62

164 23 23
                                    

LA GUARDIA.

Amos podía escuchar el ruido de la batalla afuera, el choque de espadas y los gritos de furia, los gruñidos de los demonios y los conjuros de los brujos. Todo eso que para él no servía de mucho, y que solamente lo distraían de sus pensamientos, en donde intentaba averiguar por qué o que es lo que había hecho mal.

Nada conseguía, nada lo llevaba a algún error, sin embargo, espero a que no fuera inútil, supo, después de unos cuantos minutos de haber bebido la sangre del doppelgänger que su energía era mayor, fue como una descarga instantánea que recorrió cada parte de su cuerpo.

Pero no había sido suficiente como para poder realizar el siguiente paso, pues si lo hacía aun con esa descarga de fuerza, solo lograría compartir el poder con Jack y eso no era una opción. Entonces siguió pensando, analizando, y nada sucedía.

Molesto, comenzó a lanzar cosas por toda la habitación, rompió otras y pateó las paredes, se sentía un estúpido mortal haciendo algún tipo de rabieta por no conseguir lo que deseaba.

Frustrado, tomó asiento en la silla que aún seguía intacta, y cerró los ojos, concentrando todo su poder en solo una cosa: consultar algo por unos segundos con su padre. Algo que, sin ser una regla, era prohibido. Aun así, lo hizo.

Abrió los ojos y estaba en la misma habitación, pero a los alrededores, las luces parecían intensos, rojizos y distanciados. Había, finalmente, entrado a la dimensión demoniaca de su padre. Era consiente de que no era algo con facilidad, pero lo había logrado no solo porque tenía más fuerza de la normal, sino que sospechaba que tal vez su padre quería decirle algo también.

Esperó un tiempo sin hablar, paciente a saber si realmente su padre quería verlo o si solamente sería despojado.

-¿Problemas? – Sammael estaba frente a él, con los brazos cruzados, en su forma humana.

-Es así, padre.

-Algo que puedas solucionar.

-Me temo, señor, que es complicado. -Bajó la mirada.

Sammael caminó alrededor y se detuvo frente a la gran ventana con vistas a la batalla.

-Tengo aquí tu solución... aunque podría costar más que eso.

-Es lo único que faltaría... después tendré control sobre los humanos y lograras pasar, padre. – Amos intentó ver lo mismo que Sammael, pero lo único que logró ver fueron llamas ardiendo, puntos negros y rojos combinándose aleatoriamente.

-Sus mentes son débiles, y los cuerpos lo son aún más.

Amos sintió una punzada en el pecho y despertó. Se sentía regocijado por la reciente charla, confiado en tener la respuesta una vez que admirara por la ventana. Así que se puso de pie y caminó al mismo sitio que su padre, y lo supo, supo a quién debía destruir primero.

Sin embargo, justo antes de salir de la habitación, un ruido ensordecedor provocó que cubriera sus oídos, sentía su cuerpo ardiendo, y entonces todo se cubrió en una llamarada blanca a su alrededor.

***

-Solo cálmate... - le dijo Luke. Y Calum negó.

-Debemos.... Debemos salir... ahora.

-Me temo que no podemos- Michael seguía de pie sosteniendo la puerta, pensando que alguien la empujaría en algún momento por descubrirlos.

-No es una opción... tenemos que salir. – Calum se escuchaba alterado y asustado, pero no podía decidir que es lo que había hecho que despertara de aquella forma tan repentina.

Linaje Angélical »Cashton~Muke«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora