18. Gris como el cielo

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ELIZABETH'S POV

A ver... Rebobinemos. Marcus me dijo que quería ese tiempo y que era lo mejor, quise hablar con él de mi viaje y me dijo que por favor no le dijera nada, se quedó mirándome y yo me largué de ahí directo al bar. Fin de la historia. 

Ahora estoy acostada en mi cama sin poder dormir, yo soy muy orgullosa y no le voy a rogar que me escuche ni nada. Si así quiso las cosas así las tendrá. Tal vez mi mamá me pregunte por él mañana y le diré que terminamos y así me ahorro que me siga preguntando los siguientes días. 

Con este insomnio decidí ir a la cocina para prepararme un té que me calmara y escucho un sonido que me hace correr para observar por el mirador de la puerta y me encuentro con un Marcus que no puede abrir su puerta por lo borracho que está y se tira al suelo mientras observa mi puerta, me dan unas ganas de abrirle y abrazarlo pero simplemente cierro los ojos, me volteo y vuelvo a la cocina para tomarme el té. Al tocar la cama duermo como un bebé. 

Escucho el sonido de unos pájaros y tengo mucho calor, a mi querida madre a veces le encanta apagarme el aire acondicionado para que me despierte. Me siento mejor hoy, voy al baño y luego me dirijo a la cocina donde se encuentra mi mamá solamente. 

–Buenos días cielo –me dice ella cariñosamente. 

–Buenos días ma –le digo dándole un beso en la mejilla. 

–¿Como estás? ¿Y Marcus? –me pregunta. 

–Ma... Marcus y yo terminamos ayer –digo y me mira con una cara épica. 

–¿Cómo es eso posible? No entiendo –dice frunciendo el ceño. 

–No estuvimos mucho tiempo juntos y ninguno se sentía a gusto completamente con la relación, decidimos dejarla y ver que ocurría después –digo y ella se ve más aliviada. 

–Entonces no terminaron como tal, se dieron un tiempo –dice. 

–Eso fue pero no lo sé, mañana nos vamos a Italia –digo triste y ella me abraza. 

–Eli ya verás que todo estará mejor y tal vez sea necesario este tiempo para pensar mejor las cosas ¿no crees? –me aconseja. 

–Tienes razón ma, gracias. Además yo no soy de estar triste, voy a desayunar y a invitar a mis amigas que por cierto conocí una chica que te va a encantar, vive aquí. –digo separándome de ella para sentarme a comer. 

–¿Ah si? Me alegra que traigas a tu grupo y  una nueva amiga no te haría mal. Así es como debería ser, recuerda que estar triste... –la interrumpo. 

–Nunca está dentro de la mejor opción –digo sonriendo y escribiéndole a mis amigas por whatsapp.

–Buenas chicas, espero que estén bien y activas porque hoy hay pijamada de chicas así que las espero después de almuerzo porque recuerden que me voy mañana así que por favor CORA ni vengas con que tienes compromisos con Joshua, GRACIAS. Ah casi se me olvida, André también estás incluida. –envío por el grupo de mis amigas. Recibo una llamada de André. 

–Alo –respondo. 

–MUCHAS GRACIAS POR INVITARME Y NO ME HABÍAS DICHO QUE TE IBAS A ITALIA, si no es por Alex no me entero –me grita y tengo que alejar el teléfono. 

–Lo siento se me pasó con tantas cosas, ahora tengo ganas de patinar para relajarme un poco más –digo. 

–AAAAAAY ¿TÚ TAMBIEN PATINAS? –vuelve a gritar. 

–Siii ¿Tú lo haces? –pregunto y me dice que si– perfecto, entonces mejor nos vemos en la cancha en 10 minutos ¿Te parece? 

–De acuerdo, tengo tiempo sin patinar, nos vemos –dice y cuelga. 

La Vida de EliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora