009. Todo lo que hay aquí, es de Chaeyoung.

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Mina estaba harta de esta tontería. Tan harta que todavía no sabía cómo no había explotado en frente de Chaeyoung o de la gente que las rodeaba en ese momento. Sus manos apretaban con fuerza el agarre del carrito de compras mientras mordía su labio inferior para no decir alguna palabrota.

Suponiendo que la alacena, el refrigerador y las golosinas seguían intactas en la cocina aguardando para sus momentos de niña llorona con películas románticas de bajo presupuesto de fondo, nada de esto hubiera pasado. Sin embargo, cuando bajó a servirle el desayuno a Chaeyoung, no encontró nada.

Absolutamente nada.

—Tenía mucha, muchita, m-muchósoma hambre y tú no regresabas. —Dijo la híbrida encogiéndose de hombros bajo la mirada llameante de Mina. ¡La cosa esa ni sabía cómo hablar correctamente! Ni siquiera pidió permiso para comerse toda su comida —aunque perfectamente le diría que no—, todo lo que le decía le entraba por un oído y le salía por el otro. Ya parecía hasta su abuela con demencia.


—¡Agh! ¡Chaeyoung, no toques eso maldición! —Gritó la japonesa soltando el carrito de pronto para dirigirse tras Chaeyoung, quien nada más entrar al supermercado se dirigió hacia los mariscos.

Claramente para intentar atrapar un pescado sin que nadie la viera.

Afortunadamente la jaló del brazo antes de que pudiera hacer algo sospechoso y quedasen vetadas de por vida. —¡Tengo hambre! ¡No seas así! —Se quejó y pataleó. —¡Eres una mala dueña!

—¿Q-qué? ¡¿Desde cuándo soy tu- —Cerró la boca cuando se percató de las personas a su alrededor mirándolas con curiosidad, unos confundidos y otros que vagamente se daban cuenta de su atormentadora escena. Por un lado fue bueno colocarle un gorro y ropa holgada a Chaeyoung, no atraería tanto la atención.


Claro que si ahora se ponía en un plan de andar gritando a los cuatro vientos que "era una mala dueña" tendría que haberle puesto un bozal también.


La japonesa refunfuñó, tomó su muñeca y la arrastró donde dejó el carrito con las compras, justo en la sección de los cereales. Mina se restregó el rostro visiblemente frustrada. —Chaeyoung, maldición... —Miró hacia arriba pensando qué decir. —no puedes ir por ahí como si nada, ¿qué hubiera pasado si de verdad te hubieras robado ese pescado? ¡Nos habrías metido en problemas! —Se quejó. —Y por si fuera poco, hubieran descubierto lo que eres. ¡Desconsiderada!

THE WILD KITTEN。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora