31

309 50 3
                                    


II. DEVINE

El descenso al infierno es fácil.

—La ofrenda que nos proporcionaste fue espectacular, hermano— dijo Jack satisfecho.

Ashton se mantenía serio, sin expresión alguna que indicara felicidad. Pues así le habían enseñado ellos. Aunque habían razones más allá de eso, claro estaba.

—Debemos armar el siguiente movimiento— dijo Devine, analizaba la situación en la que se encontraban, no sabía bien porque solo ellos tres estaban en la tierra, el plan con Ashton cien años atrás era que una vez que todos los descendientes estuvieran muertos, debía decir las palabras correctas y abrir el portal.

Devine sabía que algo salió mal, pues cuando despertó, vio unos ojos cafés y desprendía una energía diferente.

Sin embargo, no comentó nada, no solo por la falta de energía, sino por el mal genio de Jack, quizá se sentía frustrado por no estar de nuevo todos juntos, y así no tener el poder suficiente para destruir a Amos.

—Primero hay que saber cómo está el mundo actual, ¿No te parece, hermano?— Jack sonrió y abrió los brazos.

Ashton los veía desde el fondo de la habitación, Devine frunció el ceño y Leila simplemente sonrió, el mismo espíritu aventurero que cada uno tenía. Pero pronto se relajó, era cierto que estaban en otra época, no entendían muy bien.

—Les daré el recorrido, entonces— dijo Ashton acercándose a la puerta de salida.

Y al salir, Devine y sus hermanos sintieron el aire fresco del día en Europa, no sabía la ubicación exacta, pues él había muerto en 1915 en América del Norte, entendía que era otro siglo y las cosas muy diferentes.

—Esta ciudad es muy pacífica— iba diciendo Ashton al frente—, después de su partida de este mundo, una segunda Guerra estalló aquí, pero se han recuperado, ahora la gente es distinta.

—Esplendido... ¿Que me dices de los avances? ¿Que clase de carroza es esa?— Leila abrió ambos ojos azul oscuro de par en par al ver un auto último modelo estacionarse a la orilla de la acera.

—Fueron demasiados y muy significativos, creo que no podría nombrarlos todos en tan sólo un paseo— continúo Ashton. Jack admiraba todo con interés.

—Me parece magnífico... Absolutamente todo— Jack no podía dejar de sonreír y Devine no dejaba de analizar.

Y es que esa había sido su 'tarea' desde siempre, analizar posibilidades, estudiar las situaciones, porque jamás habían salido a las calles con tal libertad, al menos no desde que los comenzaron a cazar uno por uno, era extraño para él tener que disfrutar de ciertas cosas en ese momento sin querer voltear a sus espaldas y esperar un ataque.

—Relajate, hermanito— Jack tocó su hombro y sonrió—. Sabremos que hacer esta noche... Disfruta por ahora, hay menos preocupaciones que en aquellos entonces.

Devine sonrió, Jack siempre fue el hermano sensato y seguro de sus planes, le creían ciegamente, porque él no los traicionaría, jamás. Entonces se relajó tal y como lo pidió Jack, se dejó ver mejor a cualquier mundano que lo admiraba.

Porque así eran ellos, hermosos y perfectos a la vista humana, y él era tan elegante y sutil en su belleza, con su cabello castaño claro rebelde, sus rasgos finos y delicados, piel blanca y ruborizada en las mejillas le daba cierta frescura. Era como sacado de un cuadro artístico perfecto.

—No es real— había escuchado a lo lejos—. No hay personas así de... Hermosas.

Entonces Devine sonrió, no arrogante, no presumido, más bien, una sonrisa distinta, como si tuviera tantos años que no lo hacía.

Se sintió vivo en ese momento, la brisa golpeando su rostro y la luz del Sol tocar su piel, disfrutaría eso por un momento como si después no tuvieran que lidiar con un brujo.

Estaba admirando la vista desde un alto edificio, Ashton creyó que llevarlos ahí sería una idea magnífica, pues era perfecta.

—¿Lo disfrutas?— preguntó Leila a su lado.

—Creo... Creo que si— contestó.

— Sé que aún así hay muchas cosas rondando por tu mente, Dev, pero Jack tiene razón, no hay de que preocuparnos más que de ese brujo— ella sonreía, en su voz podía escucharse el alivio de ser por fin libres y ser una familia —, me ha dicho que buscará la forma de revivir a Josselyne y Lane, ¿No es genial?

—Lo es, hermana, lo es.— Devine vio en Leila un brillo peculiar, se dio cuenta de que también se sentía viva y diferente, no solo por el hecho de haber despertado en otra época donde definitivamente se daría a ver al mundo, sino que podía sentir lo mismo que Devine.

—Ashton se ve muy cambiado... No lo recordaba tan serio— comentó mirando hacia las calles, Devine creyó que observaba los nuevos inventos de los que su hermano había mencionado.

—Bueno, sin duda estará cansado, le tomó cien años a él solo asesinar a tanta descendencia.

—Y aún así fracasar— Ashton llegó a su lado, Devine frunció el ceño.

—No fue tu culpa— aseguró Devine—. Algo salió mal.

—Jack no decía esas cosas en serio, Ash, se sentía frustrado en ese momento— Leila trató de explicar. Aún así Ashton estaba perdido en sus pensamientos.

—Te ayudaré a descubrir que sucedió— se ofreció Devine y sonrió ligeramente, Ashton pudo hacerlo también, pero era una sonrisa vacía—. ¿Que sucede, hermano?

—Estoy feliz de tenerlos de nuevo.

—¡Avísale eso a tu rostro, no te ves muy feliz como dices! — gritó Leila alejándose un poco para llegar al lado de Jack y admirar juntos la vida mundana.

Devine no dejó de mirar a Ashton, mientras que él sólo mantenía su vista perdida.

—Hay pesar en tu mirada, hermano, y dudo mucho que sea solamente por lo que sucedió— Devine puso una mano sobre el hombro de Ashton. Una sensación inexplicable inundó su cuerpo, en tiempos pasados, la conexión de hermanos les ayudaba a saber lo que el otro pensaba de una forma diferente a como si leyera el pensamiento; Devine podía ver ciertas cosas que agobiaban a sus hermanos y viceversa. Pero se sorprendió al darse cuenta de que aquello no estaba. No vio nada en Ashton.

—Me preocupa que Amos recupere fuerzas, que nos destruya y que destruya todo— confesó finalmente.

—Eso no pasará, Ashton, estamos nosotros aquí y Amos es indefenso en estos momentos... Lo podemos sentir, tenemos ventaja.— Jack había escuchado la plática y preocupación de Ashton, tanto él como Leila lo hicieron y se acercaron a ambos—. Tengan confianza, como en los viejos tiempos.

Devine sonrió a Ashton y éste también lo hizo, esta vez sinceramente. Tenía el presentimiento de que saldría perfecto, nada podría destruir aquello. Aunque la -ahora- preocupación de Devine era aquella falla en la conexión con su hermano.

Podría ser que aún estaban ubicándose en la época, pero aún así, la sensación era muy ajena.

Linaje Angélical »Cashton~Muke«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora