Unos cuantos minutos después de la llegada de Catalina la puerta donde estaba el señor Harper se abrió. Mi novia y su hermano fueron los primeros en ponerse de pie, con rapidez se posicionaron frente al doctor que se asomaba por el marco de la puerta, esperando respuestas.
–¿Ustedes son familiares?– Preguntó el médico mientras metía sus manos en los bolsillos de su bata, los hermanos afirmaron con un movimiento de cabeza –Logramos retenerlo– Anunció provocándoles una sonrisa que los motivó a abrazarse, el resto de nosotros sonreímos con ellos –Su corazón se detuvo por unos pocos minutos, por suerte logramos reanimarlo. Ahora está descansando, pero puede que despierte en cualquier momento. Ya pueden pasar a verlo– Haciéndose a un lado les dio paso para que puedan entrar, sin dudarlo ambos corrieron hacia el interior de la habitación.
Con el resto de los chicos nos dirigimos a su encuentro, siendo el último en la fila para entrar me frené junto al profesional que le había salvado la vida al abuelo de Natalia –Gracias– Regalándole una sonrisa de felicidad al hombre este palmeó mi espalda y asintió con mi misma expresión.
Dentro del cuarto vi a Nicholas abrazado a su novia mientras sonreía y secaba las lágrimas que de sus ojos escapaban, Zac rodeaba a la rubia con su brazo acomodándola en su pecho. Natalia sostenía la mano de su abuelo y lloraba apoyada en él, esa escena quebró y a la vez llenó mi corazón.
El día transcurrió con tranquilidad, ya no hubo altibajos en el estado del antecesor de los chicos, en la última revisación, hace unas horas, habían diagnosticado que, increíblemente, estaba mejorando.
El sol comenzaba a ocultarse, dejando al hospital con un tono anaranjado que irradiaba paz. Mi chica no se había alejado de su pariente en ningún momento, y la comprendía a la perfección, cuando estás a punto de perder algo que realmente te importa y logras recuperarlo no quieres volver a soltarlo.
Decidimos dejar a Natalia un momento a solas, lo necesitaba. Mientras le dábamos su tiempo aprovechamos para merendar algo, ya que ninguno de nosotros había podido almorzar –Mi hermano ya llegó– Comentó Anna rompiendo el agradable silencio que se había formado al estar todos concentrados en nuestros bocadillos –Debo irme– Nicholas asintió en medio de un suspiro, sonreí ante su gesto, no quería separarse de ella.
Como si las palabras de Anna lo hubiesen llamado, el rostro de Lucas apareció por la sala de espera, en un auto reflejo Zac se puso de pie con velocidad, al verlo, yo hice lo mismo. No iba a dejar que hagan un drama en pleno hospital. Lucas se acercaba a nosotros y podía notar a mi amigo impaciente, movía sus manos y paseaba su lengua por el interior de su boca.
Cuando uno de los suplentes del equipo de fútbol del colegio, estuvo lo suficientemente cerca, su hermana soltó la mano de Nick con velocidad y se paró de su silla de un salto. Arqueé mi ceja y me acerqué con pasos lentos hasta ellos. No quería una escena, pero no iba a dejar que le pongan una mano encima a mi cuñado.
La vista de Lucas no tardó en dar con nosotros, más precisamente con Zac –Hola– Sonrió de una manera hipócrita, eso ya no me había gustado –Vamos Anna– Ordenó cuando estuvo junto a su familiar, ella no tardó en afirmar y pararse a su lado.
–Creo haberte dicho que le hablaras bien– Escupió mi mejor amigo de repente, dando pasos hacia él. Adelantándome ante lo que sabía que se iba a venir, tomé el brazo del morocho impidiendo que pudiera aproximarse más.
–Tranquilo, no vengo a pelear. Me quedó claro la última vez– Comentó sarcástico señalando su rostro sonriente –Tenías razón, fui un idiota– Una risa nerviosa se escapó de su boca –No debí tratarla así, ni llamar "putas" – Hizo un signo de comillas con sus dedos –A sus amigas.
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Siempre has sido tú
Teen FictionTres vidas se cruzan, dos de ellas arrastran un latente pasado en común, la tercera es la llave que las conecta. Un amor inquebrantable ante cualquier circunstancia. Un hombre que sabe amar, en todas sus formas. Un amigo, no tan nuevo, que vuelve...