Linaje Angélical »Cashton~Muke«

19

1915

—¿Te enlistaras al ejército?— preguntó cuidadosamente Thomas caminando a la par de Ashton.

—No. Es una guerra que no me concierne— respondió de  lo más tranquilo, durante un año le había estado platicando unas cuantas cosas a Thomas, pero sin romper su juramento.

—Interesante, eres muy misterioso— esto lo dijo mirando el perfil de Ashton y por más que lo mirara, no encontraría imperfección alguna—, tantos secretos que ocultas, ¿Cómo puedes vivir con tal carga?

—Lo secretos más profundos del alma pueden ser las puertas a la perdición, es por eso que prefiero llevarlo solo, Thomas— respondió y dejó de caminar dandose la oportunidad de mirar bien el rostro de Thomas.

—No me gusta eso— murmuró. En un año habían creado aquel vínculo no solo de amistad, Ashton podría decir que sentía tanto amor hacia Thomas, pero no lo podía expresar con claridad.

La caza al linaje estaba aún fuerte, sin embargo, los tres nefilim sobrevivientes no eran los únicos, ellos eran también las presas. El aquelarre Himlet y la "Orden Angelical" (fundada en 1750 por Gallert Dalmas, con el único objetivo de apresar a los nefilim y asesinarlos), estaban cada vez más cerca. Ashton veía solo en algunas ocasiones a Thomas, no podía dejar de verlo... Aunque sus hermanos le dijeran lo contrario.

Y es que estando con aquel mortal, las voces de sus hermanos se distanciaban, era como si pudiera ser el mismo.

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Actualidad.

Después de que Michael manejara durante el resto del día y toda la noche, llegaron al lugar indicado, donde ya se encontraba Calum junto a otro hombre, Maia entre cerro los ojos, sintió algo extraño al ver más de cerca a ese sujeto.

Había una razón que no le daba confianza.

—Por fin llegan— habló Calum impaciente, y buscó con la mirada a Luke—, ¿Donde está?— cuestionó.

—Antes que comiencen las confesiones y los reclamos, yo mejor que nadie sé que Luke no debe saber nada, hasta qué por lo menos este en un lugar más seguro— dijo Michael, quien no miraba al sujeto junto a Calum.

—Incluso aquí es arriesgado.

—No es así, ya me asegure de eso— habló aquel hombre atrayendo la atención de Michael y en cuanto lo vio, supo su procedencia—. Estoy para ayudarles, sé los riesgos que se avecinan.

Michael quedó mudo al igual que Maia, Calum solamente asintió, completamente cegado.

Y es que Joseph era tan cuidadoso, porque claro, miles de años le habían servido y por fin tenía ante él la mejor de las oportunidades.

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Trato de seguirlos por la carretera, pero los perdió justo cuando entraron a un pueblo, uno que jamás había visto o visitado, le pareció bastante extraño.

Se estaba complicando todo para él, tenía que hacer algo y rápido, ya no podía quedarse con los brazos cruzados.

Se sentía aún fuerte y los buscó por todos lados y no se frustró en ningún momento, le pidió ayuda a sus hermanos, todo solo para buscar al chico y terminar con todo aquello.

Porque como le habían dicho en el pasado, a él le tocaba pagar su propio error de años atrás.

Si tan sólo no hubiera protegido a Thomas en aquellos tiempos, quizá ahora sus hermanos siguieran vivos, quizá ya tendría la familia que tanto necesitó.

Pero la traición  de la persona que creyó haber amado, fue lo que lo cegó y ahora no debe cometer lo mismo.

Y gracias a que despejó sus sentimientos, tuvo la sensación de saber dónde se encontraba el chico rubio, podía sentir la debilidad en su mente.

Ashton rió ante la imprudencia de aquella bruja, era tan inexperta, que no se dio cuenta de que al dormir a Luke lo volvía más vulnerable y al estar de aquella forma, era fácil para Ashton localizarlo.

Encendio su camioneta y se dirigió al lugar, pronto todo acabaría.

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Luke estaba soñando con muchas cosas, eran recuerdos de su niñez, rostros de sus familiares y palabras de sus amigos.

Pero también soñaba con un ser más especial que cualquiera, y apesar de que no podía ver su rostro por completo, lo hacía sentir bien.

Luke sentía que si estiraba su mano, podría tocar el rostro de ese ser especial, pero no queria moverse por miedo a que desapareciera o a despertar y que no fuera real.

De pronto en su mismo sueño, aquella persona tenía unas alas enormes, blancas y brillantes que deslumbraban su vista, no solo se sintió protegido, sino que también feliz... Planamente feliz.

Aunque como siempre sucede en todos lo bellos sueños... O en las pesadillas, el mal momento surge como si estuviera siempre presente, pero sigiloso a la hora de aparecer.

Una sombra fue suficiente para opacar todo el brillo de esas alas, convirtiéndolas en polvo y lo que Luke había visto se deshizo, dejándolo con un vacío interno enorme.

Se quedó en el piso, cerrando los ojos, sabía que nadie lo salvaría, porque su ser especial se habia marchitado.

Como deseaba desaparecer el también.

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—Luke despertara hasta que esté listo— dijo Michael aturdido por los últimos cinco minutos—, ¿No es así Maia?

—Si, si, no es fácil sacarlo de un sueño, pero despertara por si solo.

—No sé cómo reaccionará ante todo esto— murmuró Calum—. Pero sólo espero a que esté a salvo.

—Y lo está... Digo, ahora lo esta porque están sus amigos— dijo Joseph—, bueno, llevemoslo a adentro, he acondicionado esta casa abandonada para que Luke pueda descansar.

Sugirió el brujo y Michael cargó con cuidado a Luke, pudiendo admirar solo por un instante su rostro.

«Vaya que luce mejor así de tranquilo» pensó. Recordando también las palabras del Arcángel, ya no eran enemigos, Luke ya no tenía nada que ver. Michael quería concentrarse en su deber y no en otra cosa, no podía bajar la guardia de aquella forma.

Llevó a Luke a un lugar más cómodo, dejandolo sólo para que descansara, sin embargo, en cuanto lo soltó, la expresión de Luke cambió, Michael vio perfectamente que sufría, sudor corría por la frente del rubio, temblaba como si tuviera fiebre... Lo único que Michael pudo hacer fue quedarse junto a él, sin saber que hacer exactamente, hasta que tomó su mano, Michael no era tonto, sabía lo que Luke necesitaba.

Y quizá se quedaría junto a él.