Capítulo 36

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En tanto los chicos estaban afuera, con Cata y Anna, intentamos cumplir el pedido del dueño de casa. Las tres nos habíamos acomodado en el espacioso sofá frente al plano televisor en busca de algunas películas que ver. No tuvimos problema en ponernos de acuerdo con rapidez, éramos un trío con casi el mismo gusto: romance y humor.

Al cabo de una hora la puerta se abrió con los masculinos detrás. John y Mike cargaban varias cajas de pizza mientras Nick y Zac cargaban con unas cuantas bolsas a los costados de sus cuerpos, que por el ruido que hacían al chocar entre ellas asumí eran las cervezas; en último lugar apareció Matt con un variado conjunto de leñas sobre sus brazos. Los cinco se dirigieron en el orden que habían llegado hacia la cocina.

—Menos mal que solo veríamos unas películas, trajeron provisiones para ver The Walking Dead completa —fabuló Cata y apoyando su mentón sobre el gris respaldo del sofá donde estabamos, los observó pasar.

—Ya que lo has mencionado, tenemos que ponernos al día con ella —le recordé, dándole un golpe en su brazo para que me prestara atención —Quiero saber quién es Negan.

Riendo y sobando su brazo, giró su cabeza para mirarme y poner sus ojos en blanco, perdiéndose dentro de su cabeza.

—Sí, lo sé. Extraño a Daryl —mordió su sonrisa, recordando al personaje—. Quiero un Daryl en mi vida, ¿es mucho pedir? —balbuceó, y no pudimos evitar reír con Ann.

—Yo extraño a Rick —murmuré y las imágenes del Sheriff atacaron sin piedad mi mente, arrebatándome una sonrisa de ensueño.

—Sigo sin entender cómo puede gustarte ese. Es un idiota —riendo, la rubia puso sus ojos en blanco, sacándome bruscamente de mi fantasía.

—¡No es un idiota! —con el ceño fruncido, miré su rostro, el cual me exigía sinceridad—. No siempre toma las mejores decisiones, pero todo lo que hace es por su familia. Por lo menos no un animal —me burlé, recibiendo una mueca de ofensa por su parte.

—¿Debo sentirme ofendido por lo de idiota o halagado por qué me defiende? —la gruesa voz de Matt interrumpió nuestro pequeño debate sobre gustos.

Inmediatamente volteamos a verlo. Sobre sus brazos, traía el conjunto de maderas mientras que en sus labios una perfecta sonrisa se acentuaba. Pasando por nuestro lado se dirigió hasta la chimenea y agachándose frente a ella, dejó caer los leños dentro.

—Aunque no iba para ti... —Cata tomó la palabra en tanto examinábamos como mi chico prendía el fuego—, definitivamente debes sentirte ofendido —contestó con una creciente sonrisa de maldad—. A tu novia le gusta Rick Grimes, ¿puedes creerlo?

Mi boca se abrió ante sus palabras, sin duda me había tomado por sorpresa ¡eso era traición! ¡Me había delatado!

—¡Catalina! —chillé lo más bajo que pude, haciéndola reír.

Un resoplido de gracia escapó de los labios del castaño y mis mejillas ardieron. Ojeé la espalda de Matt y parecía no haberse molestado ante la declaración que mi "amiga" había hecho. No esperaba que se enojara por algo tan absurdo, sin embargo, me sentía un poquito incómoda.

—Es el policía en la serie de zombis, ¿no? —la única voz masculina en el lugar por fin habló. Su figura era iluminada por el anaranjado resplandor de las llamas y todos mis nervios desaparecieron al encontrarlo así. Con la melliza asentimos y él sonrió—. También es el protagonista, el líder y el héroe ¿cierto? —palpó sus manos, deshaciéndose del polvo, y sonrió satisfecho al admirar la potencia de las llamas. Con Catalina volvimos a asentir, intercambiando una rápida mirada—. Creo que no tiene mal gusto —soltó, hincándose de hombros y se acercó a mí. Tomó mis manos entre las suyas y sonriendo con diversión, me miró fijamente—. Si llega el apocalipsis zombi, prometo ser tu Rick —me guiñó uno de sus orbes y besó mis labios—. ¿Qué dices, sonrisitas?

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora