032. Acurrucaditas.

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¡Estaba nevando por fin! Mina aún seguía dentro de un enorme y pesado sueño a comparación de una recién despierta y muy emocionada Chaeyoung. En su momento, se levantó con mucho fastidio para arroparse y hacerse bolita junto a Mina por el espantoso frío que hacía ese día. La cálida temperatura que desprendía su cuerpo parecía lo mejor del mundo para volver a caer dormida hasta el mediodía.

Al estar con los ojos hinchados y la nariz roja, no le gustaba para nada sentir sus pies fríos o esos escalofríos que estremecían todo su cuerpo. Chaeyoung catalogaba cualquier temperatura baja como horrible después de su resfriado, el cual casi causaba su muerte. Oh, era tan exagerada.

Estuvo a punto de volverse a dormir cuando oyó los gritos de niños afuera en la calle. Su mirada fue hacia Mina, la cual estaba tan sumergida en su sueño que prefirió no molestarla. Con sus pies descalzos y fríos caminó de puntillas hasta las ventanas abriendo un poco las cortinas.

Sorprendiéndose por los pequeños copos de nieve que caían danzantes del otro lado de su ventana, se quedó completamente embobada mirando cómo todo se teñía de blanco. Chaeyoung era inteligente, así que no abriría esa ventana aunque quisiera tocar aquellas pequeñas partículas de color blanco, ¡así que esperaría lo necesario hasta que ella despertara!


Pasaron solamente siete minutos y ya estaba cansada de verle el rostro. Con duda e impaciencia comenzó a picar su mejilla esperando que eso fuera suficiente para despertarla, pero no funcionó como lo había pensado... ¡Así que intentó algo mejor! Intentó acunar su rostro entre sus manos para luego repartir besitos por todo su rostro. Pero eso tampoco funcionó... estaba tan dormida como un perezoso. No quería despertarla haciendo un desastre, aunque eso quisiera hacer después de tantos intentos.

—Minari... —La híbrida susurró en su oído, pero lo único que le causó a la mayor fueron pequeñas cosquillas. Mina rió entre sueños y Chaeyoung bufó enfadada, quería salir pero luego ella se iba poner histérica si la veía afuera sin nada para combatir el frío. —Minaaa. Despierta.

No, no. Aquello tampoco funcionó. Tenía que hacer algo más si deseaba que Mina se pusiera las pilas, creo que no debió ver esa serie de mil temporadas hasta tarde después de que Chaeyoung se quedara dormida al principio. Con mucho cuidado la chica apartó las sábanas y cobijas de encima de la mayor, mordiéndose el labio inferior las tiró al otro lado casi cayéndose encima de Mina haciéndolo.

Con nerviosismo levantó la camisa larga de la japonesa con las mejillas rojas y las manos temblándole. El abdomen bien trabajado salió a relucir su vista y la híbrida no pudo evitar que un chillido saliera de su boca cuando sus deditos fríos se pasearon por el abdomen plano y suave todavía un poco calentito, ¡justo como le gustaba!

Mina balbuceó entre sueños, las manos frías de la híbrida descansaban en su piel casi rozando sus puntos cosquilludos. Las manos viajaron a los extremos de su cintura estableciendo pequeños roces con la punta de sus dedos. La mayor se reía entre sueños removiéndose ligeramente y Chaeyoung reía bajito para sí misma. Ella se inclinó para estar cara a cara con el suyo, y depositó un pequeño besito en la mejilla de la japonesa antes de llamarla una vez más.


—Mina, despiertaaaaa. —Alargó en un murmuro moviendo el hombro de la más alta. Ésta bostezó tallando sus ojos amenazando con volver a dormirse en cuestión de segundos. —¡No te duermas otra vez! —Chaeyoung chilló, Mina abrió sus ojos como pudo. —¿Q-qué pasa? Deberías estar durmiendo...

Chaeyoung jugó con sus deditos, sus orejitas se movían nerviosas. ¡Había llegado demasiado lejos, no iba a detenerse ahora! —Y-yo... —Ahora que lo pensaba había sido una estupidez despertarla, podía salir sola aunque sea al patio... ¡Además recordaba que Mina le dijera que tenía que abrigarse bien! Pero no podía dejar que su querida se preocupara. —Oh, está nevando. ¿Querías salir? —Las manos cálidas acunaron su rostro y Chaeyoung ronroneó en respuesta. —No quería que te p-preocuparas...

La preciosa híbrida de cabello despeinado y ojitos pesados murmuró, un bostezo la invadió de repente. Y con ese vinieron unos pocos más, Mina rió en voz baja, parecía que su emoción había durado poco.

Mina la atrajo hacia ella arropándolas en cuestión de segundos, sus manos la rodeaban con firmeza. —Durmamos un poco más... ¿Sí? —Mina bostezó haciendo circulitos en la espalda de la contraria con la yema de sus dedos. Al adormecedor tacto, la azabache ronroneaba en su cuello, ocasionándole leves cosquillas hasta que comenzó a pasear su rasposa lengua. —Yah. Duérmete.


Soltó una risilla agitándose entre sus brazos, bajando hasta quedar cerca de su estómago nuevamente. Mina se sobresaltó cuando sintió la carita de su híbrida pegarse a su piel. —¿Q-qué estás haciendo allí? —Preguntó con torpeza y con una sonrisa nerviosa en el rostro, Chaeyoung levantó su cabecita junto a las sábanas.

—Aquí estás más calentita. Me gusta. —Murmuró volviendo a acercarse, esta vez su tibia naricita provocándole cosquillas. Mina rió por lo bajo pasando sus manos por el cabello enmarañado de la chica.


En menos de diez minutos ambas se quedaron dormidas. Mina acariciando el cabello de su pequeña y ésta por el acogedor calor que emanaba su mayor. El resto de la mañana se la pasaron en la cama, durmiendo plácidamente hasta que se llegaron las doce del mediodía.

Chaeyoung reía por lo bajo observando a la japonesa ir de un lado a otro apresurándose para hacer el almuerzo, por última vez Chaeyoung miró el grupo de sus mayores en el teléfono de Mina.


● Nayeon, la mejor del mundo mundial y las otras.


» Nayeonie. Vayamos todas a la casa de Mina ;D.

» La perra de la coneja. Tú siempre quieres ir a molestarla. ¿no te cansas?

» Nayeonie. Tú shh. No tienes permiso para hablarme >:(

» La perra de la coneja. TÚ ME DIJISTE QUE ME COMIERA ESE CARAMELO Y ESO HICE. ADEMÁS ESTAMOS ESCRIBIENDO, NO HABLANDO.

» Nayeonie. FUE SARCASMO JEONGYEONIE. Y YY ESO ES LO MISMO.

» La perra de la coneja. Jódete

» Tzuyuwu. Hola. :D.

Uh. Pelea de parejas.

Adiós.

» Nayeonie. tODAS EN CASA DE MINA Y PUNTO.

esperen, ¿qué? «


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THE WILD KITTEN。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora