26. Primer día

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La noche de ayer fue genial, la pasé muy bien con Mateo y fue muy caballeroso. Sólo vimos películas, comimos y uno que otro beso tonto pero no se sobrepasó conmigo y de verdad aprecié eso. Y lo sé, pensarán que soy una zorra porque terminé con Marcus hace un mes y no es que lo haya olvidado ya que no es así pero tengo casi 18 y mi vida tiene que seguir. Si hay algo de lo que soy admirable es la confianza que me tengo y cuanto me quiero a mi misma, si algo he aprendido es que cada cosa tiene su momento, hay un momento para estar triste, uno para estar enojado y otro para estar feliz, nosotros podemos elegir como estar la mayoría del tiempo y yo decido ser feliz.

Mis amigas creen que sólo me hago la dura y que he sufrido mucho con los chicos con los que he salido pero no es así, no soy una chica de llorar y deprimirse, me encanta reír y bailar porque eso es vida para mi.

Y hoy es un excelente día para demostrar quien soy en mi primer día de universidad. ¿Cómo demuestro quien soy? Sin querer ser arrogante soy una persona que llama mucho la atención y quiero que haya un gran impacto con mi presencia porque quiero dejar marcado que no soy una tonta con la que las mean girls se meten. En ese colegio al que fui fueron esas chicas unas totales perras y ellas estudiarán en esa universidad, asi como están ellas hay más, seguro.

En una semana cumplo los 18 y mi mamá se irá en dos dejándome como responsable de mi hermana. La casa está lista para mudarse en dos días y todo es perfecto. Luisa retomará sus clases y está muy emocionada, yo mas orgullosa no puedo estar.

–¡Cariño! Llegarás tarde a tu primer dia de universidad ¿Qué tanto haces? Si te estas maquillando... –advierte mi mamá y como me conoce, claro que estoy maquillándome pero nada exagerado como Loren siempre dice, sólo me gusta tapar mis ojeras de mapache y un brillo–. ¿Para qué te maquillas tanto? Tú no necesitas maquillaje, eres bella y joven.

–Tú no entiendes lo que es taparse las ojeras porque no tienes como yo ¡Mis ojeras son heredadas de mi padre! Es horrible.

–Bueno bueno... Como digas y por favor no olvides tus lentes. –dice mi mamá y por supuesto ¿cómo olvidarlo? Uso lentes y nunca me los coloco porque no me gusta, pero no me queda de otra ya que no veo de lejos y los salones son gigantes así que ni desde la primera fila veré la pizarra.

–¿Qué más da? –pregunto con fastidio.

–Vamos llorona, tengo que llevarte a la universidad –dice y me saca la lengua (sí, muy madura mi madre). Es muy temprano, ya había perdido la costumbre de despertarme temprano, mi hermanita sigue durmiendo así que no pude despedirme de ella, vamos hacia el carro y emprendemos el camino a la universidad.

–Hasta luego madre, te llamo cuando salga –digo cuando ya llegamos.

–Está bien tesoro ¡Que pases un gran día!

Salgo del carro y camino un poco hasta que me detengo frente a unas escaleras, suspiro y admiro el gran edificio delante de mí. Espero que sea un gran día y que nadie me haga quedar mal, (de verdad lo espero) sólo es el primer día ¿Qué podría salir mal? (encontrarme con las salvajes de la otra vez). Dejando mis pensamientos al lado subo las escaleras y entro en lo que es mi nueva universidad.

Casilleros por doquier, plantas y mesas donde sentarse, las oficinas administrativas, la recepción que es a donde me dirijo, y claro que hay personas por todas partes hablando muy emocionados.

–Disculpe soy Elizabeth Roberts, soy nueva aquí –digo acercándome a una secretaria.

–Buenos días señorita, aquí tiene su horario –me entrega el horario–. Por cierto, mi nombre es Nina –se presenta–. Suerte en su primer día –dice con una sonrisa de lástima ¿Qué pasa?

–Un gusto señora Nina y gracias –digo amable.

Me retiro y caminando observo mi horario, toca matemática a primera hora y mi sonrisa de nerd aparece. Pienso llamar a Mario porque estoy perdida y él debería estar aquí.

–Mario ¿Dónde estás? Estoy perdida y obviamente que sola porque no tengo amigos.

–Ya, ya te vi y deja el drama –me dice y termina la llamada–. Holaaaa, bienvenida a tu nuevo lugar ¿No es perfecto? –grita Mario a mis espaldas.

–Siiiiii, ¡estoy tan emocionada! Ya quiero saber cómo es el baño de las chicas para ir con mis amis a retocarme el maquillaje –digo sarcásticamente y me mira con mala cara–. Aunque en verdad es una belleza esta universidad –digo sonriéndole.

–Amaneciste con un humor –dice volteando los ojos.

–Es que ya estaba encantada con mis vacaciones. ¿Sabes por qué la señora Nina me miró como con lástima?

–¿A ti también? –yo asiento–. Tengo varias conclusiones; los estudiantes son niños de papi y son insoportables o son malvados con los nuevos...

–¿Y..?

–¿Y... Que? Ya esas son mis conclusiones.

–Bueno... Creo que es un 2x1, niños de papi insoportables y malvados con los nuevos. –él asiente y mira frente a nosotros–. ¿Qué ocurre? –una chica tirada al suelo llorando mientras un chico a espaldas de nosotros se ríe de ella. Ese monstruo se voltea y los pelos se me ponen de punta, todas las cosas se me caen ¿Marcus?  

La Vida de EliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora