Llegamos a la oficina del abogado y menos mal que él habla español porque en estos momentos no tengo paciencia para esperar que mi mamá me traduzca. Al llegar tocamos el timbre y un señor de cabello blanco y alto nos abre.
–Buenos dias, ustedes deben ser la señora Johnson y su hija Elizabeth– dice el señor– es un placer conocerlas, mi nombre es Gustav D'Ors y soy el abogado que les contactó, por favor pasen –dice amable.
–Un placer conocerlo señor Gustav, llámeme por mi nombre Loren –dice mi madre amable, entramos en su oficina y nos sentamos en el mueble–. ¿Podré hacerme cargo de la niña o qué ocurre? –pregunta ella.
–Bueno Loren les explicaré un poco sobre este caso, es un poco complicado –dice él haciendo una mueca que me causaría gracia pero estoy asustada con lo que dijo–. Como ya mencioné, es un poco complicado. Usted lamentablemente no tiene la tutela de la niña y para tenerla es un proceso largo, de 5 años mas o menos –explica moviendo las manos– y les tengo malas noticias –dice mirándonos atentamente y yo me pongo muy nerviosa–. La niña tuvo dos años de maltrato continuo por su padre y la última vez la dejó en coma –dice este apenado.
–¿Qué? ¿Cómo puede ser esto posible? Ella no se merece esto, ella... –digo a punto de llorar–. Maldi... –mi mamá me mira feo– mal día el de hoy –corrijo.
–Sí, mal día. Pobre Luisa, es una niña muy dulce, ella no tenía que pasar por esto –dice mi mamá aterrorizada–. ¿Y su madre? –preguntó.
–Y siguen las malas noticias. Ya saben que su mamá la abandonó y no sabemos donde está, la hemos buscado pero por dejarla con un padre que tiene problemas con el alcohol sabiendo que podría pasarle a la niña, esta mujer perdió la custodia completamente. El señor Roberts me habló sobre usted arrepentido diciendo que era una mujer muy responsable y tengo entendido que es la ex esposa de él ¿Me equivoco?
–No se equivoca, me divorcié de él por su vicio con el alcohol y por las veces que maltrato a Eli. Pero el punto, yo estuve ahí para detenerlo la mayoría de las veces, esa niña no tenía a nadie –dice mi mama triste.
–¿Y mi padre? ¿Dónde está? –pregunto.
–Se encontraba en rehabilitación hasta hace poco, ahora se encuentra en la cárcel con una condena de 10 años por maltrato al menor. Al salir de la rehabilitación se encontraba muy mal por lo que hizo y por como se ha comportado le han rebajado la condena –explica Gustav–. Es una buena persona Elizabeth, pero el alcohol saca lo peor de él, mientras se encuentre alejado de su vicio estará bien.
–Lo sé, conocí a mi padre en sus años sobrios –digo con una sonrisa triste–. Ha hecho tantas cosas pero ¿Dejar a mi hermana en coma? Lamentablemente se merece su condena.
–Estoy de acuerdo con usted señorita. Mucha charla, vayamos al punto –dice sentándose en una silla–. La niña perdió la custodia de sus padres, hay que esperar que despierte y están estas dos opciones: la primera es enviarla a un orfanato donde no se sabe cuando conseguirá padres adoptivos y la segunda que es manejar los papeles para que usted tenga la custodia, tengo entendido que tú, Elizabeth, tienes 17 y dentro de unos meses eres mayor de edad, y por ser ya una adulta se podrán manejar los papeles para que tú también puedas estar a cargo de ella porque al fin y al cabo eres su hermana. Entonces ¿Qué prefieren? –pregunta el abogado.
–Yo me quedaré el tiempo necesario cuidándola, no quiero que termine con padres adoptivos –menciono y mi mamá me mira–. Sé lo que piensas ma pero en estos momentos me importa más mi hermana.
–Perfecto ¿Cuándo cumples años? –me pregunta Gustav.
–El 22 de Marzo –digo.
–Entonces faltan dos meses, necesitarás que tu mamá se quede por ese tiempo. Lo bueno es que no hay ningún problema en que te quedes, tienes una nacionalidad italiana que te permite vivir aquí el tiempo que quieras pero de todas formas obtendrán su permiso legal –explica el abogado.
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La Vida de Eli
Teen FictionElla es responsable. Él solo quiere conquistarla. Ella es una chica que hace lo que quiere. Él es un chico que lo que quiere es estar con ella. Ella ha demostrado ser toda una rompe corazones. A él ya le han roto el corazón. Ella hace lo que s...