020. Convivencia.

5.2K 715 298
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¡¿T-tú q-que haces aquí?! ¿P-por qué trajiste a esa cosa aquí? —Mina habló temblorosa apuntando a la cosa con orejas de perro sentada en su sofá. ¡Era obvio que sabía lo que era! ¿Pero qué demonios hacía Nayeon junto a esa cosa?

La coreana de cabello lacio indignada se llevó una mano hacia el pecho. —¿Cómo osas llamarla cosa? Yo no te críe así. —Mina giró los ojos enfadada, pero incluso así no se atrevía a salir de detrás del mini sofá. No con aquella chica híbrida mirándola de arriba hacia abajo con una mirada espeluznante.

—Te pregunté qué estás haciendo en mi casa, además... ¿Quién demonios es ella? —Mina soltó cruzándose de brazos tomando un poco de valentía. Mientras que Nayeon se encogió de hombros jugando con las puntas de su cabello con visible nerviosismo. Mina esperó y esperó hasta que ella se dignó a dar explicaciones.


—¿Recuerdas que te dije que conocí a una llamada Jeongyeon? Ah no, tú la conoces como Jeongie... ¡Ah! Acabo de recordar que si te hablé de ella como Jeongyeon, en fin... —Habló a gran velocidad sentándose al lado de la de cabello corto. —b-bueno... ella es la prima de una amiga en la empresa y... una cosa llevó a la otra y terminé saliendo con ella.

—¡¿Esa es toda la explicación?! ¡No me jodas Im Nayeon! —La japonesa chilló apuntando acusadoramente a la chica de mejillas rojas. —¡¿Me estuviste ocultando eso?! ¿Cuándo pensabas decírmelo, idiota?

—P-pues... ¿Hoy? —Sonrió poco segura hasta que Mina la golpeó en la cabeza y de inmediato se quejó. —¡Perdón, perdón! ¡No sabía cómo decírtelo! Perdóname Minari... lo siento muchísimo, te pediré perdón hasta que me respondes algún día, mes o año.


Los siguientes cinco minutos transcurrieron en una Mina aturdida por todas las reverencias que hacía Nayeon a la velocidad de la luz. La japonesa estaba pensando seriamente en arrancarse los tímpanos por mas grotesco que sonara.


—¡Ya para! Me estás mareando, demonios. —Gritó la azabache estresada. —Pero, ¿puedo estar segura de que lo que me estás diciendo es verdad? No me vengas a joder que la sacaste de algún lugar...

THE WILD KITTEN。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora