Una vez dentro del fastuoso restorán me dejé guiar completamente por Matt, ya que él era único entre nosotros dos que podía reconocer a la persona que esperaba nuestra retrasada presencia.
–Se nota que tu padre le gusta los lugares suntuosos– Susurré acortando la poca distancia que nos separaba –Creo que no estoy vestida para la ocasión– Pensé en voz alta mientras miraba a las mujeres de la alta sociedad a mi alrededor.
Escuché al mariscal reír –Tienes razón. Le gustan los lugares algo llamativos– Ralentizó su andar para caminar a mi lado –No te preocupes por como visten los demás, ellos alardean con sus ropas– Con su brazo izquierdo elevado me indicó el tener que doblar en el pasillo a mi diestra –Sé que te gustan los espacios verdes, o con toques naturales– Dijo cerca de mi oído haciendo que me estremezca, seguido a eso rodeó mi cintura con ambos brazos y caminó pegado a mi espalda –Por lo que le pedí que cenáramos en un sitio especial, ya sabes, para darte una buena impresión– Podía sentir su sonrisa cerca de mi cuello provocando que mordiera mi labio inferior mientras las comisuras de mis labios se elevaran.
Arqueé una ceja y giré mi rostro para ver el de él –¿No sería yo la que tendría que darle una buena impresión?– Pronto sentí a su boca dejarle un rápido beso a mi mejilla, no pude evitar sonreír.
Matt se hincó de hombros restándole importancia a mi pregunta –Está en deuda conmigo.
Un portón de vidrio apareció a medio pasillo mostrando otro sector, pero al aire libre. Un hombre con uniforme de mozo nos abrió la transparente puerta. Mi novio regresó a mi lado y tomó mi mano nuevamente. El patio no era tan sugerente como el salón principal, era diferente, aunque de todas formas no dejaba de ser pomposo, pero ante mis ojos su atractivo era sin duda mayor. Las plantas ocupaban una gran cantidad del espacio, el aroma era una exquisita mezcla de olores entre hojas frescas y la salada agua del mar.
–Allá está– La voz del castaño me sacó de mis pensamientos.
Por mi estatura y al no conocer a la persona que nos esperaba no pude encontrarlo, sin embargo, algo que llamó mi atención fue ver felicidad en el rostro de Matt. Sus ojos brillosos y una franca sonrisa deslumbraban. Sonreí inconscientemente ante su reacción, él necesitaba afecto, y por más que no quisiera admitirlo amaba a sus padres y requería de su apego con urgencia. Y ahora por fin podía obtener lo que tanto ansiaba, lo que tanta falta le hacía. Su mirada revelaba genuina alegría, y no podía evitar sentir empatía.
Su felicidad, también era la mía.
Después de haber pasado unas cuantas mesas frenamos frente a una ocupada por un hombre hablando por teléfono.
–Papá– Era la primera vez que oía salir esa palabra de la garganta de mi novio, pero como a él, ese conjunto de letras se me hacía algo ajeno.
La persona frente a nosotros no tardó en levantar la vista, en cuanto sus ojos dieron con nosotros una sonrisa apareció sobre sus labios.
–Luego te llamo– Comentó para después dejar su celular sobre la superficie de la mesa. Enseguida se puso de pie, acomodó su traje y se acercó a nosotros. Luego de saludar a su hijo con unas palmadas en su espalda su mirada se fijó en mí. Sentí sus ojos sobre mí, me estaba inspeccionando, con los nervios corriendo por todo mi cuerpo agaché mi cabeza y pasé un mechón de pelo tras mi oreja –Buen trabajo hijo– Miré a los dos sonrientes hombres frente a mí –Es hermosa– Mis mejillas no tardaron en reaccionar ante las palabras del padre de mi novio.
–Papá, ella es Natalia– Hizo una pausa –Natalia, él es mi papá.
Tras la presentación de su progenitor, hablé –Un placer, señor Bolton– Estiré mi mano esperando para estrecharla con la suya, pero cuando su mano tomó la mía la llevó hasta su rostro y la besó mientras su cuerpo se inclinaba.
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Siempre has sido tú
Novela JuvenilTres vidas se cruzan, dos de ellas arrastran un latente pasado en común, la tercera es la llave que las conecta. Un amor inquebrantable ante cualquier circunstancia. Un hombre que sabe amar, en todas sus formas. Un amigo, no tan nuevo, que vuelve...