THE WILD KITTEN｡ ── MICHAENG

029. ¡It's Halloween!

Chaeyoung y Mina se encontraban en una feria en el centro de la ciudad para celebrar Halloween este año. Mina no solía ir a ese tipo de eventos puesto que no tenía con quien ir y normalmente Nayeon siempre estaba ocupada en la oficina en esos días. Pero hoy, a las cinco de la mañana una coneja la había llamado gritando que estaba libre y podían divertirse. Claro que esta había recibido un jodido "no" por parte de la japonesa, quien quería dormir un poco más pero al saber cómo era Nayeon, cinco minutos después aceptó.

Mina tuvo que pintarse la cara de una calavera para poder disimular sus ojeras, fue ingeniosa y estaba orgullosa de eso. De todos modos si no se hubiera puesto nada podían confundirla con alguno, quién sabe. Mina no tenía espíritu para nada, no sabía si es que algo estaba mal con ella pero lo consideraba normal a su edad, aunque no tuviera cincuenta años. Pero le gustaba comprar las decoraciones bonitas y espeluznantes que vendían por allí.

Pero, después de que Chaeyoung saliera de su habitación con Nayeon, su espíritu subió al 1000% por ciento. ¡Se veía tan tierna con la cara pintada como un precioso tigre bebé! Aunque luego se estuviera quejando de que quería pintarse de Pikachu, ese animal que pasaban en una serie de la televisión. Nayeon más atrás quejándose de que ese "bicho" era muy feo, no está de más decir que tuvo que disimular los rasguños de la menor.

—¡Oh, mira Mina! Un pikachu gigante. —Chaeyoung con los ojos brillosos de la alegría señaló con su mano desocupada al bonito pikachu que danzaba por la calle repleta de gente. Su otra mano estaba entrelazada con la de la bonita japonesa. —¿Quieres ir a tomarte una foto?

Chaeyoung asintió caminando tranquilamente hasta pararse al lado del tierno animal. Mina sonrió tomándoles una foto que luego colocó de fondo de pantalla para verla cada vez que podía. Todas siguieron caminando hasta llegar a tiempo a una función de magia más adelante, y de último minuto dejó pendiente a Jeongyeon de la minina. No sabía como pero la coreana la había arrastrado hacia un restaurante no tan abarrotado de gente.

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? —Mina preguntó preocupada por la coreana de mirada asustada.

Nayeon negó rápidamente para después asentir de la misma manera, estaba ansiosa y la japonesa no sabía por qué. Literalmente ahora no sabía que tramaba Im Nayeon, y además había dejado a su híbrida en manos de otra híbrida. Oh por dios.

—¿S-sabes ese show de magia? Y-yo conozco al chico y b-bueno... le pedí el favor de que, me subiera al escenario para... —La voz de Nayeon se hacía más y más diminuta conforme seguía hablando. —... pedirle a Jeongyeon oficialmente que sea mi novia.

—¿Q-qué? —Mina balbuceó con los ojos abiertos como platos. Una pequeña sonrisa comenzó a expandirse más y más y abrazó a la coreana con todas sus fuerzas. —¡Eso es genial Nayeonie! ¿Entonces qué demonios haces aquí?

—Es que me puse nerviosa... ¿Me veo bien?

—No me jodas Nayeon.

Minutos después ambas chicas estaban devuelta, solo que Nayeon se fue a esconder detrás de la zona del show para poder prepararse correctamente. Mina había tranquilizado a Jeongyeon diciéndole que su chica estaba comprando un par de bocadillos para pasar el atardecer frente a un lago cercano donde habría otro show.

—¿Y Nayeon? —Chaeyoung preguntó en el oído de Mina. —Está comprando un par de bocadillos para todas, no tarda en venir. —Respondió la mayor. —Oh, M-Minari. Se está corriendo el maquillaje de tu boca.

—¿Oh? ¿En serio? ¿Dónde? —La chica estuvo a punto de sacar su teléfono para verse correctamente, pero unos dulces labios con sabor a manzana con caramelo se posaron sobre los suyos muy fugaces. Mina sonrió a medias antes de empezar a mover sus labios posando una de sus manos en la cintura de la menor. —Jesús, estamos en público.

—¿Y eso qué? Yo quería un besito tuyo, pero no parecía que tú quisieras dármelo. —Puchereó la otra con los brazos cruzados, Mina achicó un poco sus ojos. —¿Por qué te pones tan valiente cuando estamos con Nayeon?

—Porque ella es la que me enseña. Y quiero enseñarle que si puedo hacer cosas de adultos.

—Espera, ¿q-qué?

Chaeyoung puso un dedo entre sus labios callándola de inmediato cuando las luces bajaron. Su estómago se revolvió de lo ansiosa que estaba y su corazón se aceleró, no era la que se iba a poner ahí arriba pero estaba muy nerviosa. El chico subió nuevamente con un micrófono entre sus manos.

Más adelante apareció Nayeon con unos globitos de calaveras con corazones rojos en los ojos. Mina rió por eso y por ver la cara aterrada de la coreana. Nayeon tomó el micrófono con las manos temblando y era suerte que no se le hubiera resbalado de las manos. —Y-yo... —Su mirada se encontró con la de la japonesa quien le levantó los pulgares. Nayeon respiró hondo. —Ah, no haré esto más largo porque me estoy muriendo de la vergüenza. Yoo Jeongyeon, ¿quieres ser mi novia?

Jeongyeon a su lado parecía querer echarse a llorar en cualquier segundo. Mina la observó ir corriendo hasta subirse en el escenario para abrazar a la coreana efusivamente y plantarle un enorme beso en los labios. La gente a su alrededor comenzó a aplaudir con una sonrisa aunque otros se iban enfadados o asqueados, Mina prefirió apartarlos de su vista.

Chaeyoung la abrazó con una pequeña sonrisita dirigida hacia la ahora oficial pareja. Al final, ambas consiguieron un puesto perfecto para ver el espectáculo en el lago. Nayeon siendo amorosa con Jeongyeon multiplicado por 1000, y Mina y Chaeyoung abrazadas admirando las hermosas luces de colores que sobresalían en el agua.

Este había sido el Halloween más emotivo que había tenido que pasar.