17. Una fiesta casi divertida

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Estoy acostada en mi cama mirando al techo, definitivamente fue un dia horrible. Escucho que alguien entra por mi puerta y noto a mi mamá observándome.

–Elizabeth... –me dice.

–Mamá no, en estos momentos no estoy de buenas contigo –le recuerdo.

–Yo solo quería hablar de lo de hace rato... No entiendo porqué no me lo con... –la interrumpo.

–¿Es que no lo entiendes? No es verdad lo que te dije ¡Es mentira! Yo sólo estoy harta de todo lo que me dices referente a ese tema ¡Me molesta! Tienes que dejarme tranquila y confiar en mi, ya no soy una bebé mamá, yo soy consciente de las cosas que hago y dejo de hacer. Yo y sólo yo tengo que saber de qué ocuparme. Dentro de poco cumplo 18, sólo... Quiero que entiendas mi posición ma. Yo te amo y te agradezco por todo lo que has hecho por mi, eres la mejor. Sé que adoras a Marcus y quién no lo haría pero eso no significa que vaya a ser él o que sea esta semana, este mes o año.

–Ay Eli discúlpame, sé que exagero en muchas cosas pero no me acostumbro a que estés creciendo y que cada vez necesites menos de mi. No es fácil cuando antes hasta comida te daba y te acostabas en mi pecho mirándome con esos hermosos ojos –me dice empezando a llorar. Me acerco y hago que me mire.

–Mamá, seguiré mirándote con estos ojos y siempre te necesitaré, eso no lo olvides –le susurro y la abrazo fuerte.

–Gracias Eliza, eres una buena chica –me da un beso en la mejilla y sale de mi cuarto.

El estómago me gruñe y recuerdo que no he desayunado así que me arreglo y le digo a mi mamá para salir a comer algo, pienso abrir la puerta cuando escucho la puerta del frente abrirse, <<demonios>> pienso. Observo por el mirador de quién se trata y por supuesto que es Marcus pero me da risa su actitud. Se encuentra dando vueltas pensando y de vez en cuando hace como si fuera a tocar el timbre pero no lo hace, al final sale y baja las escaleras.

Espero unos 5 minutos y decido bajar yo también, veo que está distraído mirando un cartel y pienso pasarle disimuladamente por un lado.

–¿Crees que no me di cuenta que me mirabas mientras hacía el ridículo? –dijo sin voltearse, mierda– se veían la sombra de tus pies y pude ver la claridad del mirador oscurecerse y el pestañeo de tus ojos, soy muy detallista –dice aún sin voltearse– Y ¿Sabes? Conozco tu perfume, siempre hueles muy bien –okay, tuve que echarme el perfume de Dav, así hubiese salido ilesa.

Miro hacia un lado y veo una chica parada en las escaleras silenciosamente con la boca abierta y le doy una mirada de "necesito tu ayuda"

Y ella hace un movimiento con su dedo refiriéndose a que tiene una idea y me señala el ascensor para que me meta en él sin hacer ruido, observo que ella se pone en mi lugar.

–Lo siento Eli, debería voltearme y poder mirarte pero sinceramente me siento muy avergonzado, eso no tuvo que pasar y me arrepiento –dice y veo como la chica lo mira sin saber que hacer– Creo que es mejor poder mirarte –dice y me imagino que se voltea porque no puedo ver nada– Eh... Yo... Lo siento, pensé que era otra persona –dice apenado y sube las escaleras rápidamente.

Salgo del ascensor y ella se me queda mirando– Mira, muchas gracias por esto y lo siento también –digo y pienso salir del edificio.

–Espera –dice ella– ¿Para donde vas?

–Eh... Voy al café skyhills a "desayunar" –menciono haciendo comillas con mis dedos.

–Oh que bien, yo también iba para allá a –dice ella sonriendo– Vamos en mi carro –parece amable esta chica, entramos en el carro y nos dirigimos al café– ¿Cómo es tu nombre? –me pregunta.

La Vida de EliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora