La Vida de Eli

35. Investigacion (parte II)

—Si madre, la cuidaré como si fuera mi hermana. Oh espera, es mi hermana de verdad —respondí fastidiada, amo a mi mamá pero a veces es muy intensa.

—Vamos Eli, no te pongas así. Sabes cómo puedo ser yo a veces, pero sé que la vas a cuidar bien.

—Gracias ma. Que tengas un buen viaje, te tengo que dejar porque tengo tarea que hacer. Me escribes cuando llegues. Te amo —y terminé la llamada cuando ella se despidió.
Ahora si, camino a la casa de Mathew.

Soy muy puntual y a la hora que dije que estaría ahí, estoy. Una gran casa y muy bonita. Tiene tres pisos y se ve que tiene un jardín en la parte de atrás. Toqué el timbre. Me abrió una señora que se veía muy agradable y me miraba con cara sonriente.

—Buenas tardes señorita ¿que desea?
—¡Hola! Vengo a ver a Mathew... tenemos una tarea pendiente y quedé con él a esta hora.
—Pase adelante, puede esperar en la sala de estar mientras lo llamo para que baje —dice como con cara de fastidiada y susurra—. Queste ragazze adesso, non sanno nemmeno che scusa inventare (estas muchachas de ahora, no saben que excusa inventar).

Escucho claramente y me río, creo que los italianos son más graciosos enojados. No soy una persona que anda con muchos rodeos, si lo que quiero es salir con alguien lo hago sin inventar nada. ¿Yo? ¿Saliendo con Mathew? Nunca, lo haría exactamente con una copia de él que está al otro lado del planeta tierra.

Veo a Mathew bajando las escaleras sin camisa, sólo tiene unos shorts puestos. No está nada mal pero sigue sin ser él.

—Hola Elizabeth —dice coqueto.
—No no no no, más te vale que te pongas una franela o algo encima. Vine a estudiar y terminar hoy la tarea —y también a averiguar acerca de ti pero eso no tengo que decírtelo—. Entonces ¿que estás esperando?

—Finalmente!  una ragazza sincera e devota (¡por fin! Una muchacha sincera y dedicada). —escucho a la señora gritar y me dan ganas de reír.

—¡Bien! Vuelvo en 5 minutos —dice fastidiado y vuelve a subir las escaleras. Yo voy y me acerco a la señora que está en la cocina preparando algo. Me ve y me pregunta.

—¿Tu nombre es Elizabeth?
—Si ¿y el suyo?
—Antonieta, soy la ama de llaves y cuido al muchacho.
—¿Es hijo único? —le pregunto e inspecciono su rostro.
—Eh... si —dice un poco nerviosa.
—¿Y sus padres?
—Oh, a su mamá la conocerás dentro de poco y a su padre no creo, siempre llega tarde del trabajo.
—Está bien.

—Elizabeth, ya me puse una franela —dice entrando a la cocina—. Vamos a mi cuarto.
—De hecho, estudiaremos en la sala —ahí hay más fotos familiares.

Pasamos dos horas estudiando y pensé que iba a ser peor, no tuvimos ningún tipo de problema y ya casi terminábamos.

—Hola cielo, ya llegué a la casa. Justo a tiempo para la cena —dice supongo que su mamá y cuando la veo me asombro. Ella es—. Oh, hola...
—Disculpe, permítame presentarme. Mi nombre es Elizabeth y vine hoy a hacer una tarea de matemáticas con su hijo pero ya estamos por terminar.
—No te preocupes. Es todo un placer, mi nombre es Carly. Es más, quédate para cenar. No nos vendría nada mal un poco de compañía para la cena —con eso contaba yo.

La señora Carly fue muy amable con dejarme cenar aquí y de verdad esperaba que me invitara a cenar. Terminamos la tarea y nos dicen que la cena está lista.

—Entonces Elizabeth ¿que te gusta hacer? —me pregunta Carly.
—Me gusta pintar y escuchar música —digo y miro a Mathew—. ¿Sabes quien es Mac Miller? —digo a propósito y Carly se atraganta con la comida.
—¿¡Quien!? —dice tosiendo.
—Mac Miller, el rapero. Me gusta mucho su música —dice Mathew de lo más normal.
—Ahhh —dice ella aliviada.
—A mi también. Una lástima lo que le pasó, que en paz descanse.

Seguimos conversando por un rato más, Carly preguntando cosas sobre mi. Mentí un poco acerca de dónde era porque no quería sospechas. Y el plan funcionó a la perfección, ya puedo proceder con el tercera parte.