15. Día no tan tormentoso

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  Me voy a mi cuarto corriendo y me acuesto en la cama para pensar un poco, tanto tiempo sin saber de él.

No hay nada que me atemorice más que cuando me hablan de mi padre, es un tema delicado siempre que se trata de él. No me gusta hablar mucho de él y cada vez que alguien se entromete en asuntos que tienen que ver con mi papá no me reconocen. Su nombre es Sammuel Roberts y es adicto al cigarrillo y al alcohol, creo que con esto les queda claro.

Mi infancia fue muy dura por eso, todos los fines de semana él se embriagaba hasta tal punto que podía hacerle daño a cualquiera tanto física como psicológicamente. Cuando a mi mamá se le ocurrió la idea de divorciarse pensé que tendría una nueva y mejor vida, claramente así fue; mi padre después de eso decidió irse a Italia ya que quería volver a su país natal y olvidar todo lo ocurrente. Allá conoce a una mujer llamada Isabella con quien tiene una hermosa hija por lo tanto mi media hermana Luisa Roberts quien me endulzó la vida y no sólo a mi, mi padre estaba tan feliz que dejó de tomar alcohol y fumar, el estaba encantado de enseñarle español para que hablara conmigo por video llamada, al cumplir 5 años podía hablar el español sin problema y desde entonces hablábamos todos los días. Hasta que un día 3 años después, por video llamada la vi llorar porque su madre los había abandonado y luego de ese dia no me volví a comunicar con ella y no supe más de mi padre hasta el día de hoy.

Me esperaba las palabras de mi madre, ya yo pensaba que si Luisa no habló más conmigo es porque está pasando por lo mismo que yo pasé. Seguro mi padre volvió al vicio y eso no me agrada. Mi madre siempre estuvo ahí para detenerlo cuando intentó hacerme daño pero ella no tiene a nadie quien la proteja. Sólo pensar eso las lágrimas se desbordan de mis ojos y así estuve llorando hasta que me quedé dormida.

Despertándome siento un peso en mi cintura y una profunda respiración en mi cuello y me volteo para ver a la persona que sé que es si no me equivoco. Marcus, estuvo durmiendo a mi lado esperándome para contarme lo que pasa con el chico de abajo y se quedó dormido también. Sería mejor verle su perfecta cara sin que se dé cuenta, sus lindas pecas en el tabique de su nariz y unas no muy visibles en sus mejillas, sus labios rosados que tanto me provocan y esas pestañas que cada vez más me enamoran; es tan perfecto que parece un sueño, parece aire que aunque quieras atrapar nunca podrás, algo que se va a esfumar cuando no te des cuenta.

Quererlo no es una necesidad, no lo necesito para poder vivir pero como quiero necesitarlo, como quiero tenerlo. Para mí, si algo quieres puedes alcanzarlo sin importar lo elevado que esté para tu altura, busca la solución, pero estoy segura que todo en la vida se puede tener si de verdad estas segura de quererlo y yo siento que estoy segura de quererlo.

Quiero despertarlo pero tengo muchas ganas de hacer pis así que me levanto para ir al baño. Vuelvo y se encuentra igual que antes, me doy cuenta de que me quedé dormida con el uniforme de la escuela y aprovecho que está dormido para cambiarme.

Me encuentro en ropa interior intentando alcanzar la ropa, me cuesta alcanzar rápido al menos que me suba a la cama pero si lo hago corro el riesgo de despertarlo. Ya casi tengo la blusa cuando escucho un silbido, mierda.

–Oh dios mío, como me encantaría despertar con esas vistas todos los días –dice y del susto me caigo.

–¡Auch! Diablos –me quejo del dolo.

–¿Estás bien? –llega a ayudarme preocupado.

–Si lo estoy pero me duele un poco la cabeza, no tuve gran golpe pero me imagino que el agite y que por supuesto tu novio te encontrara prácticamente desnuda –le digo mirándolo feo y él se ríe, se acerca más a mi hasta el punto de caer encima de mi.

–Yo no tengo la culpa de encontrarme con un maravilloso cuerpo semidesnudo, tu sí que eres culpable de esto –me dice y no entiendo de qué "esto" habla.

–¿A qué te refieres con "esto"? –le pregunto y el sonríe divertido.

–De esto preciosa –dice aplastándome más y sintiendo su erección, oh demonios, abro los ojos y se me sale un jadeo por la sorpresa.

–Estás muy loco –digo con la respiración un poco acelerada. Se acerca para besarme y le beso en seguida, hoy lo único que quiero es pasar un buen rato y olvidarme de mi padre.

Nos besamos tiernamente hasta que se vuelve peligroso con nuestras lenguas danzando. Estamos tirados en el suelo saciando nuestros deseos pero rápidamente me agarra por mi trasero y me levanta hasta llevarme a la cama donde me acuesta delicadamente y se posa encima de mi de nuevo. Yo me dedico a quitarle la camisa para poder sentir su caliente piel de la alta temperatura producida. De mis labios pasa a mi cuello donde empieza a besar con cariño y llevo mis manos a su cabello para tocarlo mientras él hace su magia, empieza a bajar sus besos a la zona del pecho y sigue besándome pero ésta vez con más fuerza chupando y succionando y yo no puedo alejarlo, yo quiero que continúe, se me sale un gemido que lo motiva mas a seguir con lo que hace, me baja un tiro del sostén con su boca pidiendo permiso y al ver que no le estoy deteniendo me termina de quitar el sostén y los observa rápidamente como si no se lo creyera y vuelve a mi boca para besarme con mas intensidad que antes y aprieta fuerte mis senos con sus manos lo cual hace que me arquee y quiera gemir más fuerte pero lo calla con sus labios. Mis manos curiosas y metidas se van al cierre de su pantalón para quitárselo rápidamente y ya con su pantalón fuera una de mis manos van directo a la elástica de su bóxer pero su mano me detiene.

–No estás lista para esto Eli –me susurra con la voz muy ronca.

–Yo no quiero nada de lo que piensas contigo todavía –le digo acelerada.

–¿Que quieres entonces? –pregunta excitado y yo lo miro, una mirada que dice mas de mil palabras.

–Esto no esta bien –me dice agarrando mi mano para dirigirlo a su bóxer y antes me asusto y la aparto rápidamente, escucho su risa–. Me encanta que seas así –me dice y se acuesta encima de mi colocando su cabeza en mi pecho.

–Debería colocarme el sostén –digo incómoda y él me mira sonrojado.

–Yo.. Yo no tuve que quitártelo pero es que estaba tan... que me dejé llevar y sigo estándolo ¿Puedo darme un baño de agua fría? –pregunta apenado y yo me río.

–Claro que sí, ese es mi baño, ahí hay toallas y todo lo que necesites, no creo que requieras de mi compañía para saberlo ¿o si? –le digo divertida.

–Eli no me provoques porque te llevaría a ese baño conmigo y no me estás ayudando para bajar mi erección –dice haciéndose el molesto, yo me río y voy a levantarme para recoger el sostén–. Por favor no te levantes porque es en serio, de verdad espero no verte estas semanas así semidesnuda porque podrías despedirte de tu virginidad y es una advertencia, tu tampoco me ayudas a detenerme –dice tapándose los ojos, este chico sí que es raro pero como me encanta que sea así.

Escucho la puerta cerrarse y aprovecho para ponerme ropa rápido y pienso como será probable seguir siendo virgen con él. Escucho la puerta del baño abrirse y él sale en paño, y que mejor momento para mirarle ese cuerpo de infarto.

–Que va, salieras así todos los días de mi baño... –me interrumpe.

–Y... no serías virgen –me dice gracioso.

–Tienes razón, ¿Cómo vamos a hacer para mantenernos lo suficientemente ocupados como para no caer en lo de hace rato?

–Tengo una idea, hagamos como un horario en el cual podamos pasar tiempo juntos sin tener esta tensión sexual, actividades que nos mantengan nuestras mentes ocupadas –dice y me gusta esa idea.

–OHH, estoy de acuerdo, por favor nada de ver películas que eso no funciona. Podríamos jugar basket, ir a restaurantes, hacer ejercicio, ir a una piscina. Me encanta esa idea amor –de la emoción esa palabra se me salió y él me mira con ternura.

–Me encantan las actividades que dices –me da un pico en los labios–. Incluso podríamos jugar Play.

–Siii, me agrada la idea –digo abrazándolo. Me mira profundamente y ya conozco esa mirada, quiere que hablemos. 

–Eli, te contaré sobre ese chico y después quiero hablar sobre porqué te encontré dormida llorando –dice preocupado, pensé que no lo había notado–: Hace 6 años yo iba mucho a la biblioteca y duraba horas ahí comiendo libros, un día lo vi con una cara que expresaba que no entendía lo que leía y quise acercarme a ayudarlo ya que ese libro lo había leído 3 veces y lo entendía a la perfección, fue amable conmigo a pesar de que parecía un rebelde por du actitud y vestimenta, ya sabes lo que dicen, nada es lo que parece y entonces lo veía como una persona amable. Con el tiempo nos hicimos amigos y yo le explicaba cada cosa que él no lograba entender, lo fui conociendo más y también descubrí el grupo de amigos que tenía, ellos siempre me molestaban. Una noche me envió un mensaje diciéndome que necesitaba hablarme, al encontrarme con él no estaba solo, llevaba con él su grupo de amigos y todos estaban borrachos. Él se encargó de insultarme y decirme en la cara lo mucho que me usó, resaltó mucho el hecho de que no se juntaría con nerds como yo mientras que sus amigos lo elogiaban y felicitaban o se reían. No lo volví a ver hasta hoy, desde entonces no pide tener ninguna persona cerca que considerara amigo, todos se volvieron compañeros de clases que ayudaba de vez en cuando o con los que hablaba de apuntes de alguna materia.

–¿Quieres que te diga algo que una persona como él no puede tener y tú si? –le pregunto y el asiente– A mi, un nosotros –se ríe

–Creo que tengo una novia presumida, aunque yo también me siento presumido teniéndote –me sonríe y besa mi mejilla.

–Marc... Me voy a ir a Italia, eso es lo que pasa.

–¿Qué ocurre Eliza? ¿Por cuánto tiempo? –pregunta con temor en la mirada.

–No es algo que pueda decirte con claridad, no sé cuanto tiempo me quedaré pero si de algo estoy segura es que te extrañaré. Es mi padre, mi mamá recibió una llamada de un abogado de Italia diciendo que yo tenía que ir con ella en menos de una semana.

–No sabía nada de tu padre. Me podrías contar lo que ocurre si quieres –me pide curioso y le cuento toda mi historia relacionada con mi papá.

–¿Puedo acompañarte? No puede ser que tu papá haya sido tan despreciable.

–Sabía que me dirías eso. No puedo llevarte conmigo, es mi padre y sólo yo y mi mama llegamos a conocerlo, es nuestro problema lo que suceda allá. Tú tienes que quedarte aquí y seguir siendo excelente en la universidad, estar con tu hermano también. Sabes que tengo razón –le explico.

–No quiero dejarte sola en manos de un loco, ni a ti ni a tu mamá.

–Mi papá tiene años que no me pone las manos encima, estaré bien. Te prometo que te escribiré siempre y haremos video llamadas si así lo quieres.

–Sé que sabes cuidarte, confío en ti, eres una chica fuerte ¿Lo sabes verdad? –me pregunta sonriendo.

–Gracias chico sexy –le digo guiñándole un ojo y me acuesto con él cómodamente hablando trivialidades por toda la tarde.

La Vida de EliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora