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V. MICHAEL

Michael llevó a Luke a su casa una vez que el avión aterrizó, debía encargarse de que la madre de Luke creyera que su único hijo se había ido a un viaje de negocios con la familia Hood, y no que supiera la verdadera razón.

Y aunque Luke no estaba muy de acuerdo al principio, terminó accediendo, no quería ver a su madre preocupada.

Había veces en las que es mejor vivir en una mentira y ser feliz, que sufrir por las verdades.

—¿Quieres pasar?— preguntó Luke una vez que se encontraban a unos pasos de la puerta.

—No creo que sea eso necesario, Luke, hasta ahora estás a salvo.

Luke estuvo a punto de volver a insistir cuando su madre abrió la puerta, al parecer ella estaba a punto de salir a algún lado.

—¿Luke? Creí que llegarías hasta hoy en la noche— dijo notablemente sorprendida, aún así sonrió y abrazó a su hijo.

—El vuelo se adelantó— fue lo único que se le ocurrió decir, Michael observó aquella escena con una sonrisa.

—¿Quién es él?— preguntó al notar la presencia de Michael. Luke se desconcertó por un segundo, después recordó la historia que Michael le había contado.

—Es mi compañero de clase. Michael, ella es mi madre— presentó lo mejor que pudo, estaba siendo bastante tímido, muy inusual en él a la hora de presentar a algún chico con su madre y ella lo notó.

—Un gusto, Michael.

—El gusto es mío, señora Hemmings. Me temo que no podría quedarme más tiempo, debo realizar algunas cosas, tan sólo me encontré a Luke por error.— Explicó de una forma muy convincente, incluso para Luke.

— Llámame Liz, cariño. Es una pena, estaba a punto de ir por algo para la cena— Liz se acercó a Michael un paso, y él pudo notar la diferencia que había sentido en cuanto vio a la madre de Luke.

Algo estaba sucediendo, notó la mentira en los ojos azules de aquella mujer. Vio a Luke que parecía no darse cuenta de que sucedía algo, así que pensó mejor sus siguientes actos.

— Podría quedarse a cenar, si es que gustas, Michael— dijo Luke mirando sólo a su madre. Definitivamente algo iba muy mal.

—Esta bien, creo que puedo hacer lo que tenía planeado para después— sonrió con sinceridad, dejó que Liz entrara primero seguido de Luke, fue cuando logró identificar qué tipo de energía estaba presentándose.

Era demoníaca, sin duda alguna.

Sin embargo, al entrar a la casa no notó la misma aura, estaba intacta, entendió entonces que cualquier cosa que estaba dentro o incluso suplantando a la madre de Luke había hecho las cosas rápido.

Siguieron a la supuesta madre de Luke por el pasillo hasta llegar a una sala bastante cómoda y hogareña, Luke tomó asiento en el sofá blanco más grande y Michael lo observó, estaba teniendo efecto también en Luke.

-¿Desean cenar?- Preguntó Liz, Michael debia descartar las posibilidades y el tipo de demonio.

-Iba de salida por algo, ¿De pronto tiene ya la cena?- dijo ensanchando su sonrisa, Luke parecía no estar al pendiente de la conversación, lo cual era un alivio para Michael.

-Bueno, yo...- Ella no supo que contestar.

Michael observó los ojos de Liz, ahora ya no eran azules como los de Luke, se convirtieron en un negro brillante.

-Ordenaremos algo- habló de nuevo, escuchándose más distorsionada su voz-, ¿Quieres pizza, Luke?

Luke no respondió.

-¿No desearía ir mejor a comprar comida saludable?- Michael ladeó la cabeza ligeramente, se acercó a ella y tocó su brazo.

El contacto angelical quemaría la piel de cualquier fuerza demoníaca, y así fue, Michael no le estaba haciendo daño a la madre de Luke.

El grito desgarrador del demonio hizo que Luke se levantará asustado, Michel podía controlar la situación, el arma que llevaba consigo era suficiente para hacer que se desvaneciera en seguida, haciéndolo regresar a su dimensión.

-¿Mamá?- preguntó Luke en un susurro, el demonio posó sus ojos negros en Luke y sonrió, no era Liz, pero lucía como ella.

-El niño sigue vivo... Nosotros lo tendremos para él.- Dijo, Michael sabía por quien fue enviado, sacó la daga que llevaba en su chaqueta y la lanzó a la espalda del demonio antes de que atacara a Luke, quien vio como se empezaba a desintegrar frente a sus ojos, dejando una simple mancha negra en la alfombra.

Lagrimas ardientes bajaban por los ojos del rubio, acababa de ver a su no madre desintegrarse, ¿como debía reaccionar ante ello?

-¿Luke? Luke, abre los ojos- Michael se acercó a él y acarició su mejilla.

-Mi madre ya no está- sollozó.

-Eso no era tu madre, Luke, ella está bien.

-¿Qué?- abrió sus ojos, se sentía confundido.

-Hay demonios que pueden transformarse en personas, adoptar una personalidad e incluso saber que es lo que diría exactamente. Tu madre está a salvo, Luke.

-¿Cómo lo sabes?

-Porque acaba de llegar, ni siquera notaste que su auto no estaba en cuanto llegamos. Pero no importa, debemos cubrir esto- miró hacia el piso donde la alfombra quedó destruida.

Rápidamente Luke limpió sus lágrimas y miró a su derecha, el sofá individual no estaba tan alejado.

-Ayudame a cubrirlo con esto- Luke empujo el pequeño sofá, con ayuda de Michael, hasta cubrir la parte dañada.

Segundos después la puerta se abrió y ambos estaban separados sentados en el mismo sofá, fingiendo hablar de algo.

-¿Luke? Creí que llegarías más tarde. - Luke se tensó ligeramente, sintiéndolo como un dejavú, pero aún así sonrió y se puso de pie.

-Estoy aquí, eso importa más- la abrazó fuertemente, sí, ella era su madre y logró controlar su llanto.

-Esta bien, cariño, me alegra... ¿Quién es él?- Liz preguntó una vez que se separó de su hijo y dejó las bolsas sobre el suelo.

-El es Michael, un compañero de clase.

-Ya veo, un gusto.

-El gusto es mío, señora Hemmings- estrecharon sus manos.

-Bueno, traje algunas cosas para una deliciosa cena, ¿Quisieras acompañarnos?- Liz no habría hecho tal invitación si no hubiera detectado las mejillas sonrojadas de su hijo cuando llegó, intuía que Michael era algo más que un simple compañero de clase.

-Eso suena magnífico- sonrió, Liz tomó las cosas y se dirigió a la cocina-. No podría dejarlos solos después de lo que sucedió- susurró Michael.

Luke sonrió y asintió, quería saber más cosas, no la simple explicación que Michael le dio cuando estaban en Alemania.

Minutos después, Michael tuvo que notificar lo que sucedía a sus superiores, ya que si no lo hacía, ellos darían la tarea como realizada, y no podía permitir dejar a Luke desprotegido.

Amos ahora estaba en busca de Luke.

Y cuando los nefilim se enteraran, también lo estarían buscando para revivir a los otros dos restantes.

Parecía que sus problemas jamás se acabarían.

Linaje Angélical »Cashton~Muke«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora