23. Doctor sexy

12 4 0
                                    

Que hermoso, mi hermana no recuerda nada ¿Perdió la memoria? No acepto eso, ella no puede... Y aquí me tienen buscando a un doctor que hable español, sé que Mario podría traducirme pero apenas lo conozco y no confío en él. Parezco una loca caminando rápido, estoy desesperada, varios doctores me dijeron de un tal Mateo que es de España pero no lo encuentro.

–Bendito Mateo aparece –me digo.

–¿Disculpa? –dice una voz detrás de mi.

–¡Ah! Mierda –digo volteándome. Vaya vaya este chico es un ¿Doctor? Porque me estoy enfermando. Es alto con el cabello castaño oscuro y ojos verde oscuro.

–¿No estás muy joven para decir esa palabra? –pregunta con una ceja levantada.

–¿No estás muy joven para ser doctor? –le pregunto copiando su gesto y me sonríe.

–Asi me dicen. En fin, me nombraste ¿Qué necesitas? –pregunta.

–Ah si... Claro, es mi hermana que acaba de despertar del coma –digo y que buena hermana Elizabeth, por poco se te olvida Luisa.

–Vamos –dice serio y me acompaña a la habitación donde le hace unas pruebas a Luisa y le hace unas preguntas mientras yo acompaño a Mario.

–Ese doctor es... –dice sin terminar.

–Lo sé ¿Atractivo? ¿Sexy? Ni me digas... –digo y él se ríe. El doctor mira a mi dirección señalándome para hablar.

–Señorita... –dice sin saber mi nombre.

–Elizabeth Roberts –le digo.

–Bien... Su hermana se encuentra bien, tiene una amnesia temporal por los golpes pero no es nada grave, en unos días podrá recordar todo –me dice y nada me llena más de alegría así que lo abrazo.

–Muchas gracias, estoy tan feliz, me ha quitado un peso de encima –digo y se tensa ¿Ups?– Oh... Disculpe –me separo.

–Tranquila, estoy acostumbrado a esto –dice y yo levanto una ceja.

–Que arrogancia –bromeo y se ríe–. No digo, no siempre se ve un doctor tan apuesto. A mi me dijeron que te buscara y yo imaginaba a un Mateo medio calvo y con una gran barriga.

–Nadie me había dicho eso y no me imagino siendo un barrigón medio calvo –dice haciendo una mueca y yo sonrío.

–Bueno doc muchas gracias por la noticia –digo amable y empiezo a alejarme.

–¡Espera! –me dice acercándose a mi.

–¿Que ocurre?

–Sé que no nos conocemos pero eres hermosa ¿Podrías salir conmigo? ¿Viernes a las 7? –me dice sonriente ¿Qué?

–Ahm... ¿No eres muy grandecito? –pregunto.

–Tengo 21, no estoy tan viejo.

–Mira... Me agrada la idea pero sigo sin conocerte –sonrío apenada.

–Descuida... Seguiré insistiendo –dice guiñando un ojo–. Nos vemos.

–Hasta luego doc –digo entrando en la habitación y me encuentro a Luisa hablando con Mario.

–Hola –digo dulcemente. Luisa está muy bien, me vio y fue muy cariñosa conmigo, en ningún momento desconfió de mi por no recordarme. Seré paciente y esperaré a que recuerde.

–Betty, ya es muy tarde y no quiero problemas con mis padres –dice Mario y nos despedimos.

–Quedamos sólo tú y yo –le digo a Luisa.

–¿Cuantos años tienes? –me pregunta.

–17, dentro de dos meses cumplo 18 –digo.

–Oh... ¿Cuantos años tengo yo?

–Tienes 11 y nos llevaremos muy bien juntas.

–¿Cómo es que hablo español y recuerdo?

–Pues... No tengo idea, yo no sé mucho de los estudios de medicina pero si sé que papá te enseñó a hablarlo. Nosotras hace mucho tiempo hablábamos mucho por video llamada.

–¿Dónde está papá? –pregunta.

–De eso hablaremos mejor mañana hermanita. Vamos a dormir ¿Si?

–Buenas noches hermana –me dice y yo duermo con una sonrisa en el rostro.

MARCUS'S POV

Han pasado muchos días ya, semanas tal vez porque no llevo la cuenta del tiempo que ha pasado desde que se fue Elizabeth. Los primeros días no fueron nada fáciles pero me mantuve estable, alejado del alcohol por ella como se lo prometí a Sophie. Y ahora estoy acostumbrado de este vacío, pude acostumbrarme a no verla salir por esa puerta que tengo al frente. Me he encontrado muchas veces a David pero nunca hablamos mucho, él sólo me ha dicho que están bien allá y mas nada. Estoy desesperado por saber cuanto tiempo se va a quedar allá y nadie quiere decirme nada. Llevo todo el día encima de Sophie para que me diga y en eso ando.

–Sop por favor dime –le suplico.

–No lo haré.

–Sophie dimeeeeee.

–Me estás fastidiando la tarde Marcus.

–¿Qué te cuesta decirme?

–¿Si te digo me dejarás en paz? –pregunta ya molesta y yo asiento–. ¡Perfecto! Ella se quedará allá posiblemente 5 años ¿Y ahora que piensas hacer? ¿Vas a ir al aeropuerto como loco para llegar a Italia a primera hora? ¿Y luego la buscarás desesperado y le prometerás amor eterno? Por favor Marc, tú eres mejor que eso.

–¿5 años? –digo lanzándome al suelo–. ¿Cómo es posible? Yo... Todo esto es mi culpa.

–Marc... No tuve que decirte porque sabía que te dolería y no quería verte mal pero eres muy insistente. Marc mírame –me pide pero estoy perdido– ¡Marc mírame! –exige y la miro–. Tienes que ser fuerte, por ella, como me prometiste Marc.

–Yo... Lo seré como te prometí Sophie, por Eli –digo y ella me abraza.

–Sé que es difícil pero ella necesita este respiro y tú también. Cambia tu vida Marc y vívela porque si de verdad es su destino estar juntos recuerda que este planeta es redondo y aunque den miles de vueltas pueden volver a encontrarse –me dice y tiene razón, es tiempo de vivir mi vida y el día que encuentre a Eli será mía y no volverá a escapar.  

La Vida de EliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora