10. Infartos

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Vamos camino al restaurante y a Marcus se le va pasando su nerviosismo, lo noto más calmado y las locuras de mi mamá y David le ayudan a relajarse. Ellos se encuentran hablando muy cómodamente de un tema que ni me importa mientras yo pienso cualquier tipo de cosas.

Al llegar me entra una gran emoción, desde pequeña amo este restaurante y siempre que iba con mi mamá me emocionaba mucho porque me encanta estar en familia aunque en ese momento eramos sólo ella y yo no necesitábamos a nadie más para denominarnos como tal. Mientras esperamos que nos prepararan una mesa siento que alguien se está acercando a mi, Marcus.

-Nunca entendí el motivo de venir a un restaurante, ahora me puedes explicar. -exige prácticamente. Bueno, si él insiste..

-Te explicaré pero no te sientas mal, nunca he comido con mi familia y un chico. Pasé toda la mañana intentando que a mi mamá se le olvidara que ibas a comer con nosotros, hice de todo y no lo logré, la última fue la vencida -soy sincera.

-¿Que hiciste? -pregunta.

-Hice un nuevo cuadro -me mira confundido-. Yo pinto, amo pintar y dibujar. Con mi mamá, llegué a un acuerdo de que cada vez que terminara un cuadro vendríamos para acá, terminé uno hoy y aquí estamos.

-Wow, no imaginaba que sabías pintar. -se sorprende.

-Lo sé, hay cosas que no sabes de mi. -le respondo.

-Entonces háblame de ti señorita misteriosa. -me reta.

-Soy una chica mañanera porque me gusta estar despierta desde temprano y hacer cualquier tipo de cosas como patinar y pintar. Amo cantar aunque no soy la mejor cantante. Me encanta estudiar matemática y física pero odio ir a la escuela porque pienso que no sirve. Trabajo en las tardes la mayoría de las veces. Mi paciencia es infinita siempre y cuando no se trate de niños fastidiosos e irritables. Amo con mi vida los animales y comer aunque muchas veces me cuido de las comidas y me gusta mantenerme en forma -digo sonriendo.

-Wow, impresionante ¿Como es eso de que odias la escuela porque no sirve? -sé que es algo con lo que no está de acuerdo.

-Sabes que soy de pensamientos profundos, mis razones son extensas -le digo y asiente con la cabeza-. Pienso que no sirve porque de una carrera que uno quiere estudiar son dos o menos las materias relacionadas con ello. Muchas cosas te sirven para conocimientos generales pero a mi solo me importan las que me dan a saber mas de lo que quiero estudiar. Y básicamente, mas del 70% de las cosas que ves no las vas a aplicar en tu vida -le explico y me mira con asombro.

-De todas las cosas que diría un adolescente esa es la menos posible -dice sonriendo-. No había visto las cosas así y te doy la razón, de todo lo que estudié en secundaria solo utilizo matemática básica y estoy estudiando es administración.

-Ya se que no soy una adolescente común ya que siempre he sido muy observadora y detallista, buscándole el porqué a todo. Tengo cara de bebé pero mi capacidad mental es amplia y lo digo sin presumir -le digo.

-Eres una adolescente peculiar y no tienes idea de cuanto me encanta -me dice y me quedo sin habla. Y llegan a informarnos de la mesa desocupada en ese instante.

Nos ubicamos en la mesa y mientras llega la comida hablamos de cosas triviales pero conozco a mis padres, están esperando que se sienta confiado para empezar con el interrogatorio. Si le hacen preguntas sin antes dejar a un lado los nervios puede desmayarse. Llega la comida y como si nunca hubiese comido en mi vida empiezo a preparar mis hermosos tacos. Llevo 7 tacos y me encuentro llena de tanto comer, Marcus está muy sorprendido de todo lo que comí y yo solo río. Escucho a David aclarando su garganta, que empiecen las preguntas.

La Vida de EliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora