A Luisa le dieron de alta y está aquí conmigo en el hotel, me está ayudando a ver que ponerme para salir con Mateo. No quería salir con él, necesitaba un respiro pero de verdad es una persona muy amigable y no me caería mal una distracción. Siempre intento no pensar en Marcus pero a veces no es fácil, me pregunto cómo estará y qué estará haciendo. Soy muy orgullosa, nunca preguntaré por él y tampoco lo buscaré, no me gusta estar detrás de las personas como un chicle, no me gusta estar toda una vida apática por alguien cuando tengo mucho que disfrutar y aprender.
–¿Liz? Tierra llamando a Liz –me dice Luisa moviendo una mano cerca de mi cara.
–¿Ah? ¿Qué? –digo y ella se ríe–. Lo siento estaba pensando, ¿Que ocurre?
–Que me gusta más el azul que el negro –dice señalando la cama ¿Ah?–. Los vestidos Liz.
–Ohhh, sisi, ya entendí. Bueno... Entonces me colocaré el azul –le digo sonriendo. Falta una hora para las 9 así que es mejor que me apure, me encanta el azul, Luisa tiene razón. Es por encima de las rodillas y pegado al cuerpo, sus mangas llegan a las muñecas y tiene un lindo escote en la espalda, sencillo pero elegante.
–Tengo que bañarme –digo.
–Rápido, rápido –dice Luisa.
Salgo de bañarme y me cepillo los dientes, me maquillo lo necesario, empiezo a vestirme y me miro en es espejo cuando termino de colocarme el vestido. Me encanta como me veo con él, es muy cómodo y elegante a la vez.
–Wow, te ves bella mi cielo –dice mi mamá entrando a mi cuarto y le sonrío.
–Gracias mamá –digo abrazándola y mi teléfono suena–. Oh, ese debe ser él –digo revisando mi teléfono, un mensaje.
–¿Está aquí? –pregunta mi mamá y afirmo–. Bueno querida, pásala muy bien y por favor cuídate –dice mirándome –, y sabes de lo que hablo.
–Agh –digo fastidiada–, sigo siendo virgen y es una primera cita.
–Lo sé, lo sé. Adiós bella.
Entro en el ascensor y al empezar a bajar siento que llevo 30 minutos aquí dentro, podría pensar que es muy lento o que estoy muy gorda pero no, sé que no soy nada gorda. Detesto que nuestra "habitación" es en el último piso, este hotel tiene 38 pisos. Nuestra "habitación" es como un pequeño departamento, tiene cocina, sala y dos cuartos.
–Signorita? –una señora vestida como mucama me estaba hablando.
–¿Que pasó? Lo lamento estaba distraída.
–Eh... Usted hablar spagnolo? –pregunta y yo asiento–, Ah... Tiene salir del ascensor signorita.
–¡Ah! Oh dios discúlpeme, de verdad –digo y la señora sonríe amable. Salgo del ascensor y voy al lobby donde mi imagino que se encuentra Mateo, como cosa rara no lo encuentro y de tanto buscar creo que me pierdo.
–Disculpe señorita, la veo tan perdida que me preoc... –alguien dice a mis espaldas y me volteo encontrándome con Mateo quien se encuentra mudo–, ¿Eli? ¿Eres tú?
–Siempre termino buscándote y tú me encuentras primero –digo sonriente y le beso en la mejilla.
–Wow... Yo... Te ves muy hermosa –dice anonadado.
–Pues gracias, tú estás... –digo y me detengo a mirarlo, un bonito traje y noto que ya no tiene barba, lo que hace verlo mas joven–, te ves bien, ahora sí pareces de mi edad –bromeo.
–Okay, me sentí viejo con eso que acabas de decir –dice riendo y me agarra la mano–. ¿Sabes? Pensaba ir a un restaurante súper costoso pero encontré algo mucho más emocionante.
–Impresióname entonces.
Vamos hacia su carro y no me fijé en la marca ni lo costoso que era porque no me importa, sólo me monté en él y Mateo condujo por unos minutos solamente hasta llegar a una ¿Casa? No ¿Mansión? Sí, enorme, tipo película con su portón negro y un inmenso camino rodeado de arboles y flores antes de llegar a la mansión, increíblemente asombroso este lugar. Nunca había estado en una casa así, esto es de enamorarse.
–Wow, esto es hermoso, tanto que lo dibujaría –digo mirando todo el lugar encantada.
–¿Dibujas? –pregunta mirándome aunque yo no lo haga devuelta.
–Amo hacerlo, me calma –digo ahora sí mirándolo y me sonríe–. Entonces... ¿Eres un niño de papi y mami? ¿Eh? –bromeo y ríe.
–De hecho lo soy, lo admito. Mi papá fue un gran modelo y mi mamá una bailarina muy conocida, se conocieron y se enamoraron, luego al casarse compraron esta casa para vacacionar aquí. Volvieron a España y nací yo, viví toda mi vida allá hasta que terminé mis estudios y vine aquí a trabajar, como regalo me dejaron esta casa.
–Que genial, me gusta –digo sonriendo.
–¿Vamos a bajarnos del auto o qué? –pregunta alzando una ceja.
–Para nada, una cita aquí estaría mucho mejor que entrar a esa pequeña casa.
–Por dios, vamos.
Nos bajamos del carro y empiezo a pensar, demonios, me trajo a su casa donde estaremos solos, habrá botellas de vino o de champagne y una gran cama <<excelente Elizabeth, te trajo a un lugar donde puede quitarte la virginidad>> agh que tonta.
–Bienvenida a mi casa y por favor siéntete como si fuera tuya.
–Créeme que así me sentiré.
–Bien, pues... Por favor ponte cómoda aquí en la sala, tienes el control del televisor, puedes acostarte en el sofá y ver alguna película, lo que quieras. Vengo dentro de poco –dice y se va. Vaya, este sofá es lo máximo y puedo ver netflix ¡Que perfección! Coloqué mi serie favorita y empecé a verla desde donde quedé.
–Disculpa la tardanza, estaba cocinando –dice llegando con dos platos que huelen divinos.
–¿Qué te ocurre? ¡Te hubiese ayudado!
–No, no te haría eso, tú eres la invitada especial.
–Me dijiste que me sintiera como si fuera mi casa y estaba dispuesta a ayudar.
–Olvídalo preciosa, para la próxima me ayudas, es más, haces tú sola la comida –bromea.
–¡Eh! No te pases tampoco –digo y se ríe. La comida son unos raviolis que están deliciosos–. Santa madre ¡Éstos raviolis están muy buenos! –digo mirándolo.
–Pues ¿Dónde más encuentras un doctor joven y sexy que aparte es chef? –pregunta subiendo y bajando las cejas.
–¿Tú eres un niño prodigio o algo? –digo y se ríe. Seguimos hablando mientras comemos, después se lleva los platos y lo persigo reclamándole porque ya quería lavar los platos también así que terminé lavándolos yo. Volvemos a la sala y me sirve una copa de vino, que casualidad.
–Entonces Eli ¿Tienes algún novio? –pregunta.
–¿Tú crees que saldría contigo si tuviera uno?
–Si pues... Si me ves sólo como el doctor de tu hermana y un posible amigo...
–Te seré sincera, tenía un novio días antes de montarme en un avión pero le pedí un tiempo, luego le dije que no quería ese tiempo y él me dijo que si era necesario, días después me emborraché con mis amigas y fui a su casa para encontrarlo después de tener sexo con una chica y claro, él también estaba borracho, y al dia siguiente estaba montándome en un avión cuando él no sabía que venía. Y volveré a ser sincera, sí, eres el doctor de mi hermana pero eres muy atractivo y tienes que saber que alguien atractivo es difícil de obviar.
–Wow... Toda una historia la de tu novio –dice mirándome–. Estoy muy de acuerdo ¿Sabes? Y eres la hermana de mi paciente y también eres muy difícil de obviar –dice y me besa. Es sólo un beso, uno con el que no siento nada, nada de mariposas en el estómago, nada de latidos acelerados, nada de electricidad, nada de nada. Y entonces me di cuenta que de verdad amaba a Marcus y que mi corazón estaba con él esperando que vuelva a su lado pero mi vida es aquí ahora y tengo que vivirla. Aunque cuando te perdone Marc, no querré dejarte escapar, nunca.
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La Vida de Eli
Teen FictionElla es responsable. Él solo quiere conquistarla. Ella es una chica que hace lo que quiere. Él es un chico que lo que quiere es estar con ella. Ella ha demostrado ser toda una rompe corazones. A él ya le han roto el corazón. Ella hace lo que s...