—¡¿En serio dejaste a Matt por Zac?!— Invadiendo la privacidad de mi habitación, mi hermano entró en un grito sin molestarse en tocar la puerta.
—Creí que no querías que saliera con nadie— Arrugando el gesto, me senté en la cama y dejé mi celular a un lado.
Desde que mi relación con el mariscal de la preparatoria había terminado, Matt no había respondido ni uno solo de mis mensajes. Entendía perfectamente su necesidad por alejarse de mí, pero no podía dejar de pensar en él. Quería saber como estaba, me preocupaba el no tener ni una sola noticia sobre él.
Habían pasado poco menos de una semana y hasta entonces, la única que sabía sobre mi separación había sido Catalina. Sin embargo, al volver a la prepa, mi compañero de sangre no tardó en enterarse y ser víctima de los rumores... Los cuales eran ciertos y seguía arrepintiéndome por ello.
—Y eso no cambió, pero Matt es el único chico con el cual aceptaría que salieras— Bajando el tono de su voz, pero sin cambiar su expresión de enojo, se sentó a mi lado.
—Tú no eres quien para juzgar a la persona con quien esté.
—Sabes a lo que me refiero, Natalia— Provocándome un escalofrío por lo gélido de su mirada, parpadeó cansado y acarició a nuestra mascota, la cual movía su cola alegre por estar entre sus dos dueños —Estás confundiéndote, hermanita.
—No sé porque lo hice. Ni siquiera sé lo que siento— Bufé frustrada y dejé caer mi cabeza sobre su hombro —Matt no contesta ninguno de mis mensajes y me evita en el instituto. Lo que menos quería hacer era perderlo.
Tragándose todas las verdades que seguramente quería gritarme a la cara, se calló y acariciando mi cabello, me contuvo.
—Los roces con Zac terminaron— La musculatura de Nicky se tensó por completo —Y por suerte, la amistad sí se forjó... Como debió ser desde un principio. Aunque todavía no estoy segura de si lo quiero como a uno.
—Si ese idiota llega hacerte algo... Si te llega a poner una mano encima, te juro por lo que más quieras, princesa, que lo mataré con mis propias manos.
Sonreí ante sus palabras sobreprotectoras y poniendo los ojos en blanco, me acomodé mejor para también poder acariciar el pelaje de Oso.
—No es malo... Ya empecé a conocerlo. Simplemente no puede con tanto dolor...
Con Cata las cosas eran bastante similares, si bien ella me apoyaba incondicionalmente, no estaba muy contenta con el desenlace de mi vida amorosa. Estaba, al igual que Nicholas, convencida en que Matt no tenía comparación y que lo haya dejado ir por alguien a quien nadie quería, no le gustaba mucho.
El transcurso de los días sin mi novio se había vuelto terriblemente lentos, la concentración por mis estudios me había abandonado y el dolor clavado a mi pecho parecía no querer irse.
En la cafetería mi hermano y John ya casi no se sentaban conmigo, ambos pasaban la mayor parte del tiempo con el equipo. En tanto Nick estaba emocionado por crecer en el equipo, su mejor amigo se veía en la obligación de acompañarlo. Por lo cual, mis almuerzos se habían vuelto privados con Catalina, algo que lo agradecía por momentos, mientras que en otros extrañaba la presencia de los dos tarados que teníamos por familiares.
Había veces en que Zac se arrimaba a mi mesa y en esos casos la rubia se levantaba para aprovechar a sentarse con Mike. A Cata le estaba costando aceptar al pelinegro, pero de a poco sabía que conseguiría que lo considerara como uno más de sus amigos, solo necesitaba conocerlo... Y dejar de comérselo con los ojos.
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Siempre has sido tú
Teen FictionTres vidas se cruzan, dos de ellas arrastran un latente pasado en común, la tercera es la llave que las conecta. Un amor inquebrantable ante cualquier circunstancia. Un hombre que sabe amar, en todas sus formas. Un amigo, no tan nuevo, que vuelve...