003. Pasados con rasguños.

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La híbrida en su forma felina lamía sus patitas con calma mientras sus gatunos ojos se concentraban en la mujer tendida sobre el suelo junto a un extraño objeto a su lado. Su cola iba de un lado a otro cuando encontraba la posición perfecta entre las sábanas de lo que parecía ser la cama de la mujer, la cual balbuceaba un par de veces pero caía rendida nuevamente.

Habían pasado un par de horas desde el escándalo y susto que se llevó la japonesa, horas que pasó durmiendo en el suelo mientras una bonita híbrida dormía sobre su cómoda cama matrimonial. Durante el tiempo que estuvo en un profundo sueño, la gatita se dedicó a inspeccionar la espaciosa —y lujosa— casa de arriba hacia abajo. Empezando por el extraño baño hasta el patio trasero donde corrió por varios minutos, disfrutando del viento acariciando su pelaje y sus garras arrastrando el césped del suelo.

Digamos que... a causa de su felicidad, algunas flores y jarrones estaban esparcidos por el suelo. ¡Pero eso no fue todo! Los cojines del sofá quedaron despedazados con las plumas sintéticas volando por todos lados.


Oh, también la alacena donde guardaba el atún fue saqueada.


La minina se estiró dejando salir un suave maullido y se acostó con las patas arriba mientras calmaba el dolor de su estómago. No había dejado ni una lata de atún sin abrir y seguramente luego se arrepentiría por no haber dejado nada. ¡Pero estaba muy delicioso! Probablemente ahora todo estaba en un proceso de digestión.

Sus patitas dolían un poco de ir de aquí para allá, pero la suavidad reconfortante de las sábanas le hacían olvidarse momentáneamente de ello y, no le resultaba ningún problema el que estuvieran casi cubiertas de tierra húmeda y césped. Su lengua todavía se movía alegre, saboreando el delicioso sabor del atún.

De la nada se preguntó si sería una buena idea quedarse a vivir en esta casa —dejando completamente de lado el hecho de que provocó dos colapsos en la dueña—, sabía cómo captar la atención de los demás incluso con esa capa de suciedad encima, seguía siendo una pequeña lindura tierna y abrazable. Un ejemplo de eso eran sus bonitos ojos que brillaban como las estrellas en medio de la noche.

THE WILD KITTEN。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora