os conté sobre aquella casa, decía que el niño siempre bañaba al muñeco con el perfume de su madre, y ese perfume era de..
-Vainilla. Dijo Joel.
-Exacto.
-Creéis que el que mató a Raúl y Harry fue el niño?
-O el muñeco. Dijo Christopher.
-O también pudo ser aquella cosa que nos atacó afuera de la casa. Dijo Joel.
Todos se quedaron en silencio.

-Será mejor que durmamos. Dijo Christopher. Esta noche a sido demasiado pesada.
Todos asintieron y se metieron en las camas.
Christopher iba a irse a su cama cuando Erick le agarró del brazo.
-Puedes dormir conmigo?
A Christopher siempre se le olvidaba que su amigo aun era menor de edad, y que no era tan valiente como los demás.
-Claro.

Eran las cinco de la tarde, y los chicos seguían durmiendo.
De pronto, Joel escuchó un ruido.
Se levantó de la cama y vio que Christopher no estaba.
Fue hacía la puerta y cuando iba a abrir, escuchó a su amigo hablar.
Lo mas extraño de todo, era que Christopher parecía tener una conversación con alguien, pero solo le escuchaba a él.
Entonces abrió la puerta y vio a su amigo sentado en el sofá.
-Con quien hablas?
Christopher se alarmó al verle.
-Con nadie. Dijo poniéndose en pie.
-Te he escuchado hablar con alguien.
-Serán imaginaciones tuyas Joel, no estaba hablando con nadie.
-Bien, y que haces ahí solo?
-Pensar.
Joel se dio por vencido.
-Esta bien. Dijo sentándose a su lado. Te encuentras bien?
-Perfectamente. Dijo Christopher sonriendo.

Horas mas tarde, todos los chicos ya estaban despiertos.
Ya que no les aparecía salir de la habitación del hotel, se quedaron viendo una película.
Sus compañeros habían estado todo el día llamando a su puerta para preguntarles que tal estaban, hasta que los chicos se hartaron y dejaron de abrirla.
Incluso Zabdiel no quiso hablar con Nayade.

Llegó la noche y los chicos se fueron a dormir.
Sobre las dos de la mañana, Zabdiel escucho una puerta cerrarse.
Se levantó de la cama y salió al pasillo.
Todo parecía estar en calma.
De pronto, alguien le tocó la espalda.
Se dio la vuelta y vio a Joel.
-Dios Joel, que susto me as dado.
-Que haces?
-He escuchado un ruido y he ido a ver que era.
-Un ruido?
-Si, una tontería. Me a parecido escuchar como una puerta al cerrarse.
Joel se quedó extrañado. De pronto fue al dormitorio y encendió la luz.
-Pero que haces? Vas a despertar a los chicos!
-Lo sabia! Christopher no esta.
-Que?
Zabdiel se asomó y vio que la cama de su amigo estaba desecha.
-Donde demonios esta?
De pronto Erick se despertó.
-Que hacéis? Apagar la luz!
-Erick, Christopher no esta.
-QUE?
Lo dijo tan alto que despertó a Richard.
-Se puede saber que estáis haciendo? No son horas para andar jugando.
-No estamos jugando Richard, Christopher no esta.
-Habéis mirado bien?
-Si. Dijo Zabdiel. No esta aquí.
-Chicos. Dijo Joel poniéndose en medio del dormitorio para que todos pudiesen verle. Hay algo que tengo que contaros.
-El que? Dijo Richard extrañado.
-Esta tarde, cuando todos estábais durmiendo me he despertado y he escuchado a Christopher habar con alguien. Al abrir la puerta, estaba totalmente solo.
-Que quieres decir con eso? Dijo Zabdiel.
-No lo se, pero parecía que realmente estaba hablando con alguien. Cuando le he preguntado que hacía, me ha  dicho que eran imaginaciones mías, que él solo estaba sentado en el sofá pensando. Y se comportaba de una forma muy extraña.
-De eso ya hablaremos mas tarde. Dijo Richard. Ahora hay que ir a buscarle.

Se pusieron unas zapatillas y salieron al pasillo del hotel.
-Vale. Dijo Zabdiel. Hay que separase, que dos de nosotros busquen por los pasillos, los otros dos por la zona de recepción.
-Yo voy contigo. Dijo Erick.
-Esta bien. Dijo Richard. Joel y yo buscaremos por los pasillos.
Zabdiel asintió con la cabeza.
-Quien lo encuentre, que llamé a alguno de nosotros.

Pasó una hora y medía aproximadamente y seguían sin encontrar a Christopher.
De pronto, Zabdiel tuvo una idea.
-Hay algún sótano en este hotel?
Erick se encogió de hombros.
-Espera.
Fueron corriendo a recepción y le preguntaron al recepcionista.
-Si. Dijo este. Pero para entrar se necesita una llave.
Entonces se palpó el bolsillo.
-Diablos, no están!
Erick y Zabdiel se miraron y de pronto se fueron corriendo.

Al llegar al sótano, enseguida sintieron que algo iba mal.
Las luces parpadeaban y hacía bastante frío, tanto que les salía humo de la boca.
-Mantente detrás de mi. Le dijo Zabdiel a Erick.
Estaban entrando en el sótano, cuando derrepente escucharon una voz al fondo.
-Esa no es la voz de Christopher. Dijo Erick temblando.
Zabdiel cerró los ojos y respiro con fuerza.
Entonces agarró el pomo y abrió la puerta.

VUDÚ [CNCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora