031. Insípido.

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Mina había decidido realizar una visita sorpresa a su mejor amiga. Hace días que no hablaban y le preocupaba que no estuviera molestando alrededor de su preciada casa. A lo mejor ya le había dado un infarto por la vejez, ¡y no estaba enterada! Por lo que tomo la decisión de ir a molestarla en compañía de su dulce híbrida que sacudía su cola de un lado a otro ansiosa por ver al feo perro de la otra vez.

Su relación con Jeongyeon era tan extraña pero era significativamente linda al mismo tiempo. Era simplemente algo muy confuso de explicar. Así como el inicio de su caótica relación con Chaeyoung, antes se querían caer a golpes cada vez que sus miradas se llegaban a cruzar en un segundo.

Finalmente, Mina dejó que Chaeyoung bajara del taxi primero, ¡y ni siquiera perdió el tiempo en correr hacia la puerta principal! Tocando el timbre incesantemente. Mina se acercó hacia ella cuando una sonriente coreana apareció del otro lado con una adormilada cara, y más atrás estaba Jeongyeon bebiendo una taza de lo que parecía ser café.

—¡Mina, mi amor! ¡Luz de mi corazón y de mi alma! —Recitó cantarina acercándose a la chica con los brazos abiertos, dejándola sin respiración luego de su abrazo. Nayeon, demasiado alegre para estar recién levantada, dejó un pequeño beso en la mejilla de la japonesa, poniendo celosas a ambas híbridas en la entrada.


Rápidamente aquellas dos fueron en carrera a abrazar a sus "pertenencias" con los colmillos afuera con recelo. Chaeyoung gruñéndole irritada a Nayeon y Jeongyeon hacia la pobre Mina que no tenía nada que ver en esa tonta escena de celos, ¡¿no debería estar molesta con su novia?!

Todas se adentraron a la calentita casa de Nayeon para refugiarse del horrible frío que hacía afuera. Jeongyeon saludó decentemente a la japonesa junto con una pequeña sonrisa, mientras que a la minina le revolvió el cabello y pellizcó una de sus mejillas con pura diversión.

—¡No pellizques mis mejillas! —Chaeyoung protestó apartando la mano de la mayor de su rostro con molestia. Mina pellizcó su muslo con una sonrisa espeluznante que la hizo sentarse correctamente, en cambio la japonesa no sabía que aquello funcionaría para calmarla. —Digo, M-Mina unnie es la única que me puede tocar.

La cara de la extranjera se puso de mil colores con las tres miradas posadas sobre ella de repente. Con su mano comenzó a abanicarse con una sonrisa incómoda. —¿S-soy yo o hace mucho calor hoy?

—Estamos a grados bajo cero, Minari. —Nayeon riendo comentó entrando a la cocina nuevamente, trayendo de vuelta consigo un gran desayuno. —Hice unos panqueques de más, me los comería yo pero seré educada y se los dejaré a ustedes.


Chaeyoung tomó dos de aquellos manjares esponjosos en un plato y miel de maple a un lado. Mina dejó a la híbrida de lado para ponerse a conversar con Nayeon y con la otra chica sentada a su lado. La minina tomó un pedazo de los panqueques con un tenedor para luego metérselo a la boca esperando un festival de sabores explotando en su boca, pero no sintió nada de nada... ¡Sabían a nada literalmente! No importó cuantas veces le echara un montón de miel, sabían a caca.

—Nayeon unnie, esto está feo y asqueroso. —Chaeyoung soltó interrumpiendo la amena charla. Las tres mayores se giraron hacia la híbrida de aspecto aburrido que miraba su comida como si fuera algo del otro mundo. —Está todo insípido. No me gusta.

Nayeon abrió ligeramente su boca ofendida. —¿Qué estás diciendo, Myoui Chaeyoung? ¡Preparé eso con todo mi amor! ¿Cómo puedes hablar de los esfuerzos de la gente así? —Replicó la chica completamente indignada por la situación. Jeongyeon respondió luego: —De hecho, yo tuve que ayudarte porque no sabías que cantidad echarle a todo.

—Cállate mi amor. — Silenció la coreana entre dientes con una sonrisa molesta, provocando que su novia apretara los labios. —¿Por qué no le dices a Mina que te prepare tu comida? He de pensar que te gusta su comida más que la mía. —Atacó la mayor observando maldecir por lo bajo a la japonesa.


—Minari, podrías ha-

—No.

—¡¿Pero por qué?! ¡Nayún está diciendo que tú me hagas mi comida! Estoy haciendo lo que ella me pidió. —Se excusó la híbrida malcriada que golpeaba su piecito contra una de las patas de la mesa.

—¡Comiste en casa un bocadillo antes de venir aquí!

—¡P-pero no era tu comida!

—¡No me interesa! Cómete eso y ya.


Todas en la mesa observaron a la híbrida comerse los panqueques con molestia y en un silencio incómodo. Masticando como si fuera lo más duro del mundo, la japonesa casi sentía que sus dientes se iban a quebrar con la fuerza que masticaba. Mina suspiró inclinándose para dejar un casto y rápido beso en su mejilla.

Nayeon contuvo sus ganas de chillar al observar a la menor aguantarse sacar a relucir una pequeña sonrisita apretando sus labios con fuerza. Mina rió, tomó por una esquina la silla donde estaba sentada la híbrida y la acercó hacia su cuerpo, pasando su brazo por detrás de su cintura.


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THE WILD KITTEN。 ── MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora