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VII. ASHTON.

Ashton despertó sobresaltado, no porque fuera un sueño, o algo que lo atormentara, de hecho, había apagado cualquier pensamiento para evitar los sueños y lo había conseguido.

Pero el dolor físico no podía ser ignorado, la sensación de haber sido atravesado con una espada en el pecho seguía presente, incluso llevó su mano a aquella zona, sin encontrar algo. Tan sólo el ritmo acelerado de su corazón.

Estaba de regreso en América, en una casa más grande, conviviendo con sus hermanos, formando estrategias. Sus aliados habían muerto a manos de los demonios que gobernaban el lado de las sombras, los ángeles caídos como Fanny se mantenían reacios a cooperar con ellos. En pocas palabras, Ashton y sus hermanos estaban solos.

Vencer a Amos era indispensable, aunque su objetivo también era buscar la forma de cómo revivir a sus otros dos hermanos.

Aquella noche que llegaron de nuevo a Estados Unidos, Ashton había hablado con Jack, Devine y Leila sobre los convenios que tenía con Fanny, había sospechado que Jack estaría molesto, pero tan sólo dejó pasar aquel detalle.

—Cosas más importantes nos aguardan, hermano— fueron las palabras que usó Jack. Ashton no se sintió tranquilo, mucho menos al ver aún esa mirada desaprobatoria por parte de su hermano.

Y no, no demostraría lo contrario a lo que Jack había insinuado, Ashton ya no quería ser débil frente a ellos.

Y ahora en una nueva habitación, no podía descansar con tranquilidad, aunque era evidente que no era el lugar, más bien su mente, alguien lo atormentaba, alguien quería entrar a ella y susurrarle cosas, pero Ashton se mantenía fuerte. No volvió a dormir a pesar de que aún no saliera el sol, y de su cansancio. Debia reunir las pistas necesarias para asegurar el ataque contra Amos.

Verificó su celular y tenía diversos mensajes de Fanny, los leyó y se frustró aún más.

Evidencia de movimiento demoníaco en la casa de Luke era lo que menos necesitaba, porque eso quería decir que el chico seguía vivo y que a donde fuera que él estuviera, Amos iría tras él. Estaba indeciso si contarle aquello a sus hermanos era correcto, porque si decía que Luke no había muerto, entonces sabrían la participación de la bruja, Ashton no solo quedaría como un mentiroso, sino como un traidor.

Oh, y vaya que ellos no lo tomaría a la ligera. Pensó en guardar aquella información tan bien que sus hermanos no la descubrieran, se estaba volviendo un experto en eso gracias a la falta de la conexión, otra cosa que no se explicaba.
Los llevaría a un lugar mucho mejor, uno donde extraerían información confiable y ayuda también.

Así que bajó hasta la sala de estar y se dirigió a la cocina, necesitaba comer algo porque era probable que durante todo su día no tendría tiempo. Comenzó a preparar algo para él y para sus hermanos, era como si fuera el padre de los tres ahora que se sorprendían con cada objeto que se encontraban.

Leila bajó una hora después, arreglada y fresca para una aventura más, llevaba su cabello negro atado en una coleta, sus ojos azules se veían mortíferos debajo de sus largas pestañas negras, Ashton había visto por muchos años a su hermana luchar sin piedad.

Después Devine bajó arreglado también, él a diferencia de los demás era más delgaducho, luciendo elegante en todo momento, su deber era crear las estrategias correctas para atacar a los enemigos, casi nunca combatía, y si lo hacía, entonces demostraba que su técnica era impecable.

—Muy buen día para ir a buscar respuestas, ¿no crees?— saludó Leila sonriente, inspeccionó cada rincón de la cocina con la mirada.

—Para mucho más, hermana— Ashton tomó una taza y le sirvió café, hizo lo mismo con Devine y ellos degustaron la bebida. Para él, siendo el único que entendía el mundo actual, sería genial mostrarles todo, explicarles los avances y nuevas tecnologías, pero sabía que Jack los reprenderia si no se concentraban en lo importante.

—¿Y eso es?— preguntó Jack entrando a la cocina e imitando la acción que Ashton había hecho de servir café.

—Antes un poco de historia— dijo cruzando los brazos—, el aquelarre Himlet casi desapareció después de que los apresaran, la orden angelical quedó sin ningún integrante, esto quiere decir que no hay enemigo que nos pueda detener. Los Himlet perdieron su objetivo y las nuevas generaciones no saben mucho de nosotros, tengo a uno que nos ayudará en todo esto.

Sus hermanos estuvieron atentos a cada palabra, pensando en las nuevas posibilidades, Jack se mantuvo con la misma expresión.

—Sabe muy bien esto— dijo finalmente, Leila frunció el ceño, ya no había duda de que Jack seguía resentido con Ashton, Devine hizo una mueca, se sentía mal por Ashton, pero desobedecer a Jack era peor—. Lo que propones es, querido hermano, que nos hagamos aliados de un Himlet, quien probablemente termine traicionandonos.

Ashton negó.

— Él no va a hacer eso, fue uno de los expulsados, desterrado de su pueblo, no seguirá sus tradiciones, le explicaremos lo que sucede y contra quién nos enfrentamos, él ayudará.

—Lo aseguras tanto, Ashton, tanta confianza en ellos... Muy bien, hermano, muy bien, iremos a ese encuentro hoy mismo y veremos que pasa después.

Jack salió de aquella cocina, Devine comenzó a comer lo que Ashton había preparado y Leila al ver que ninguno quería hablar sobre lo sucedido hizo lo mismo que su hermano. Pero la mente de Ashton no estaba ahí con ellos en ese instante, algo pasaba con su hermano, algo que no le daba confianza.

Y pensó en Thomas, en su pasado, en el dolor que le causó enterarse de una supuesta traición, Ashton había descubierto la verdad aquella vez en el avión cuando tomó la mano de Calum, porque Thomas habia aprovechado ese instante para transmitirle una parte de lo que sucedió en realidad. Thomas
encontró el camino a través de Calum para ofrecerle recuerdos y Ashton se había negado, sin creer que su hermano hiciera aquello, pero ahora las actitudes de Jack le confirmaban lo que sospechaba.

Y esperaba a que fuera mínimo y no un gran secreto que Jack protegía. Ashton quería hacer lo correcto, destruir a Amos con la ayuda de sus hermanos y regresar con Calum y decirle que jamás los traicionaría, demostrarle que sus intenciones no eran erróneas, que decía la verdad.

—Vamos, porque si resulta no ser cierto, tendremos que iniciar de cero— Jack indicó una vez que sus hermanos terminaran de comer. Ashton condujo por una hora hasta el lugar donde se encontraba la casa de aquel Himlet, quien había conocido años atrás y que le había dado la clave del hechizo para revivir a sus hermanos.

—Hemos llegado, pero iré primero, así nos tendrá confianza— indicó Ashton Al estacionar la camioneta.

Caminó hasta la entrada de la puerta y tocó varias veces, fue recibido por una mujer castaña y mirada dura, Ashton medio sonrió adivinando que era la esposa del brujo.

—¿Se encuentra Marcel?— preguntó, la mujer asintió, pero volvió a cerrar la puerta, Ashton frunció el ceño y esperó, Marcel llegó de nuevo.

—¿Ashton? ¡Vaya! Tantos años y sigues igual— Marcel exclamó y rió un poco, Ashton lo conoció cuando era un joven y ahora se veía tan grande, recordándole que su vida era así; ver crecer y morir a tantas personas.

—No es un lujo— dijo algo serio, sacó un pequeño papel de su chaqueta y se lo extendió a Marcel—. Mis hermanos vienen conmigo, Marcel, tenemos algo que proponerte.

—Si, ya veo, ya veo. Tus hermanos escuchan lo que quieren, ahora dime, ¿por qué?— Marcel frunció el ceño, aquel papel que Ashton le había entregado decía específicamente que hiciera un tipo de hechizo para que por lo menos Jack no se diera cuenta de que Ashton estaba tramando algo.

—Muchas cosas, Marcel. La más importante: sospecho que mi hermano Jack me está traicionando. Algo oculta.

—Tu hermano tiene un aura poderosa, Ashton, será algo difícil.

—Te pagaré lo que sea, necesito descubrir que oculta— Ashton se sentía ansioso.

—Bien, pueden acercarse ahora.— Marcel sonrió, y de pronto Jack, Devine y Leila estaban entrando a la casa de aquel brujo, él había dicho a su mujer que se fuera y se llevara a sus hijos a otro lugar. Ashton esperaba a que todo saliera bien, no soportaría dejar a esos niños sin un padre.

Porque Ashton jamás tuvo el corazón cruel, no hasta que se enamoró y creyó que lo estaban traicionando, pero agradecía que ese mismo amor lo hacía darse cuenta de que había cometido un error y necesitaba remediarlo.

Linaje Angélical »Cashton~Muke«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora